Berlín.- Alemania, sumida en una grave crisis energética, prevé una recesión de 0.4% y una inflación de 7% en el 2023, según las estimaciones del gobierno difundidas ayer 12 de octubre.
“Vivimos una difícil crisis energética, que se está convirtiendo cada vez más en una crisis económica”, comentó el ministro alemán de Economía, Robert Habeck, en una conferencia de prensa.
El crecimiento esperado para el 2022 se revisó a la baja (1.4%) y la inflación al alza (8%), frente al 2.2 y 6.1% respectivamente, calculados en las previsiones de abril.
Esta revisión a la baja de las previsiones económicas confirma los pronósticos revelados esta semana por el Fondo Monetario Internacional (FMI), quien también ve a la primera economía europea caer en recesión el próximo año, al igual que Italia, sólo tres años después del choque económico por la pandemia de Covid-19.
“Sin el efecto de la congelación de los precios del gas, la inflación habría sido mucho más alta en el 2023”, explicó el Ministerio de Economía.
Alemania dio a conocer a finales de septiembre un plan de 200,000 millones de euros para subvencionar hasta el 2024 los precios de la energía consumida por los hogares y las empresas, lo que provocaría un freno de la inflación el próximo año.
Antes del anuncio de este plan masivo, los principales institutos económicos alemanes estimaron un aumento de la inflación de 8.8% para el siguiente año.