Estímulos fiscales sobre el IEPS a combustibles

Pemex fue el más favorecido por esta política, ya que, además de recibir el 31% de los ingresos petroleros extraordinarios, el 77.6% de las devoluciones por IEPS a combustibles reportadas por el Servicio de Administración Tributaria (SAT), correspondieron a dicha empresa productiva del Estado

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Ciudad de México.– Para reducir la inestabilidad en los precios de las gasolinas por el alza a nivel mundial, en México se elevaron los estímulos fiscales a los combustibles automotrices sobre el Impuesto Especial a Productos y Servicios (IEPS). Ante ello, te platicamos de estos cambios recientes, así como las implicaciones recaudatorias de dichos incentivos fiscales.

En la investigación ‘Estímulos fiscales sobre el IEPS a combustibles. Implicaciones recaudatorias’, el CIEP estima que, en 2022, los ingresos que se podrían haber recaudado por IEPS a combustibles fueron de 397 mil 298 millones de pesos, cifra que equivale al 47.8% del gasto público en educación.

Además, esta estimación no contempla los gastos fiscales en otros impuestos como IVA e ISR; por un lado, al controlar el precio final de las gasolinas, se pierde recaudación por IVA; y, por el otro lado, el marco legal permite compensar los saldos a favor en IEPS contra dichos impuestos. Estos gastos no han sido reportados de forma detallada, por lo que se desconoce el gasto fiscal total que los incentivos fiscales al IEPS tienen en otros conceptos tributarios.

Aunado a ello, Pemex fue el más favorecido por esta política, ya que, además de recibir el 31% de los ingresos petroleros extraordinarios, el 77.6% de las devoluciones por IEPS a combustibles reportadas por el Servicio de Administración Tributaria (SAT), correspondieron a dicha empresa productiva del Estado.

Cabe señalar que de acuerdo a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), México es el país con menor inflación en energéticos en 2022 con el 5.3%, lo cual cumple con el objetivo de los incentivos fiscales, sin embargo, los alimentos tuvieron una inflación del 13.3%, y la tasa de inflación cerró el año en 7.9%, la cifra más elevada desde el año 2000.

Por todo lo anterior, es necesario ampliar la discusión pública sobre la relación costo-efectividad de los incentivos fiscales a combustibles, considerando los posibles efectos inflacionarios, gastos fiscales y programas de protección social financiados por los ingresos excedentes.