- Mercado laboral, precario
- Salud, caótica situación
- GN brilla por su ausencia
Agustín Vargas *
El pasado domingo 27 de noviembre el presidente dio un mensaje, el número 16 en lo que va del sexenio, acerca de la situación del país, después de la manifestación que él convocó y encabezó en apoyo a sí mismo y de paso azuzar a sus huestes a defender su iniciativa de reforma electoral, que finalmente fue rechazada ayer en la Cámara de Diputados.
El mensaje al final de la “marcha de la revancha” –o “marcha del chillón” como también se le ha denominado– se puede resumir en palabras que el señor del Palacio ha repetido en múltiples ocasiones: vamos muy bien, la estabilidad macroeconómica y de las finanzas públicas es sólida, el tipo de cambio se fortalece y el bienestar del pueblo ha mejorado, dándole prioridad a los más pobres.
Casi cualquier análisis de lo ocurrido en el lapso en cuestión señalaría diversas deficiencias en el desempeño de la economía y en la gestión de varias políticas públicas. Nos referiremos sólo al mercado laboral, al puesto bienestar social y al tema de salud.
Precario mercado laboral
Respecto al mercado laboral total -formal e informal-, la población ocupada ha recuperado lo perdido en la pandemia, e incluso ya supera sus niveles previos a ella. Sin embargo, hay señales de precarización.
Desde el cuarto trimestre de 2018 la población ocupada ha crecido en 4.7 millones de trabajadores, que se compara con el crecimiento de la población total (en edad de trabajar) de 6.7 millones.
La población ocupada se ha concentrado gradualmente en quienes perciben hasta dos salarios mínimos. En los últimos cuatro años los trabajadores en dicho rango salarial han aumentado en 15.7 millones. Mientras tanto, aquellos que perciben más de dos salarios mínimos han disminuido en 11 millones.
La dinámica de la masa salarial sugiere un deterioro del empleo en términos de percepciones. La masa salarial de los segmentos de trabajadores que ganan hasta dos salarios mínimos ha aumentado 155% y la correspondiente a los mayores niveles de salario ha disminuido en 37%.
Otro indicio de deterioro del mercado laboral es la población ocupada en condiciones críticas, que ha aumentado en 9.8 millones en lo que va de este gobierno, con lo que ahora representa el 30.9% de la ocupación.
En materia de bienestar social hay señales preocupantes. Las cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONVEVAL), señalan que de 2018 a 2020 la población en situación de pobreza aumentó en 3.8 millones de personas, pasando de 42% a 44% de la población.
Más recientemente el CONEVAL indica que en octubre el porcentaje de la población con ingreso laboral inferior al costo de la canasta alimentaria (pobreza laboral) fue de 40.1%, marginalmente inferior al 40.7% de diciembre del 2018. Asimismo, entre 2018 y 2020 15.6 millones de personas perdieron su acceso a los servicios de salud.
Salud, caótica situación
En materia de salud la situación ha sido simplemente caótica. Se tomó la decisión de eliminar el Seguro Popular de manera precipitada e irreflexiva y sustituirlo por el Instituto de la Salud para el Bienestar (INSABI). Con ello, aproximadamente 20 millones de personas perdieron su cobertura de salud.
Asimismo, México es uno de los países con peor desempeño ante la pandemia Covid 19. El discurso oficial intentó al principio minimizar la gravedad del problema. Las pruebas fueron escasas, la población recibió el mensaje de no atenderse sin síntomas claros y los fallecimientos sin diagnóstico fueron muy elevados.
Entre otros indicadores de desempeño cabe mencionar que la tasa de exceso de fallecimientos ha sido la séptima a nivel global y el país ocupa el quinto lugar en el número de fallecimientos registrados por Covid. La adquisición de vacunas ha sido lenta y su escasez elevada.
Preocupa por supuesto la composición del gasto público para 2023, pues de nueva cuenta se ha vertido a las prioridades del gobierno en proyectos sin prueba de rentabilidad social y transferencias incondicionales a la población. Así el gasto ha privilegiado “seguridad nacional”, protección social, energía y construcción, a costa de decrementos o magros aumentos en seguridad pública, salud, educación y ciencia y tecnología.
GN brilla por su ausencia
Desde la semana pasada hemos estado recorriendo algunas carreteras de los estados de Morelos, Guerrero y Michoacán, y nos percatamos que por ningún lado aparecen elementos de la Guardia Nacional patrullando los caminos, como lo hacían anteriormente los oficiales de la extinta Policía Federal de Caminos.
Los tramos de la Costa Grande de Guerrero, entre Acapulco y Zihuatanejo, si bien han mejorado la pavimentación, son considerados como los de más alto riesgo y peligro para quienes los transitan. Aún así, la vigilancia por parte de la GN es nula.
Lo mismo sucede en la carretera que va de Zihuatanejo a Lázaro Cárdenas, Michoacán. En fin, en la última semana han sido más de mil kilómetros los que hemos andado por esos caminos y la Guardia Nacional ni sus luces. Sólo en una base cercana a Acapulco algunos elementos se dejaron ver, descansando plácidamente tomando café. Eso sí, estaban muy atentos vigilando y revisando en sus teléfonos celulares las redes sociales.
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*Periodista, director de la Revista Hábitat Mx