Londres.- La nueva ministra británica de Economía, Rachel Reeves, señaló este lunes ante el Parlamento que el ‘agujero’ en las cuentas públicas que el Gobierno laborista heredó de los conservadores alcanza los 22.000 millones de libras (unos 26.700 millones de euros).
Al presentar los resultados de una auditoría de las arcas públicas, Reeves acusó al Ejecutivo de Rishi Sunak de «haber agotado las reservas» y de haber ocultado a la ciudadanía el verdadero estado de la economía británica.
Por ello, dijo que pidió a los diferentes ministerios conseguir un ahorro de al menos 3.000 millones de libras (3.500 millones de euros) para este año fiscal y tomar medidas para reducir en un 2 % el gasto administrativo de los departamentos.
Reeves pintó un negro panorama para el erario tras recibir la que calificó de «peor herencia económica desde la Segunda Guerra Mundial», y aseguró que tras llegar al Gobierno descubrió que había compromisos de gasto sin los ingresos correspondientes que habían sido «ocultados al país».
En ese ‘agujero fiscal’, la ministra destacó el dinero adicional destinado al sistema de asilo por el anterior Ejecutivo, incluido el plan de deportaciones a Ruanda -desechado por los laboristas-, que ascendía a 6.400 millones de libras (7.600 millones de euros) solo para este año.
También resaltó el sobrecoste en transportes, especialmente en el servicio ferroviario, que alcanza los 1.600 millones de libras (1.900 millones de euros).
«La escala de este derroche no es sostenible; pondría en peligro la economía británica, pero yo nunca asumiré riesgos con la estabilidad del país», subrayó Reeves.
Tras explicar que las huelgas en el sistema sanitario público (NHS) le costaron al Estado hasta 1.700 millones de libras (2.000 millones de euros), la ministra dio otra de las noticias de su alocución al anunciar que se ha alcanzado un acuerdo con los médicos residentes para actualizar sus salarios.
También reveló que el Gobierno aceptará las recomendaciones de revisión salarial realizadas por el organismo que regula los sueldos de los empleados públicos, lo que supondrá aumentos por un valor total de 9.000 millones de libras (unos 10.700 millones de euros).
La llamada canciller del Exchequer reiteró que «la escala de la situación exige tomar decisiones increíblemente difíciles» y advirtió de que todavía quedan sacrificios por anunciarse.
Una de estas medidas será que quienes no reciban ya ayudas sociales no tendrán derecho a obtener las subvenciones energéticas el próximo invierno.
El Gobierno laborista creará la figura de un comisionado que investigue los contratos corruptos firmados durante la covid «para devolver su dinero a los contribuyentes».
La ministra adelantó que presentará el primer Presupuesto del nuevo Ejecutivo de Keir Starmer el próximo 30 de octubre.
«La herencia del partido ‘tory’ es imperdonable. Prometieron soluciones a sabiendas de que no podrían ser pagadas. Gastaron como si no hubiera mañana, porque sabían que otro pagaría la factura», remató Reeves.
En su turno de respuesta, el exministro conservador de Economía Jeremy Hunt acusó a su sucesora de fingir su supuesto desconocimiento del estado de las arcas públicas y de usarlo como pretexto para futuras subidas de impuestos.