Política Global

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  • ¡¡”Alito” no se toca, “Alito” no se toca!! Se reelige
  • ¿Tiene futuro el PRI con la camarilla del chiapaneco?
  • Vender caro su voto en el Congreso, su mejor opción

Juan Barrera Barrera

Con todos los números en contra producto de las derrotas, una tras otra, que el antiguo partido hegemónico viene sufriendo desde que el cuestionado dirigente del partido tricolor es su máximo jefe, se ha aventurado a modificar a modo los estatutos, avalado por la Asamblea Nacional, este 7 de julio, que le permitirían permanecer en la dirigencia del PRI hasta el año 2032. Viene de darse una prórroga de un año, por una reforma irregular, que terminaría en este agosto.

Este miércoles el Consejo Político Nacional del PRI aprobó que sea esta instancia partidista la que designe a quienes serán sus dirigentes, presidente y secretario general, para el periodo 2024-2028. La mayoría de los integrantes de este órgano se inclinan por la reelección de Alejandro Moreno y de Carolina Viggiano. Durante la sesión que se realizó mediante la plataforma Zoom, los participantes avalaron con 474 votos a favor, cinco en contra y siete abstenciones. El CPN está integrado por 550 miembros.

El “industructible” Moreno Cárdenas

Los disidentes y críticos de las ambiciones reeleccionistas de Moreno Cárdenas y del Matrimonio Moreira-Viggiano, se aprestan a dar la madre de todas las batallas al interior del PRI para revertir, legalmente, la estrategia del grupo del chiapaneco para apoderse de lo que queda de ese instituto político. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación emitió una sentencia, en abril del 2023, que le permitió a “Alito” Moreno quedarse un año más en la dirigencia del PRI, pero la sentencia no contemplaba aplicar la reelección, solo se trataba de una medida temporal y el dirigente la está utilizando para sus intereses personales.

Los priístas disidentes que se oponen a las ambiciones reeleccionistas de “Alito” no pudieron frenar la reforma y en su caso obtuvieron una fuerte ofensiva colmada de amenazas de expulsión y de exigirles cuentas a varios ex dirigentes como son los casos de Manlio Fabio Beltrones por el caso del asesinato de Luis Donaldo Colosio en 1994; o de Francisco Labastida Ochoa, ex candidato presidencial en el 2000, candidatura que estuvo salpicada por el escándalo del financiamiento ilegal con recursos del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana.

“Alito” Moreno no se amilana, todo lo contrario. El ex gobernador de Campeche se muestra como un pendenciero, retador. Ha calculado, así parece, todos los escenarios negativos que sus detractores de dentro y fuera de su partido le puedan pintar, él cuenta con los métodos de expulsión contra quienes atenten contra “la unidad” del partido. En un auditoria de la colonia Nápoles, el político lanzaba pedradas contra sus críticos priístas y ex priístas que lo han tachado de sepulturero y de lo peor que le ha pasado al PRI.

Alejandro Moren alardea de que ni el gobierno de López Obrador pudo destruirlo, se dice un gladiador (todo un actor de la pantalla grande), se defiende atacando a los “traidores” que lo critican, porque son “una bola de cínicos, de lacayos al servicio de gobierno y sus intereses, que quieren romper la unidad a cambio de inmunidad. Pero les digo, ellos fueron el peor lastre para nuestro partido”.

El peor dirigente en la historia del PRI

“Alito” Moreno en algo tiene razón, sus antecesores le entregaron un partido totalmente cuarteado, desprestigiado, dividido. Pero no, no se le cuestiona por lo que pasó antes de su llegada al edificio de Insurgentes Norte. Moreno Cárdenas no se atreve a asumir sus responsabilidades del desastre de su gestión, de eso no habla, no le conviene, Es un personaje que quiere legitimar un liderazgo cosmético a golpes de reformas a los documentos básicos del PRI.

Solo faltó que sus seguidores lo aclamaran con un grito parecido al de la Marea Rosa cuando salieron a las calles a “defender” al INE y a la Suprema Corte de Justicia, ¡¡Alito no se toca, Alito no se toca”!! Moreno Cárdenas se sabe intocable. Tiene arma para defenderse: tiene documentado lo que hicieron en el pasado sus detractores. Se ha blindado bien.

Le sabrá algo a Beltrones que las autoridades judiciales no sepan sobre el asesinato de Colosio Murrieta sucedido en Lomas Taurinas de Tijuana, en marzo del 1994 o solo es petate del muerto. Si tiene otros datos por qué antes no lo publicitó y más todavía, por qué no hizo denuncia alguna, ahora sí lo hará o es una mera amenaza espectacular para que no lo fastidie el conocido “Don Beltrone”.

El periodo de “Alito” al frente del antiguo partido hegemónico ha sido el peor que ha tenido el PRI en toda su historia. La inercia descendente que lo precedía se acentuó a partir de las elecciones del 2021. Ahí están los números: con el actual dirigente el PRI ha perdido 11 gubernaturas y solo le quedan Coahuila y Durango. De acuerdo con datos del INE de 2019 a la fecha, el PRI ha perdido casi 80 por ciento de su militancia,