Entrega Sedatu perfiles de resiliencia a diversos municipios del país

Las ciudades a las que se les otorgó dicho perfil son: Allende, Nuevo León; Ciudad Juárez, Chihuahua; Durango, Durango; La Paz, Baja California Sur; Manzanillo, Colima; Mazatlán, Sinaloa, y Tijuana, Baja California

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Ciudad de México.- La Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) entregó en la ciudad de Mazatlán, Sinaloa, siete de los 16 Perfiles de Resiliencia Urbana que conforman La Red de Ciudades Resilientes.

En representación de la Secretaria Rosario Robles, el subsecretario de Ordenamiento Territorial, Enrique González Tiburcio, entregó dicho Perfil de Resiliencia Urbana a los municipios de Allende, Nuevo León; Ciudad Juárez, Chihuahua; Durango, Durango; La Paz, Baja California Sur; Manzanillo, Colima; Mazatlán, Sinaloa, y Tijuana, Baja California.

“Es justo la transformación de nuestras ciudades, municipios y territorios en sitios seguros y adecuados para la vida, lo que nos convoca a este evento”, afirmó.

Refirió que de acuerdo con el Programa Nacional de Desarrollo Urbano, 87.7 millones de habitantes en el país residen en zonas de riesgo, de los cuales cerca de 70% habitan en zonas urbanas, 9.5% en zonas semiurbanas y el resto (20.5%) en zonas rurales.

“Miren ustedes: cuando hablamos de proteger la vida y las posesiones de las personas, nos referimos a un complejo entramado de libertades, derechos y de acceso a servicios que constituyen la columna vertebral del bienestar cotidiano de los más de 80 millones de personas que habitan las ciudades, y de todos y cada uno de quienes viven en nuestro país”, expresó el subsecretario de Ordenamiento Territorial.

En un trabajo coordinado entre las secretarías de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano y de Gobernación, en colaboración con ONU-Hábitat, ayudaron para que los gobiernos municipales que integran la Red elaboren un perfil de riesgo de cada ciudad.

“Y quiero ser muy claro: los municipios, al ser los verdaderos dueños del territorio, son cruciales en materia de resiliencia. Si no fortalecemos la gestión municipal en materia de riesgo, seguiremos dándonos tiros en los pies”, sostuvo González Tiburcio.

Para ello, la SEDATU elaboró la Guía de Resiliencia Urbana en colaboración con la Secretaría de Gobernación y ONU-Habitat y que en enero pasado entregó al Presidente Enrique Peña Nieto. Con ésta las primeras 16 ciudades resilientes trabajan en la obtención de su perfil de resiliencia que garantice la seguridad de sus poblaciones.

El contexto internacional obliga a que las ciudades estén cada vez mejor preparadas para atender los riesgos y responder eficazmente a los desastres naturales y las coyunturas económicas.

Ante presidentes municipales, directores de los institutos de planeación municipal, autoridades de Protección Civil, el delegado de la SEDATU en Sinaloa, Marco Antonio Tordecillas y el director general de la Dirección de Ordenamiento Territorial y Atención a Zonas de Riesgo, Armando Saldaña Flores, el subsecretario de Ordenamiento Territorial dijo que la nueva Ley General de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano no sólo contempla la resiliencia como un principio transversal a toda acción y planeación de ordenamiento territorial, sino que establece sanciones a particulares o servidores públicos que construyan en zonas de riesgo.

De hecho ─comentó─ el artículo Décimo Tercero Transitorio establece un año para que el Congreso de la Unión adecue “las disposiciones legales para establecer las sanciones a quienes autoricen, ordenen, edifiquen o realicen obras de infraestructura y asentamientos humanos en zonas de riesgo. Esto, por supuesto, deberá reproducirse en la legislación estatal”.

Explicó que por parte de la SEDATU se emitirán dos Normas Oficiales Mexicanas que contemplan la resiliencia: una, sobre la custodia y aprovechamiento de las zonas de valor ambiental no urbanizables, incluyendo las primeras dunas de las playas, vados de ríos, lagos y vasos reguladores de agua, para la resiliencia urbana, y la segunda, para la prevención y atención de contingencias en los Centros de Población para el Fortalecimiento de la Resiliencia.

Además, resaltó González Tiburcio, la Ley establece que la resiliencia deberá ser un componente de todos los programas de ordenamiento y que está considerada como un tema de interés metropolitano.

“Quisiera decirlo, si me permiten la metáfora entre zonas beisboleras ─yo soy de Veracruz─: la resiliencia es una recta de 95 millas por hora que la Ley nos lanza a todas las autoridades, y hay que dar de hit por el bien de todos”.

Como señalaba al inicio, citó el funcionario, hay que ver en la resiliencia la posibilidad y el deber de pensar los asentamientos humanos y las ciudades desde otra óptica.

“No sólo es la capacidad de resarcir el daño que pueda ocasionarnos un desastre, sino diseñar nuestras vidas, nuestras calles, nuestras políticas públicas, el crecimiento urbano, la política de vivienda de manera sostenible”.

Por último, destacó la importancia que tienen los Institutos Municipales de Planeación en la consolidación de la Estrategia de Ordenamiento Territorial y Resiliencia que desde el Gobierno de la República se impulsa para mejorar las reacciones ante desastres naturales que pudieran ocurrir en las ciudades.

“Estos institutos son nuestras cajas de resonancia porque su duración no es de cada tres años, sino que traspasan la temporalidad y se convierten en testigos y vigilantes de las acciones que se realizan en la materia para beneficio de los mexicanos, sobre todo, de la población más vulnerable, en casos de desastres”, dijo.