De Norte a Sur

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El TLCAN y la estructural del campo mexicano

  • Un sector agropecuario envejecido

Guillermo Correa

Agosto es el mes dedicado a la vejez y gran problema es el que se avecina para el campo mexicano que se encuentra envejecido, pues la mayoría de los productores del sector rural rebasan los 65 años y entre los jóvenes pocos son los que optan por el trabajo rudo al que están acostumbrados, sobre todo, los indígenas. De acuerdo con censos recientes, alrededor de 7 millones constituyen la población dedicada a las actividades agropecuarias que en rangos como el de las frutas, las hortalizas y la ganadería han convertido a México en una potencia agroalimentaria mundial. Eso es de lo que se presume ahora con las negociaciones para modernizar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) iniciados hace unos días en Washington, la capital de los Estados Unidos.

Oficialmente se dice que México vende diario a ese país un promedio de 1,500 millones de dólares. De ese tamaño es la magnitud del trabajo de los jornaleros y también de los campesinos con tierra que se afanan en producir por lo menos para que no se multipliquen los muertos de hambre. Pero ¿qué va a pasar cuando falten, o ya no puedan más, y no haya juventud rural que los quiera sustituir? ¿De dónde saldrá la comida que demandan más de 120 millones de mexicanos? ¿Se importará mucho más del 50 por ciento de los alimentos que actualmente llegan del extranjero?

Ya el recordado Arturo Warman advertía en su estudio El Campo Mexicano en el Siglo XX que hace 17 años las tres cuartas partes de los ejidatarios, 76 %, tenía más de 40 años y sólo 24 % tenía menos; 55 % del total era mayor de 50 años y casi la mitad de ellos, 24.6 % del total, tenía más de 65. Datos del Procede obtenidos 15 años antes. Hay que preocuparse de cómo está la situación en la actualidad. El mismo antropólogo, exsecretario de Agricultura, argumentó en ese momento que la legislación agraria anterior a 1992 tiene un papel en el envejecimiento gradual de los ejidatarios, pues exigía que el ejidatario trabajara personalmente su parcela, sin venderla, rentarla ni cederla. En ese marco, el campesino quedaba arraigado hasta la muerte, con riesgo de perder todo su esfuerzo sin ninguna compensación. ¿Pensionar a los campesinos? Cómo. Eso es un sueño guajiro o promesa de campaña de cualquier candidato que, aun firmado el compromiso ante notario público, siempre se quedara en el vacío.

Y lo peor del agro es que los hijos se van desprendiendo del hogar para establecerse por su cuenta. Es por eso que Manuel Cota, senador, y entonces dirigente de la Confederación Nacional Campesina, advirtió hace más de un año de la crisis estructural que espera al sector rural de no atenderse a tiempo el peligro que representa el envejecimiento de la población del campo y exhortó a los integrantes de la Vanguardia Juvenil Agrarista a enfrentar el grave problema para el país.

Y con la seguridad de que poco ha cambiado la realidad, el legislador nayarita habló de la necesidad de reforzar el acceso de la juventud a los apoyos gubernamentales en el medio rural, porque han disminuido las oportunidades para buscar una vida mejor. Prueba de ello es que las estadísticas reflejan que el 60 % de los programas entregados en el agro son recibidos por productores mayores de 50 años, mientras que los propietarios más jóvenes reciben únicamente el 5 %. Por eso, urge que se tomen en cuenta que en el campo el reemplazo por generaciones jóvenes se convierte en una necesidad. Cota fue incluso más allá de la petición ya que se pronunció por elevar a nivel legal la búsqueda por la radicación de los juveniles campesinos en su lugar de origen como un objetivo de las políticas públicas para el desarrollo rural sustentable y como finalidad del Programa Especial Concurrente –el presupuesto que reciben más de una docena de dependencias para aplicarlo en el área rural.

