Popularidad contra credibilidad
Mario Sandoval Chávez
Los recientes acontecimientos con relación a modificación de leyes, emisión de decretos e incluso una expropiación viernes están mostrando cual es el verdadero poder que obsesiona al Presidente López Obrador, no es el económico, su ambición está en el poder político y con ello influir moralmente en sus incondicionales y contando para ello con la parcialidad operativa en las cámaras de su partido político y los militares para convencer sin obstáculos al que se interponga en sus decisiones.
No hay duda en México se generó un hartazgo de los políticos y funcionarios corruptos, así como de sus gestiones y resultados en los ocho gobiernos anteriores (1970/2018). La palabra CAMBIO había sido una constante y los resultados no son los mejores de manera acumulada, así que las elecciones de 2018, eran una oportunidad reivindicatoria con los grupos sociales más rezagados económicamente y vulnerables por temas de seguridad, educación, salud y desarrollo regional.
Se exigía popularmente un llamado a cuentas de los abusos y excesos, que afectaban la economía, la seguridad pública y la evidente impunidad, a los cuales se señalaba publica y activamente en discursos en por lo menos 18 años de campañas buscando la presidencia de la República por el actual presidente.
En 2018 el padrón electoral era de 90.7 millones de mexicanos con derecho a votar, en la elección votaron 56.6 millones, es decir un 63% de participación, López Obrador obtuvo más de 30 millones de votos y en todos los estados a excepción de Guanajuato, obtuvo más votos que los demás candidatos los cuales aún sumados eran 24 millones de votos, o sea ni con una coalición hubiesen ganado la elección. Sin embargo, los 34 millones que no votaron mostraron su apatía y desánimo y con ello avalan la elección.
Es de destacar los cerca de 2 millones de votos nulos, es decir personas que si fueron a votar y que no votaron por ninguna opción, tema que en México si bien hay cierta regulación esta no es clara y es conveniencia de partidos políticos que le dan un tono abstencionista para sacar ventaja en el que obtuvo más votos, sin embrago eso no es así y es un tema que más temprano que tarde debe ser regulado en tema de valorar que es una manifestación legal y valida de no estar de acuerdo con la oferta política.
Al final ganó sin discusión el hoy Presidente López Obrador, sus más de 30 millones de votos, le dieron el respaldo, no solo eso, obtuvo mayoría en la cámara de diputados y senadores, con lo cual convirtió a su propuesta política una aplanadora legislativa que debería facilitarle sus acciones y propuestas. Ya con ello incluso señalo convencido su transmutación espiritual, Ya no me pertenezco, yo soy de ustedes.
En ese primer proceso, hablo de reconciliación nacional, de respetar la autonomía del legislativo, judicial y órganos autónomos, de recuperar la seguridad pública, de no militarizar al país, de respetar el estado de derecho. El esclavo de sus palabras.
Hubo millones de personas que se sintieron molestas por esa victoria, al igual que medios de comunicación afines a gobiernos anteriores y grupos de elite serian activos críticos al que consideraban un político populista e incapaz.
Así las cosas, hemos visto grupos de derecha radicales con voces y posiciones llenas de adjetivos descalificativos un día sí y otro también, lo cual en vez de darles credibilidad les ha quitado autoridad moral por su tono grosero y sin propuestas serias ni lógicas (políticos de oposición, medios de comunicación con sus líderes de opinión y bueno hasta en la creación de fake news y memes). Por lo que para la mayoría de los ciudadanos no significan opción, pues son los mismos de siempre (puede haber nueva cara, pero es la misma propuesta), ya paso su momento y pues solo son ruido.
Luego tenemos a la porra del presidente, grupos muy particulares que todo celebran como logros sin precedentes en materia económica, social y de reivindicación de la izquierda más cuadradita. No ven nada mal en su gestión y todo es maravilloso y glorioso, es decir cero autocrítica objetiva.
Al presidente le gusta el 99% de lealtad y 1% de capacidad. Eso se refleja en uno de los gabinetes más mediocres (experiencia, preparación y resultados) en los últimos 50 años línea por línea, la prueba de ello la alta rotación en todas las líneas de gestión clave a excepción de los titulares de SRE, Salud, SADER y desde luego los héroes de esta película…los Militares.
