Washington.- Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal (Fed) dijo que las recientes cifras de inflación no cambiaron el “relato” subyacente de un lento alivio de las presiones sobre los precios en Estados Unidos, sin embargo agregó que los datos recientes tampoco reforzaron la confianza que ya se ganó la batalla contra la inflación.
El funcionario estadounidense, quien habló después de la reunión de política monetaria donde los funcionarios mantuvieron las tasas en un rango de 5.25 y 5.50% y anunciaron sus perspectivas de tres recortes este año, dijo que el momento de los recortes aún depende de una mayor seguridad por parte de las autoridades monetarias de que la inflación se dirige hacia el objetivo de 2 por ciento.
Los reportes de inflación de principios de año mostraron que las presiones sobre los precios se mantienen “altas” pero “realmente no han cambiado el relato general, que es el de una inflación desacelerando gradualmente, en un camino a veces lleno de baches, hasta 2%”, dijo Powell.
Y aunque el alza de precios se contuvo y el mercado laboral sigue fuerte, “los esfuerzos actuales para bajar” esa inflación “no son garantía de éxito”, matizó con prudencia.
“Tampoco creo que los datos aumentaron la confianza de nadie” en una continua caída de la inflación, agregó. La decisión sobre cuándo recortar las tasas dependerá de más datos, detalló Powell, para ver si continúan las cifras decepcionantes de comienzos del año.
“Queremos ser cuidadosos”, dijo Powell, reiterando un enfoque lento en los recortes de réditos que se ve respaldado por la actual fortaleza de la economía, lo que no apremia a las autoridades para relajar la política monetaria.
Si bien los funcionarios reafirmaron su visión de tres recortes de tasas este año, también mejoraron sus perspectivas de crecimiento económico y proyectaron un progreso más lento en materia de inflación a lo largo del año.
“La actividad económica se ha expandido a un ritmo sólido. Las ganancias de empleo se han mantenido fuertes y la tasa de desempleo se ha mantenido baja”, dijo la Fed en su declaración aprobada por unanimidad.
Las proyecciones económicas trimestrales actualizadas muestran que el índice de precios de los gastos de consumo personal, excluidos los alimentos y la energía, aumentará a un ritmo de 2.6% a fines de año, frente a 2.4% previsto en diciembre.
Aun así, 10 de los 19 funcionarios de la Fed consideran que la tasa de interés oficial descenderá al menos tres cuartos de punto porcentual para finales de año, una opinión media que se fijó por primera vez en diciembre y que se mantiene a pesar de la reciente inflación, más alta de lo prevista.
En el segundo mes del año, la inflación anual incrementó ligeramente a 3.2% desde 3.1% registrado en enero. Por su parte, el índice de inflación PCE, el preferido por la Fed para fijar su política monetaria, se moderó a 2.4% en la medición a 12 meses en enero, frente a 2.6% del dato de diciembre.
«La Fed no está preparada para un recorte en mayo, salvo que haya un evento financiero, ya que el Comité sigue buscando mayor confianza en que la inflación vuelva a su objetivo antes de dar el pistoletazo de salida al ciclo de flexibilización”, dijo Michael Brown, analista de Mercado de Pepperstone.
“Lo más interesante es que (la Fed) aumentó sus previsiones del PIB no sólo para el 2024, como era de esperar a la vista de los datos, sino también para el 2025 y 2026”, dijo por su parte Ellen Hazen, estratega jefe de mercado de F.L. Putnam Investment Management en Massachusetts.
“Me parece que cada vez están más convencidos (los miembros del FOMC) de que no es necesario que se produzca una recesión para lograr un aterrizaje suave”, añadió.
El crecimiento anual esperado se sitúa ahora en 2.1%, frente a 1.4% previsto en diciembre, mientras que la tasa de desempleo finalizará el año en 4%, menos que 4.1% pronosticada en diciembre.
Cristine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE), advirtió del riesgo de actuar “demasiado tarde” en materia de recortes de tasas de interés, reafirmando la probabilidad de que la primera reducción de los costos de endeudamiento se produzca en junio.
El BCE ha mantenido estables sus réditos desde octubre, tras una serie de aumentos sin precedentes para frenar una inflación al rojo vivo.
Con la inflación en constante desaceleración y una economía de la eurozona tambaleándose, la atención se ha desplazado a cuándo empezará el BCE a relajar su política monetaria.
“No podemos esperar hasta disponer de toda la información pertinente, de hacerlo correríamos el riesgo de llegar demasiado tarde a la hora de ajustar la política”, mencionó Lagarde en una conferencia de prensa en Fráncfort.
Por ello, el BCE se centra en “dos pruebas importantes” antes de decidir su próximo movimiento: los datos sobre el crecimiento salarial de la zona euro y las propias previsiones económicas del banco.
Todavía se celebran muchas negociaciones salariales en grandes sectores, ya que los sindicatos de toda Europa presionan para conseguir incrementos de sueldo que compensen el aumento del costo de la vida. El BCE espera tener una imagen más clara del resultado de los acuerdos salariales para finales de mayo, detalló Lagarde.
Las últimas proyecciones del BCE sobre crecimiento económico e inflación se darán a conocer en junio. Los datos deben dar “más visibilidad sobre la fortaleza” de las economías del club de los 20 países, así como confirmar si la inflación sigue en camino de volver al objetivo de 2% en el 2025.
Los responsables políticos sabrán “mucho más en junio”, aseguró la presidenta del Banco Central Europeo, haciendo eco de los comentarios que hizo tras la última reunión del BCE a principios de este mes.