Londres.- La economía británica evitó «por los pelos» una recesión técnica, según datos oficiales publicados este viernes, pero aún no está fuera de peligro debido a la elevada inflación y la previsión de meses de contracción en 2023.
Tras sufrir una contracción del 0.3% en el tercer trimestre de 2022, el Producto Interior Bruto (PIB) británico registró un crecimiento cero en el cuarto, anunció la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS).
Esto le permite esquivar de momento la recesión, definida técnicamente como dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo.
Sin embargo, la tendencia no es halagüeña porque en diciembre el PIB retrocedió 0.5%, tras haber crecido 0.1% el mes anterior, indicó la ONS.
Y aunque el estancamiento trimestral va en línea con lo previsto por los analistas, esta fuerte recaída mensual, especialmente en el mes de las fiestas navideñas, no estaba en los pronósticos.
En el conjunto de 2022, la economía del Reino Unido creció un 4.1%, después de haberlo hecho 7.4% en 2021, precisó la ONS.
Este país se hundió más en 2020 que las otras economías del G7 y sigue siendo el único del grupo que no recuperó su nivel de PIB anterior a la pandemia. Su economía se sitúa todavía un 0.8% por debajo de su nivel de 2019, confirmó el viernes la ONS.
Además, la inflación, que desde hace meses supera el 10%, provocó una grave crisis por el coste de la vida y constantes huelgas en todos los sectores para reclamar aumentos salariales consecuentes.
Según los datos de la ONS, los múltiples paros, principalmente en el transporte público, lastraron el crecimiento en diciembre.
«Aún no estamos fuera de peligro, sobre todo en lo que respecta a la inflación», advirtió el ministro de Finanzas Jeremy Hunt, considerando sin embargo que haber escapado a la recesión demuestra que la economía británicas «es más resistente de lo que muchos creían».
Alemania, primera economía de Europa, que también lucha contra la crisis energética derivada de la invasión rusa de Ucrania, vio su PIB contraerse inesperadamente un 0.2% en el cuarto trimestre, tras crecer 0.4% en el anterior, según datos de finales de enero.
Pero aunque en el Reino Unido el ritmo de aumento de los precios muestre signos de desaceleración, el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, expresó el jueves su preocupación ante un comité parlamentario por la muy elevada inflación.
Sus declaraciones aumentaron las expectativas de nuevas alzas de las tasas de interés de la entidad, que la semana pasada las subió por décima vez consecutiva, 0.5 puntos porcentuales hasta un 4% que no se veía desde la crisis financiera mundial de 2008.
El Banco de Inglaterra también estimó que la economía británica se contraerá en todos los trimestres de este año.
«La economía se libró de una recesión en 2022 por los pelos (77 millones de libras para ser exactos). Sin embargo, dado que aún no se han dejado sentir todas las consecuencias de la elevada inflación y los altos tipos de interés, creemos que habrá recesión en 2023», señaló el viernes Paul Dales, analista de Capital Economics.
«Aunque no podemos ponerle la etiqueta de recesión a la economía, está claro que el Reino Unido lo está pasando mal y todo el mundo siente el efecto del malestar económico del país», incidió Laura Suter, analista de AJ Bell.
«La gente no va a salir a las calles a celebrar esta tierra de nadie económica, sin contracción ni crecimiento», agregó.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) predijo que el Reino Unido será el único país del G7 con crecimiento negativo en 2023.