Londres.- El precio del Brent, el petróleo de referencia en Europa, mantiene este viernes su senda ascendente ante la creciente tensión en Oriente Próximo y va camino de anotarse la mayor subida semanal en dos años, superior al 9 %.
El Brent subía un 1,7 % a las 13:00 horas (11:00 GMT) y rozaba los 79 dólares por barril, el nivel más alto desde finales de agosto, según datos de Bloomberg.
El crudo de referencia en Europa encadena cuatro sesiones al alza, desde que el martes Estados Unidos anunció un inminente ataque de Irán contra Israel.
En el conjunto de la semana, el Brent sube en torno al 9,5 %, el mayor incremento semanal desde principios de octubre de 2022, cuando la OPEP y sus aliados acometieron un drástico recorte de la producción.
El West Texas Intermediate (WTI), referente en Estados Unidos, avanzaba un 1,5 % antes de la apertura formal del mercado y se acercaba a los 75 dólares.
El precio del Brent moderó su subida el miércoles tras la decisión de la OPEP+ de mantener su plan de empezar a aumentar la producción a partir de diciembre.
La organización, que agrupa a los miembros de la OPEP y a otros grandes productores como Rusia, precisó que volverá a reunirse para revisar sus planteamientos si lo considera necesario.
Los precios volvieron a repuntar este jueves ante la posibilidad de que Israel ataque instalaciones petroleras iraníes.
El detonante fue un comentario del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien dijo, antes de subir al helicóptero presidencial, que la posibilidad de que Israel ataque instalaciones petroleras de Irán está sobre la mesa.
Ignacio Cantos, director de Inversiones de ATL Capital, atribuye el despegue del petróleo a la situación en Oriente Próximo, en especial a la entrada en escena de Irán, pero precisa que, de momento, la subida se limita a compensar las caídas registradas en septiembre.
«Vemos una vuelta (de los precios del crudo) a la zona media de los últimos años», explica.
Los analistas coinciden en que los factores que determinarán los precios del crudo son la situación en Oriente Próximo; la evolución de la demanda, ahora estancada; y la postura que la OPEP+ adopte sobre los niveles de producción.