Entresemana

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Adrianha, una historia, una candidata

Moisés Sánchez Limón

–¿Por qué Adrianha y no Adriana?

–Porque el nombre me lo puso mi papá…

Él –cita–buscaba algo especial porque fui planeada y quería que mi nombre fuera el de una Adriana diferente y escogió la H que fonéticamente suena diferente; soy diferente –, responde Adrianha Rangel Flores, doctora en filosofía, entre otros méritos profesionales, docente y política.

Es vecina de la colonia Lindavista, al norte de la capital del país, militante del PRI, candidata suplente a diputada federal, nominada por la coalición Fuerza y Corazón por México, en el Distrito 2 chilango.

Pero…

¿Quién habla de los y las candidatas suplentes a cargos de elección popular? Poco, o nada se alude a quienes acompañan a los y las propietarias del cargo en disputa. Y ahí van, en campaña, por colonias y barrios, con la oferta al potencial elector.

Se la rifan y más en estos tiempos en que la aplanadora del Corporativo Morena y Asociados ha desplegado todo.

Y todo es todo para mantenerse en el poder eternamente, de acuerdo con lo que pregona su candidata presidencial, Claudia Sheinbaum, para construir el dizque segundo piso de los “logros” de la 4T.

En serio, no se ría.

¡Ajajá!

–¿Por qué llegó Andrés Manuel López Obrador al poder y por qué debe irse? –pregunto a Adrianha en una charla de sobremesa que se convierte en entrevista, breve, sustanciosa.

–Fíjate que Andrés Manuel viene a tratar de subsanar a una parte de esta sociedad que ya tenía un deterioro de principios y valores, una sociedad mexicana que había perdido su esencia donde el discurso de los buenos contra los malos, de los pobres contra los ricos a él le funciona, en una sociedad resentida justamente por la desigualdad.

Eso le da un fruto increíble porque es donde aprovecha para llegar a las personas que se sienten marginadas.

Llegó por el voto de una mayoría resentida. Pero se ha perdido la esencia ciudadana, se ha dividido y no existe ese México de valores que fue el cimiento de nuestra nación próspera y dinámica.

El gobierno de López Obrador fue excelente utopía que se quedó en eso. Y se debe ir porque somos 130 millones de mexicanos que tenemos la idea del México que queremos; porque ese México de valores Andrés Manuel no lo representa y lo he visto como quien va a destruir lo que tenga en sus manos.

Es una utopía lo que él nos vendió—puntualiza la candidata suplente de Maribel Guadalupe Villaseñor Dávila, quien busca reelegirse diputada federal por el Distrito 2 de la Ciudad de México.

Villaseñor Dávila es candidata de mayoría relativa y junto con Adrianha busca que los ciudadanos del Distrito 2 en la alcaldía Gustavo A. Madero, le refrenden el voto.

¡Recórcholis, Israel Betanzos Cortés!

Le refiero que estamos a un mes de vivir una etapa importante para el país en la sucesión presidencial. Sin duda, acoto, estamos en el momento de México y es el momento de las mujeres…

–De las mujeres xingonas—ataja.

–¿Y cómo te sientes en este proceso, parada dentro de un esquema de mujeres que van rumbo, de por sí empoderadas, del poder máximo en el país?

–Con mucha responsabilidad, pero también emocionada porque me queda claro que es el resultado de la construcción de muchas mujeres a lo largo de la historia del país y que, de alguna forma, en mi caso ha sido la construcción de años en los que te das cuenta de que hay muchos vacíos legales y decides que, cuando te levantas, tu experiencia debe contribuir a que otras mujeres, se les haga más sencillo ese camino –atiende Adrianha.

–¿Y qué de ti?

–Amo ser maestra, porque compartes tus conocimientos y ayudas a otros, allanas el camino para que a otros se les haga más sencillo. Porque cuando tienes una responsabilidad social, por ejemplo, hay algo que entendí cuando nacieron mis hijos que debía dejarles un mundo mejor del que he tenido.

Y eso es lo que me llevó a participar en este proceso y reunirme con mujeres xingonas que, al final del día, tenían el mismo concepto para construir a un México no solo económicamente más estable, sino socialmente más estable. Entonces, creo que es el resultado del trabajo paulatino, no de generación espontánea, no, de verdad que no, es el esfuerzo –puntualiza Adrianha Rangel Flores.

Luego presume de cómo le va en campaña, de esos recorridos por Tepito y las colonias de la alcaldía Gustavo A. Madero, en las que los vecinos respetan su tarea, la de ella al lado de la diputada federal Maribel Guadalupe Villaseñor Dávila.

–De verdad me emociona volver a esos lugares en los que la gente es cálida, participativa…

–En el país las condiciones no son del todo seguras para los y las aspirantes a cargos de elección popular. ¿Tienes miedo?

–La diferencia con otros estados –responde la candidata—es que en la Ciudad de México hay que tener, si no miedo sí precaución y confianza en la gente; afortunadamente hemos tenido respeto a nuestra tarea.

–¿Por qué diputada federal suplente?

–Siempre he tenido la idea de trabajar coordinadamente; tuve en un momento la oportunidad de ser candidata titular a una diputación federal, pero lo que he hecho ha sido por mí, nadie me ha dado un membrete.

Estoy reconocida con Maribel (Guadalupe Villaseñor), porque ella desde su más pura humildad decirme: “oye, vamos a trabajar por un bien común”, desde la Cámara de Diputados, creo que le puedo ayudar mucho porque yo no necesito, finalmente, un membrete para hacerlo –puntualiza.

Pero…

–No me considero feminista del lado radical –zanja.

–Finalmente lo eres—le expongo.

–Bueno, no estoy peleada con los temas del hombre y el día en que aprendamos a trabajar en equipo, desde la justa dimensión de lo que cada uno de nosotros representa vamos a poder avanzar para consolidar una sociedad más justa, más igualitaria –aclara.

–¿Tu opinión de Xóchitl Gálvez y de Claudia Sheinbaum?

–Lo he dicho muchas veces: desafortunadamente desde el oficialismo han hecho una campaña de desacreditar a una mujer por su aspecto personal, por la forma y no por el fondo.

Xóchitl me merece todo el reconocimiento y respeto; es una mujer que contra viento y marea y de las cúpulas de los partidos y liderazgos que mueven las cosas en este país, ahí está, sostenida por una ciudadanía que se identifica con una mujer humana.

Es una mujer a la que admiro, que se levanta todos los días para poder decir a las personas: ‘aquí estoy, pueden confiar en mí’. Y la diferencia con Claudia (Sheinbaum) a quien considero una mujer muy preparada, es la gran tristeza de que no es ella la que está llevando justamente la candidatura.

Sirve de careta, de máscara, de ser quien represente para que atrás otros muevan los hilos; es algo que la desmerece.

Esa es la gran diferencia entre ella y Xóchitl, quien representa lo que piensa, a ella no la mandan y tiene sus convicciones, escucha y finalmente está haciendo lo que cree mejor para el país –expone Adrianha.

–¿Te sientes xingona y cabrona en campaña?

–Sí, la verdad sí. Soy una mujer que todos los días se levanta convencida de trabajar por el México que quiere. Soy una mujer de lealtades, pero también de ideas—subraya y en el tintero se queda una amplia charla en la que destaca el crecimiento de las mujeres en cargos antes reservados sólo para los varones.

En el horizonte del 2 de junio está el futuro mediato del tiempo de las mujeres. ¿A poco no, Drakko? Digo.

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