México ha tenido fortuna por el entorno global político económico, que nos tiene en una ventaja importante que no puede desaprovecharse por la posición geográfica, así que el nearshoring, la inversión directa extranjera por más de 35 mil mdd en este periodo de 2023 ha sido fundamental para la recuperación económica y atraer inversión productiva, en especial al norte y centro del país, que son los que cuentan con mayor infraestructura y personal mejor calificado para la industria.
Los temas de las remesas al mes de mayo son superiores a 13 mil mdd, así que ese esfuerzo de los migrantes por apoyar a sus familias en México, no son producto de política pública positiva de ningún gobierno mexicano, todo lo contrario, son el estímulo a darle salida a los mexicanos que no encuentran oportunidades en su país ni en la informalidad. A los gobiernos mexicanos incluido el actual las remesas de los cerca de 40 millones de migrantes de origen mexicano en USA y la informalidad del 60%, son un alivio social a todas sus malas gestiones acumuladas. Por lo tanto, no son argumentos de confianza las remesas por sus gestiones, sino el objetivo particular de apoyar a sus familias ante la circunstancia que les rodea y el apego que aún tiene por su tierra.
La macroeconomía, no de ahora sino de los últimos tres gobiernos es buena en términos generales, indicadores obligados a mantener, sin embargo, aún nuestro crecimiento es acumulado es modesto en niveles del 2% del PIB, las reservas mayores a 200 mil mdd nos dan estabilidad en el tipo de cambio, si bien apreciándose, eso es más por el diferencial en tasas de referencia de USA con México, que le dieron a México oportunidad en la apreciación por ser una moneda liquida y al flujo de dólares que ha llegado en el primer semestre lo cual ha dado un tipo de cambio por debajo de 18 pesos por dólar.
Las obras emblemáticas están desfasadas en tiempo y costo, el Tren Maya ha triplicado su presupuesto (más de 300 mil mdp), de igual manera Dos Bocas (más de 200 mil mdp) y se estima que el Interoceánico también duplicara su presupuesto. Esas obras por sus costos en tanto no lleguen a punto de equilibrio requerirán flujos de efectivo para subsidiarlas mínimo otro sexenio.
Esa es la razón por la que le molesta a nuestro presidente bueno y sabio que se le pida rendición de cuentas y transparencia, no se debe dudar de él, su palabra y sus acciones, porque nadie ha hecho tanto por el pueblo como él. Así que el INAI y todos los organismos autónomos son como subsidiarias de sus adversarios y por lo tanto con todo y la SCJN, hay que acabar con ellos, pues no quieren ayudar en la trasformación. Así que hay que estimular a la porra mañanera y a todos sus fans que están deleitados con sus logros.
Los que somos parte del sector privado, estamos conscientes y comprometidos en dar oportunidad al desarrollo social y económico regional y nacional, pero las formas y el fondo cuentan, el hecho de expropiar a Ferro Sur (Grupo México) 120 kilómetros de sus vías para el Interoceánico, es una señal de imposición y aunque el Secretario de Gobernación diga que es temporal que no es expropiación, a mí por lo menos me dice que no sabe lo que dice.
Es expropiación y está claramente descrita en la Ley de Expropiación los tipos de expropiación (total, parcial y servidumbre). Podemos coincidir o no con Larrea en sus ventajas como empresario por décadas para él y su familia, pero eso es otra cosa, hay que respetar el estado de derecho y el uso de la Ley. En mi opinión la venta de Banamex con esta situación de expropiación, debe ser muy bien razonada y es un mensaje de la Ley de Herodes para el resto del sector privado, tanto Corporativo, mediano y pequeño. Además, y de manera delicada, el apoyo y mayor participación en todas las actividades clave económicas y de seguridad de los militares, es un riesgo a considerar muy alto.
Sin duda el Presidente López Obrador es muy popular y cuenta con el apoyo de millones de mexicanos que le han dado su confianza, ha hecho cosas buenas en temas de salario mínimo y sus programas sociales. Su popularidad y belicosidad contra adversarios y ahora con la SCJN alteran el ambiente, se magnifica lo superficial a conveniencia y lo importante se omite en sus ponencias mañaneras, que no dan oportunidad a voces que no coinciden con sus argumentos y posiciones. Entonces la popularidad ahora hay que contrastarla con la credibilidad, en todos los sentidos, lo social, lo económico y lo judicial.
CEO FISAN SOFOM ENR
Banquero a nivel Directivo con más de 30 años de experiencia de negocios.
Ex Presidente Nacional AMFE
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@MarioSanFisan