Las PYMEs y los gobiernos de izquierda a la mexicana
Mario Sandoval Chávez
Estamos a una semana del cambio de administración en México. Ambas administraciones se identificaron con la ideología de izquierda mexicana. Esto se adereza de la retórica diaria en el discurso de la economía social, el estado del bienestar y el humanismo mexicano. Qué significa ello con precisión y claridad es complejo entenderlo con hechos, pero para sus simpatizantes basta con que se les refiera en la narrativa para estar muy satisfechos y entusiasmados de sus conceptos. Para los que buscan más los hechos y los resultados reales, no hay tal aceptación, toda vez que hay resultados cuestionables en materia económica, de seguridad, salud, educación y estado de derecho.
En México, la relación entre los empresarios y los gobiernos de izquierda ha sido compleja. Históricamente, los empresarios mexicanos, en especial las grandes corporaciones, han tendido a apoyar a los gobiernos de derecha, pero en los últimos seis años han comenzado a diversificar sus alianzas políticas para mantener sus concesiones en infraestructura, medios de comunicación y minería.
Durante el gobierno de izquierda de Andrés Manuel López Obrador, los empresarios han tenido una relación mixta. Por un lado, han apoyado algunas de las políticas económicas del gobierno, como la inversión en infraestructura y la promoción de la industria nacional. Por otro lado, han expresado su preocupación por la incertidumbre económica y la falta de claridad en algunas políticas, como la reforma energética. En esta última se ha privilegiado a Pemex y CFE y poniendo distancia y descalificado al capital privado nacional o extranjero.
Con Claudia Sheinbaum aún es poco claro su posicionamiento al respecto. En algunos foros señala que habrá oportunidad al capital privado y en otras ocasiones fiel a lo dicho por López Obrador. Así que a partir de octubre se verá por donde marcará su orientación en especial en energías renovables, Pemex y su participación en las mismas y la nueva visión que podría tener la Secretaría de Energía en quien deposita su confianza. Y más si Pemex y CFE dejan de ser empresas productivas y las transforman en empresas del estado como es el deseo y orden de López Obrador.
Es importante destacar que la mayoría de los empresarios comparten una idea de sí mismos que les da unidad y los aglutina, pero también existen diferencias significativas entre ellos en cuanto a sus intereses y objetivos. Por ejemplo, los empresarios de la industria manufacturera pueden tener intereses diferentes a los de la industria financiera o agrícola.
En general, la relación entre los empresarios y los gobiernos de izquierda en México sigue siendo un tema relevante y en constante evolución.
Algunas políticas han beneficiado a los grandes empresarios en México:
Inversión en infraestructura: El gobierno ha invertido en proyectos de infraestructura, como carreteras y puertos, lo que ha beneficiado a los empresarios del sector de la construcción y la logística.
Promoción de la industria nacional: El gobierno ha implementado políticas para promover la industria nacional, como la producción de bienes y servicios, lo que ha beneficiado a los empresarios del sector manufacturero de mayor tamaño.
El nearshoring en temas de oferta inmobiliaria ha sido otro sector que se benefició en especial por la decisión de Estados Unidos por relocalizar empresas fuera de China.
Sin embargo, el apoyo a la pequeña y mediana empresa ha sino menos que discreto: El gobierno de ideología de izquierda no ha implementado programas para apoyar a las pequeñas y medianas empresas, como créditos accesibles y oportunos y capacitación técnica, lo que ha limitado a los empresarios de este sector.
El sector financiero público y privado no tiene como objetivo de negocios al sector pyme. Publicidad y discurso hay. Pero los datos de la SHCP, CNBV y Banco de México confirman que la colocación total en el orden de los 6 billones de pesos, sin embargo, el crédito a las PYMEs no es mayor al 6% del portafolio total. El 40% es consumo, 10% vivienda residencial y 50% créditos a grandes empresas.
