Política Global

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  • Donald Trump ¿políticamente en la lona?
  • Colorado lo inhabilita, pero el Supremo federal tiene la palabra
  • Revive el arrogante magnate su discurso fascista

Juan Barrera Barrera

El expresidente Donald Trump parecía tener el camino abierto rumbo a la nominación a la presidencia de los Estados Unidos en su tercera oportunidad consecutiva, arrasado en las encuestas a sus contrincantes del Partido Republicano. El más competitivo que tenía enfrente, el gobernador de Florida, Ronald (Ron) DeSantis, de plano se ha desinflado, pero Colorado le pone un alto en su pretensión.

Tal vez el magnate nunca pensó que su principal contrincante no serían sus correligionarios republicanos, ni los demócratas, sino nada menos que la impensada y recurrente justicia estadounidense que le acaba de asestar un fuerte golpe que lo tiene en la lona, ya que ahora la Corte Suprema de Colorado declaró, este martes, que el magnate neoyorquino no puede postularse a las primarias en ese estado.

La decisión de una apretada mayoría de jueces estatales (4-3) por primera vez en la historia recurrió a la sección 3 de la 14ta Enmienda, que fue aprobada en 1868 después de la Guerra Civil, para descalificar a un candidato presidencial lo que supone que Trump no podrá presentarse a las primarias de su partido en Colorado.

Una Corte estatal podría doblegar a Trump

No sólo eso, sino que el Supremo de Colorado ya prepara la estrategia para que el máximo tribunal de Estados Unidos decida si el favorito de los republicanos pueda permanecer en la contienda. La Corte mantendrá su decisión hasta el 4 de enero (el día 5 día límite para que Colorado imprima las boletas) o hasta que la Corte Suprema federal se pronuncie sobre el caso.

El ultranacionalista y sus seguidores temen que la decisión de Colorado tenga un efecto dominó y que más tribunales sigan su ejemplo y excluyan a Trump en estados clave para los comicios, sobre todo si son dominados por el Partido Demócrata, ya que los jueces que votaron por la inhabilitación de Trump para presidente en ese estado fueron nombrados por gobernadores demócratas.

Es de recordar que, en una audiencia celebrada en noviembre, la jueza de distrito Sarah B. Wallace concluyó que Trump había “participado en una insurrección” al incitar el ataque al Capitolio el 6 de enero de 2021, pero lo mantuvo en la boleta por un fallo considerado “bastante técnico”, ya que el texto de la Sección 3 se refiere a los funcionarios de los Estados Unidos y no al presidente porque no está incluido como un funcionario.

Trump con mayoría republicana en el Supremo

Sin embargo, nada está decidido sobre la inhabilitación de Donald Trump de participar en las elecciones primarias del Partido Republicano. La decisión de la Corte de Colorado únicamente aplica en ese Estado y solamente mete más calor al debate jurídico sobre si el controvertido y conflictivo ex presidente puede o no presentarse a las elecciones del próximo año. Falta la última palabra de la Suprema Corte de los Estados Unidos.

No, Trump todavía está lejos de ser derrotado. Los jueces que integran el Supremo tres son liberales y seis conservadores, tres de los cuales fueron nombrados por el propio empresario inmobiliario. Tienen poco tiempo para tomar una decisión, hasta el 4 de enero, y seguramente deberán discutir y dilucidar si la cláusula de inhabilitación de la décimo cuarta enmienda también se aplica al cargo de presidente.

Pero que dice el mentado texto: “Ninguna persona podrá ser senador o congresista, elector del presidente o vicepresidente, o desempeñar cualquier puesto civil o militar, si habiendo prestado previamente juramento de apoyo a la Constitución de Estados Unidos, ha participado en una insurrección o rebelión contra la misma o dado ayuda o consuelo a sus enemigos”.

El magnate revive su retórica fascista

El insurrecto Trump se enfrenta a 91 delitos en cuatro casos distintos, pero aun así, siendo investigado por delitos federales, la Constitución no le prohíbe aspirar a la presidencia de los Estados Unidos. La Corte tiene un fuerte componente ideológico republicano y es muy posible que su última palabra tenga un sesgo trumpiano, espero que sea una falsa percepción.

Un hecho innegable: Donald Trump es un enemigo de la democracia y de la justicia a menos que le den la razón. Puede decir cualquier estupidez. Le gustan las frases hitlerianas, esa es su ideología: puede andar por la calle disparando a la gente y no perdería ningún voto; la más reciente: que “los inmigrantes indocumentados que invaden Estados Unidos están envenenando la sangre de nuestro país”. Palabras dignas de un fascista que de esa manera alienta a sus bases ultras.

El Supremo se juega su propio prestigio cuando tenga que manifestarse sobre la resolución de la Corte del estado de Colorado: o coincide con los jueces locales o le da la vía libre a Trump.