Pekín.- China se comprometió este lunes a dar a las empresas extranjeras el mismo trato que a las nacionales, en un intento de atraer más inversión, cooperación y conocimientos foráneos, mientras la mayor economía de Asia se esfuerza por modernizar y reforzar sus cadenas industriales.
“China garantizará plenamente el trato nacional a las empresas extranjeras, para que más compañías puedan invertir en China con confianza y tranquilidad”, declaró el viceministro de Comercio, Guo Tingting, en el Foro de Desarrollo de China celebrado en Pekín.
Guo no dio detalles sobre cómo garantizará China el “trato nacional”, es decir, la igualdad entre nacionales y extranjeros según los principios de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Durante años, las empresas occidentales se han quejado de la desigualdad de acceso en China, un vasto mercado de consumo y también proveedor mundial de materias primas y componentes.
Los gobiernos occidentales expresaron su preocupación por la “coerción económica”, y las empresas consideraron la posibilidad de “eliminar riesgos” en las cadenas de suministro y las operaciones al alejarse de China.
La introducción por parte de China de una ley contra el espionaje, las prohibiciones de salida y las redadas en consultorías y empresas de diligencia debida enfriaron aún más la entrada de fondos extranjeros.
La inversión extranjera directa entrante se contrajo un 8% el año pasado.
“Un porcentaje significativo de miembros de la Cámara nos ha informado que reciben un trato desigual en comparación con sus homólogos nacionales”, declaró Jens Eskelund, presidente de la Cámara de Comercio Europea en China, poniendo como ejemplos el acceso al mercado, la contratación pública, el acceso a subvenciones y la comunicación con el gobierno.
“La indicación más clara de la igualdad de trato será cuando nuestros miembros nos digan que ya no experimentan estos y otros retos relacionados”, añadió.
Las tensiones geopolíticas, sobre todo con Washington por una serie de cuestiones, como la preocupación de este país por que los chips y la tecnología de inteligencia artificial estadounidenses puedan utilizarse para potenciar las capacidades militares chinas, también han lastrado la confianza de los inversores.
En respuesta, China redobló sus esfuerzos para abordar las preocupaciones de los inversores extranjeros, comprometiéndose a proteger los derechos de las empresas extranjeras y prometiendo ampliar aún más la entrada en sus mercados.