Los gobiernos de izquierda mexicana no tienen visión de desarrollo de las pymes, pese a ser el entorno con mayor aportación (52%) al PIB del país y a la generación de empleos formales (28 millones de empleos formales, el 50% del total de empleos incluyendo informalidad). Los gobiernos de la izquierda mexicana, son políticos y funcionarios formados en la academia, el activismo político y la burocracia dorada. Por lo que su sensibilidad y entendimiento del sector pymes es limitado.
El sector financiero está concentrado en bancos y en especial en 10 instituciones que concentran más del 90% del negocio. En el caso del sector financiero no bancario está fragmentado en diversas asociaciones, por lo que su capacidad de fondeo es limitada y se les ha dado una calificación de mayor riesgo. Así como una excesiva regulación por parte de CNBV y Condusef, por lo que es un sector frágil y sensible para poder apoyar a las pymes mexicanas.
El impacto de los gobiernos de izquierda en las pequeñas y medianas empresas (PYMEs) puede variar según la política específica implementada y el contexto económico del país. Sin embargo, hay algunas tendencias y consideraciones generales que se pueden analizar:
1. Políticas de apoyo: Los gobiernos de izquierda podrían implementar políticas regionales con metas medibles para apoyar a las PYMEs, como programas de financiamiento, incentivos fiscales y capacitación para emprendedores.
2. Regulación laboral: Las políticas laborales deben ser más favorables y puedan apoyar a las PYMEs, ya que pueden reducir costos laborales y mejorar las condiciones de trabajo.
3. Inversión pública: Los gobiernos de izquierda pueden invertir en infraestructura y servicios públicos, lo que puede beneficiar a las PYMEs que dependen de estos servicios. Es decir, incentivar polos de desarrollo como lo hacen con el interoceánico y darles oportunidad de conversión en zonas estratégicas del centro y norte del país.
Hoy las PYMEs tienen retos potenciales, por lo que deben tener atención en su toma de decisiones:
1. Regulación excesiva: Los gobiernos de izquierda pueden implementar regulaciones más estrictas, lo que puede aumentar los costos de cumplimiento para las PYMEs.
2. Impuestos: Los gobiernos de izquierda pueden aumentar o ser muy incisivos en el cobro de los impuestos para financiar programas sociales y públicos, lo que puede afectar la rentabilidad de las PYMEs.
3. Inestabilidad económica: Los gobiernos de izquierda pueden implementar políticas que generen inestabilidad económica, lo que puede afectar la confianza de los inversores y consumidores. Un caso especial será la cuestionada Reforma Judicial, su implementación y resultados.
Ahora bien, cada gobierno y en especial de izquierda, traen la receta secreta en su libro bajo el brazo y con diversos resultados como los siguientes:
1. Argentina: Durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), las PYMEs enfrentaron desafíos debido a la regulación excesiva y la inestabilidad económica.
2. Chile: Durante el gobierno de Michelle Bachelet (2014-2018), se implementaron políticas para apoyar a las PYMEs, como programas de financiamiento y capacitación.
3. Uruguay*: El gobierno de Tabaré Vázquez (2005-2010, 2015-2020) implementó políticas para apoyar a las PYMEs, como la creación de un fondo de inversión para emprendedores.
De Venezuela, Nicaragua o Cuba. Es mejor no comentar nada. Los hechos hablan por sí solos.
El impacto de un gobierno de izquierda en las PYMEs depende de las políticas específicas implementadas y el contexto económico del país. Es importante que los gobiernos de izquierda encuentren un equilibrio entre apoyar a las PYMEs y garantizar la estabilidad económica y la justicia social. Sale una administración muy popular, pero con resultados cuestionables y con riesgos en el déficit fiscal, presión diluida sobre el tipo de cambio en tanto el diferencial de tasas entre México y Estados Unidos sea el factor. La inseguridad y cobro de piso para las PYMEs, una inflación que no cede al objetivo y tasas de interés altas que limitan la rentabilidad y la inversión productiva. A partir de octubre se verá si hay un nuevo estilo de gobernar o no se cambia ni una coma.
X: @MarioSanFisan
CEO FISAN SOFOM ENR
Banquero a nivel Directivo con más de 30 años de experiencia profesional de negocios.
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