Brasilia.- El Gobierno brasileño envió a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) el «memorando inicial» del proceso de adhesión a esa institución, que aún se puede demorar algunos años.
«Es una etapa importantísima. De 230 instrumentos y exigencias para que Brasil pueda tener acceso, ya hemos completado 108, tenemos 45 en estudio y faltan 77», explicó a periodistas el ministro de Economía, Paulo Guedes, junto a otros miembros del Gobierno.
Guedes destacó el «empeño» del presidente Jair Bolsonaro, quien está en campaña para la segunda vuelta electoral frente al líder progresista y exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, para que se «acelere» el proceso de adhesión a la OCDE, sobre el cual admitió que aún puede demorar «unos dos, tres o cuatro años».
Apuntó, sin embargo, que está convencido de que ese plazo «será mucho menor», porque Brasil «cumple con muchas de las condiciones» y es uno de los países que «mejor se ha recuperado» de las crisis que han causado la pandemia y la invasión rusa a Ucrania.
También sostuvo que Brasil «ya es una potencia» en materia de medioambiente y producción de alimentos, y que «muy pronto lo será también» en el área de energía, gracias a planes para el desarrollo de hidrógeno verde.
En opinión del ministro, el nuevo paso dado hacia el ingreso a la OCDE es «una prueba de que es mentira» que Brasil «sea mal visto» en el mundo, lo que se atribuye en parte a las agresivas políticas impulsadas por el Gobierno para el desarrollo de la Amazonía.
«Brasil nunca fue tan respetado en el exterior», sostuvo Guedes.
En junio pasado, durante una visita a Brasilia, el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann, celebró el interés del país por sumarse a la organización, pero deslizó alguna velada crítica a las políticas medioambientales de Bolsonaro.
Según dijo en esa oportunidad, «el cambio climático es un desafío global» y tanto Brasil como «el resto del mundo precisan de una acción mucho más ambiciosa y eficaz» para combatirlo.
Hasta ahora, la OCDE, fundada en 1961, solo tiene entre sus 38 miembros a 4 países latinoamericanos: Chile, Costa Rica, Colombia y México, en tanto que evalúa el posible ingreso de Brasil, así como el de Argentina.