Expedientes MX

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El negocio de piedra que se cayó entre Díaz-Canel y AMLO

Norberto Vázquez

Por la falta de Manifestación de Impacto Ambiental choca barco con arrecife y juez prohíbe los envíos de balasto

La logística se orientó hacia tierras cubanas. Un problema con las vías de comunicación para llevar balasto (un tipo de piedra que se usa para reducir el movimiento de las vías de los ferrocarriles y dar soporte al terreno por donde circula la máquina) desde Veracruz, y una evaluación de la calidad del material que se pensaba llevar originalmente para la obra fue lo que detonó que se tenía que importar la piedra de la isla.

Y es que las vías terrestres para comunicar esa zona al centro de Veracruz con la Península de Yucatán no se encontraban en buen estado, para llevar el material de manera segura.

El riesgo era que ante la proliferación de bancos de materiales que ofrecían el producto, el gobierno realizó pruebas para medir la eficacia del material ya que se consideraba que había depósitos en Calica o en Palenque, pero no que no cumplían con las especificaciones para soportar el movimiento que se espera que tenga el Tren Maya. Algo así como hasta 160 kilómetros por hora.

En la Ciudad de México, ya les había pasado con la Línea 12 del Metro, Marcelo Ebrard y Mario Delgado compraron balasto defectuoso y tuvieron que rehacer parte del tendido de vías.

Para el Tren Maya salieron proveedores por todos lados. Ofrecían varios bancos y todos querían vender balasto, pero no servía y no pasaba la prueba, según un análisis de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Bueno, tan es así, que no se pudo llevar balasto desde Tuxtla, en Chiapas.

El Tren Maya es un megaproyecto del gobierno del presidente López Obrador que constará de más de 1 mil 500 kilómetros de vías que pasarán por 5 estados: Campeche, Tabasco, Chiapas, Yucatán y Quintana Roo.

Se prevé que su construcción termine en diciembre de 2023, y esté listo para operar en el primer semestre de 2024.

Pues bien hubo un Plan B, que, para completar las obras, el Gobierno de México se traería desde Cuba 200 mil toneladas mensuales de balasto. El primer cargamento de la piedra partió del puerto de Cienfuegos, al sur de Cuba, rumbo a Puerto Progreso, al norte de Yucatán.

El negocio se cayó cuando un juez mexicano suspendió de forma provisional el transporte de roca proveniente de Cuba para las obras del Tren Maya, además de la construcción de un camino sobre un manglar en Puerto Morelos, según informó Aracely Domínguez, presidenta del Grupo Ecologista del Mayab (GEMA).

La resolución del juzgado primero de distrito en Yucatán, se debió a que quedó demostrado el daño que causó el buque Melody en una zona de arrecifes durante el desembarque de 20 mil toneladas de piedra porfirita, que llegaron de Cuba el pasado 1 de marzo para las labores del Tren Maya.

Y es que este daño al arrecife pudo haberse evitado con la Manifestación de Impacto Ambiental (documento conocido como MIA). En este caso, les serviría de guía para saber qué hacer y por dónde navegar, pero no había MIA, y no tenían guía definida de cómo surcar las aguas de manera especial bajo un plan y cómo lo iban a hacer para evitar arrecifes.

El fallo representó un revés para el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel y el presidente López Obrador. La batalla legal, la perdieron los mandatarios. La legislación ambiental en México protege los manglares, como la Ley General de la Vida Silvestre y el Código Penal Federal, que tienen apartados donde se detalla la importancia de estos ecosistemas.

Por falta de MIA, se les cayó un enorme negocio para la isla. De acuerdo con Andrés Díaz Guerrero, jefe del Grupo de Operaciones de Servicios Portuarios del Centro de Cuba, este sería el inicio de una serie de exportaciones que en su primer mes tendría que manipular 90 mil toneladas de piedra rajón hasta poder llegar a las 200 mil al mes.

Nada de eso se logró. La piedra cubana, procedía de la cantera de Arriete del municipio de Palmira y que fue transportada hasta el puerto de Cienfuegos para su entrega.

Con este proyecto, Cuba esperaba reactivar parte de su industria en construcción, mientras que para México la ganancia era que el proyecto del Tren Maya se construiría con material de calidad, o al menos eso aseguró AMLO a inicios de noviembre de 2022, cuando anunció que su gobierno iba a importar balasto de Cuba.

Cuando la 4T ha hecho todo con los pies, están las consecuencias. Aquí no se trató de los conservadores y sus amigos invisibles. Fue un error de navegación, el que echó por tierra un millonario negocio (y urgente para Cuba) por la falta de prevención ante en bien diseñado proyecto de MIA. Y Cuba se quedó con el balasto.