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La actividad empresarial, retos y oportunidades

Mario Sandoval

Las MIPYMES son la columna vertebral de nuestra economía, son poco más de 4.2 millones actividades empresariales registradas ante el SAT en el país y que contribuyen con el 55% del PIB y el 75% del empleo formal en México. Así que representan más de 16 millones de trabajadores inscritos en el IMSS. Este grupo es el que mayor empleo formal genera con salario mínimo, al cual hay que agregar las prestaciones del IMSS, Infonavit y la Afore. Este grupo ha tenido un aumento al salario mínimo sin subsidio o estimulo alguno oficial y menos se le ha reconocido ese esfuerzo propio para cubrirlo y que para 2024, ese aumento en este sexenio será del orden del 100% de aumento.

Quizá esta iniciativa del presidente y con el apoyo del sector empresarial que es el que paga y contrata será uno de los principales logros laborales y económicos de esta administración, lo que anteriores presidentes en el pasado no quisieron hacer, este presidente sí lo llevo a cabo y su mérito es estabilidad laboral, social y consumo, falta mucho por hacer, hay que asociarlo con productividad y una estrategia progresiva de disminución de la informalidad.

Las Grandes Empresas en México son 5,630 identificadas como tal en el SAT que participan con el 22% del PIB y el 25% del empleo formal con cerca de seis millones de trabajadores inscritos al IMSS y cuyos salarios son por arriba del mínimo dadas sus características corporativas.

El reto de la informalidad es que genera el 23% del PIB y que registra el 56% del empleo total en el país, lo cual también representa más de 34 millones de personas que no pagan ISR, generando una carga injusta adicional a los trabajadores formales.

Un modelo para tener bajo desempleo, estimulado por todos los gobiernos de un color u otro desde los 80s a la fecha, pues se asocia a corrupción, impunidad, clientelismo y competencia desleal fomentada por las estructuras de gobierno en todos sus ámbitos (federal, estatal y municipal).

Ya que son bases clientelares para el voto, cifra muy similar o con simetría a los 30 millones de votos para ganar la presidencia en 2018, o los 30 millones de apoyos en programas sociales. Es claro que los asistentes a los mítines políticos del grupo de informales que hacen fuerte presencia por la movilidad obligada de sus líderes zonales.

La población económicamente activa (PEA) es del orden de 60 millones de personas para el cierre de 2023, de los cuales 34 millones están en la informalidad y 26 millones dentro de la formalidad. Esa desproporción, limita el desarrollo e igualdad regional, además que estimula la migración a grandes ciudades, por lo que es un fenómeno que no solo afecta a la zona metropolitana de la CDMX, sino a zonas metropolitanas en Guadalajara, Monterrey, Puebla, Tijuana, Cancún, León Torreón y que también ya se observa en otras medianas ciudades, en especial las capitales estatales.

Los gobiernos futuros deben desarrollar fórmulas prácticas y medibles que año con año vayan integrando a la formalidad a las personas, pues los temas de pensiones de una población que se avejenta y con los apoyos asistenciales, serán una verdadera presión en el presupuesto en los próximos 10 años.

México por su PIB de 19 billones de pesos mexicanos, es la 14ª economía mundial, su deuda pública es del 56% con respecto de su PIB. El 70% del PIB lo aportan 10 entidades: CDMX, Estado de México, Nuevo León, Jalisco, Veracruz, Guanajuato, Baja California, Coahuila, Chihuahua y Sonora. Si bien es la economía número 14, el PIB per cápita es el 75 a nivel global de 196 países con medición del ranking per cápita.

Sin duda la desigualdad, la falta de un estado de derecho para los negocios y la informalidad laboral, han limitado nuestra excelente posición geográfica, el bono poblacional y los recursos naturales con los que contamos, es necesario presionar por las vías legales y con inteligencia y cambiar la dinámica que las autoridades mismas han limitado por décadas. Hoy está en nuestra posibilidad aprovechar el nearshoring para atraer inversión productiva y fuentes de empleo, pero con decretazos e imposiciones generar esa dinámica positiva. De tal manera que los montos anunciados, se conviertan realidad y no meras expectativas y anuncios glamorosos de inversión que no aterriza.

Es necesario que la MIPYMES se integren en cadenas de valor, el 95% no lo hace, solo el 5% lo hace, lo que permitido acceso a otros mercados, lograron mayor estabilidad en la demanda y en los precios de sus insumos. Aprovechar el TMEC, en especial en zonas fronterizas y en zonas de corredores industriales del sector automotriz, farmacéutico, software, electrónica y aeroespacial.

Hasta ahora no se han concluido al 100% las obras emblemáticas, todas inauguradas anticipadamente, pero aun con limitaciones de conclusión, la más avanzada y a base de decretazos es el AIFA, la otras siguen en desarrollo y con presupuestos excedidos mínimo dos veces y donde se ha evitado dar claridad sobre su aplicación y desfase. Pero ya esta semana se abrió otra área de oportunidad para los militares con los ferrocarriles de pasajeros y el decreto que los impulsa y poniendo limite a los privados para que confirmen si van o no van. Hay que tomar en cuenta que un modelo exitoso de trenes de pasajeros requiere de estudios serios de factibilidad, modernización de vías y estaciones equipadas, así como de logística y seguridad. Pensar en trenes de alta velocidad es muy costoso o bien de una red moderna y funcional, requiere de estabilidad y seguridad a la inversión privada y no poner sustos y brincos con decretazos.

El Sector Financiero privado, debería ser clave en el apoyo a las actividades empresariales formales, sin embargo, no solo es cumplir con ratios financieros básicos, fuente de pago directa o cualitativos como un buen buro de crédito, sino variables de riesgo como lo son el lento proceso de ejecución en el poder judicial, ya que no es un apoyo sólido para dar certidumbre en la recuperación de créditos empresariales, lo cual encarece la operación, sin embargo, la creatividad, el análisis de riesgo y el uso de tecnología debería ser la constante para el sector financiero sus clientes y prospectos.

No hay duda que debemos trabajar en mayor coordinación y conciliación, especialmente el sector de micros, pequeñas y medianas empresas, que no tienen interlocución clara y precisa al primer nivel de gobierno, esa solo la tiene el sector privado de alto perfil socio político y económico. Hasta ahora se ha visto al sector privado de lejos y con peros. Pero lo que es un hecho es que para generar empleos y salarios dignos se necesita de una mejor comunicación y dialogo con el sector empresarial en sus diferentes segmentos. Retos y oportunidades hay, pero debemos saber enfrentarlos con capacidad y enfoque