Política Global

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  • Los Yunes traicionan al panismo, votan reforma judicial
  • Profundizan la crisis de liderazgo de Marko Cortés
  • Yunes Márquez, acusado de corrupción, cuasi héroe

Juan Barrera Barrera

Nadie puede negar que la nota de ocho columnas durante los trabajos de la sesión en el Senado para reformar el poder judicial, fu sin la menor duda la familia Yunes, cuyo voto del desaparecido-aparecido Fernando Yunes Márquez, del PAN, hizo posible que el partido oficial, Morena y sus socios menores, PT y Verde, lograran sacar adelante la controvertida iniciativa de ley que se ha convertido en la manzana de la discordia.

Días antes había corrido el rumor de que Yunes Márquez se convertiría en el Judas, porque, aseguraban no tenían noticias de él, eso levantó sospechas en la oposición y entre varios comentócratas, quienes aseguraban traicionaría a su partido, a México y la Marea Rosa, a la que los 43 senadores opositores se comprometieron a votar en contra de la reforma judicial.

Que fue una sesión muy desaseada la del martes y miércoles en el Senado, de eso tampoco hay duda. Nos dejó muchos sinsabores porque nos retrae a los peores tiempos de las políticas de cañería del partido único, del partido tricolor. Mención aparte merece el bochornoso escándalo en el PAN, que abona más a su desprestigio incontenible.

Marko y Miguel Ángel exhiben la decadencia panista

El sufragio número 86 que aportó el senador Miguel Ángel Yunes Márquez, apoyado por su suplente, su padre y cabeza del clan, Miguel Ángel Yunes Linares, no sólo no evidenció la podredumbre de ellos mismos, sino de la cúpula panista, en especial de su dirigente Marko Cortés Mendoza, por agandallarse las candidaturas para sus allegados y familiares.

A las acusaciones de traidor y vendido de parte del cuestionado Cortés, Yunes Márquez respondió que su familia aportó un millón de votos en Veracruz que le dieron la senaduría a él, una diputación a su secretaria y otra a su hermano. En un intento de defensa, Marko se hizo bolas y terminó exhibiéndose cuando le subrayó al veracruzano los apoyos que le dispensó a él para que fuera candidato a la alcaldía de Veracruz, a diputado luego a Senador, a su esposa, actual alcaldesa de la capital jarocha, y a su papá para que fuera gobernador y ahora su suplente. Todo eso para terminar en pleito.

Marko Cortés se mostró como lo que es: un líder en total decadencia, un panista ( se dice que fue impuesto en la dirigencia del PAN por su amigo, el autoexiliado Ricardo Anaya) que ha llevado a su partido a los niveles políticos más bajos de la historia de ese instituto político. Los panistas olvidaron que “la ropa sucia se lava en casa” y prefirieron ventilar sus problemas en el Senado en un momento histórico para el país. El liderazgo de Cortés Mendoza quedó por los suelos, y así tratará de imponer a Jorge Romero como su sucesor. Si es así, será el acabose para ese partido.

Yunes Márquez es igualmente impresentable, lo mismo que su padre. Son símbolos de toda una historia de corruptelas desde que estaban en el PRI. Son personajes fácilmente vendibles. Ha corrido la especie de que el senador cambió su voto por impunidad, ya que sobre él y familiares pesan varias acusaciones.

El Congreso en uno de sus niveles más bajos

Yunes Linares, quien tuvo que dejar la comodidad de su estancia en Miami en donde se encontraba por las investigaciones de que es objeto, para regresar a defender a su hijo, ha sido un tradicional enemigo político del presidente Andrés Manuel López Obrador. Antes lo fue también de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano cuando era candidato presidencial del PRD.

A Morena y sus partidos satélites, PVEM y PT, les bastaba un solo voto para derrotar a la aplanadora oficial, pero perdieron tres. El caso más extraño es el del senador del Movimiento Ciudadano, Daniel Barreda, del estado de Campeche, quien se mantuvo ausente con el argumento que no pudo llegar a tiempo por un problema de un familiar, porque su papá había sido detenido.

La oposición terminó derrotándose a sí misma. Morena tendrá mayoría calificada en ambas Cámaras para aprobar reformas constitucionales sin necesidad de negociar ningún voto. A Morena y socios políticos se les cuestiona el uso del mayoriteo que les otorga una indebida sobrerrepresentación que les dio el INE y el Tribunal Federal Electoral, pero como dijera el clásico “haiga sido como haiga sido” la tienen y hacen uso de ella como en cualquier legislativo de otro país, como se ha hecho antes en el de México. Pero eso no redunda en credibilidad para Morena: ganó, pero no convenció.

El proceso legislativo se ha degradado por las formas en que se han conducido los representantes populares (una senadora del PAN, previo a la discusión, alentaba a la violencia, pedía linchar a aquellos senadores que votaran a favor de la controvertida reforma), todo ello repercute en la devaluación del proceso democrático nacional y en desprestigio y desgaste de los partidos de oposición PAN y MC, el PRI se mantuvo firme con sus 15 senadores. El priísta “Alito” Moreno se siente impoluto, pero la derrota es compartida.

Yunes Márquez cuasi héroe por su decisión de votar reforma

AMLO, su partido Morena, y sus aliados le asestaron una fuerte derrota a la cúpula de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y a la oligarquía que venía sosteniendo a los partidos opositores. A Claudio X. González y a los intelectuales orgánicos que encabezan Héctor Aguilar Camín y Enrique Krauze.

No ayudan a limpiar la imagen de un Congreso de muy bajo nivel las declaraciones del mandatario mexicano ni de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo. López Obrador con su estilo triunfalista, celebra el triunfo de los progresistas contra la corrupción. Parecería chas carrito, pero el presidente se atreve a afirmar: “vamos a dar un ejemplo al mundo porque el Poder Judicial está más que demostrado no imparte justicia…”.

La declaración de Sheinbaum Pardo no tiene desperdicio, pues aseguró que Miguel Ángel Yunes Márquez “tendrá un reconocimiento en la historia por haber votado a favor de la reforma al Poder Judicial…” EL político veracruzano que tiene múltiples señalamientos de corrupción, ahora se ha convertido en una suerte de héroe para la presidenta electa.

Pero es muy temprano para echar las campanas al vuelo. Falta demostrar las bondades de la votada reforma judicial. Morena tiene que demostrar que no la propuso para controlar al aparato judicial, como ha visto sosteniendo la oposición, pero eso ya le corresponderá a la presidenta entrante.