El senador cenecista consideró en ese momento –6 de enero de 2016—que el crecimiento de la población rural que tiene entre 55 a 59 años de edad es del 50 %, mientras que no supera el 20 % los mexicanos que tienen de 4 a 34 años lo que anuncia que una década más –2026—el primer rango estará por concluir su vida productiva y si a ello se suman los procesos migratorios observamos la destrucción del campo mexicano de forma silenciosa año con año. Respaldado siempre con cifras oficiales detalló que en la actualidad, con todo y deportaciones iniciadas por Trump, el 13 % de la población nacional trabaja en Estados Unidos y de este porcentaje cerca del 82 % es población campesina, sector que hace 65 años representaba más de la mitad de los mexicanos y que en la actualidad sólo significa el 21 %, ritmo que de continuar, según el Banco Mundial, las poblaciones rurales quedarán desiertas en pocos años, poniendo en riesgo la soberanía y seguridad alimentaria de México.

Si no ha cambiado de opinión, el legislador sostiene que como las estadísticas no mienten, entre mayor es el grado de marginación en el medio rural, mayor es la tenencia migratoria de los jóvenes, flujo que será incontenible si no son atendidos con oportunidad. En consecuencia, la realidad del campo se estima desoladora si no se logra un cambio generacional importante en la población rural, por lo que resulta trascendente empezar a atender el problema de la transición general con la modificación de la Ley General de Desarrollo Rural Sustentable, a fin de dar prioridad al arraigo de los jóvenes en sus lugares de origen con los correspondientes apoyos que demandan.

A tales pronunciamientos, pronto Kevin Rocha Enríquez, duranguense y líder de la VJA calificó de grave el problema del envejecimiento de la población rural. Se comprometió a frenar la migración de los jóvenes ante una realidad que muestra que el campo mexicano sale adelante sólo con el trabajo de productores que rebasan los 65 años de edad. En este sentido, resaltó la necesidad de reforzar el acceso de los jóvenes a los apoyos gubernamentales en el medio rural, porque han disminuido las oportunidades para buscar una vida mejor. Informó también que por instrucciones del Secretario de Gobernación se instalarían mesas de trabajo en cada estado de la República para considerar las demandas de los jóvenes rurales.

Cuando esto se redacta ha pasado mucho tiempo de las advertencias mencionadas y ahora que está próximo un congreso más de la CNC, ahora en Zacatecas, para fines de agosto, se obliga la pregunta de ¿Cómo va la lucha contra el envejecimiento del campo mexicano?

DESDE EL CENTRO

Condenamos el atentado del Estado Islámico en Barcelona… Por cierto, en reciente comunicado la SAGARPA aseguró que le apuesta a los jóvenes en el marco de la modernización del TLCAN agropecuario. Sostiene que el campo mexicano es oportunidad y negocio, porque ha cambiado de manera sustantiva a raíz del Tratado  y que a más de 23 años de su vigencia, hoy México es superavitario en el rubro agroalimentario con más de tres mil 500 millones de dólares con el mundo y cerca de siete mil millones de dólares con Estados Unidos, lo que es una muestra clara de que somos mejores en la competencia… El secretario José Calzada Rovirosa sostiene también que su prioridad en la revisión del TLCAN agropecuario será cuidar los intereses de los productores del sector agroalimentario nacional. Obvio que se refiere a los agroexportadores porque los de autoconsumo siguen protestando y demandan sacar a México del Acuerdo con Estados Unidos y Canadá… Vamos a ver también cómo responde México ante la exigencia de Trump de que abran las puertas a las trasnacionales de los transgénicos…Raúl Urteaga Trani, coordinador de Asuntos Internacionales de la Secretaría de Agricultura, es el enlace en las negociaciones… En Veracruz, acusan fraude del hijo de subdelegado de esa dependencia, Luis Alejandro Chavarría –Alejandro—de engañar a productores de Villa Aldama, Perote, Acajete y Emiliano Zapata, entre otros, con la promesa pedir documentos dizque para tramitar proyectos productivos. El caso es que no regresa las escrituras… La Unión Nacional Integradora de Organizaciones Solidarias y Economía Social (UNIMOSS), que preside Javier López Macías, reprocha que se pretenda comprar granos en Argentina y Brasil cuando aquí se tienen y se puede producir más, siempre y cuando haya apoyo.

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