- Toda la furia racista de Trump contra las comunidades migrantes
- California es el laboratorio del perverso experimento de persecución
- Donald Trump provoca el caos para utilizar la fuerza
Juan Barrera Barrera
La xenofobia del ultraderechista presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, se ha desbordado en contra de la población migrante del considerado, atinadamente, el icónico estado santuario del país vecino del norte y principal reducto electoral del Partido Demócrata desde hace poco más de tres décadas: California.
El envío de las fuerzas armadas a “controlar” las manifestaciones de protesta en la ciudad de Los Ángeles (tiene una población estimada en 10 millones de habitantes de los cuales casi cuatro millones son de ascendencia mexicana), contra redadas migratorias indiscriminadas es, como lo afirmó la alcaldesa Karen Bass, un experimento del Donald Trump para replicar la persecución inhumana en el territorio estadounidense.
Inventa Trump “invasores” para imponer “la ley y el orden”
Las medidas de fuerza con el despliegue de la Guardia Nacional y de efectivos de la infantería de la Marina en Los Ángeles confirman el camino autoritario que ha decidido correr el millonario neoyorquino. El foco de sus ataques seguirá siendo los migrantes, uno de los sectores más débiles y desprotegidos de la población estadounidense.
Donald Trump y su equipo de supremacistas (MAGA) han creado un escenario muy propicio para imponer sus estrategias represivas. Los movimientos de protesta en Los Ángeles son calificados por el régimen trumpista de revueltas y de movimientos de invasores de ilegales, de criminales etcétera, a los que tienen que combatir con todo el poder del Estado estadounidense.
Para tal objetivo el gobierno fascista de Trump construye un relato negro para estigmatizar a una población a la que no se les reconocer las razone que las motivaron a migrar y mucho menos su contribución en la construcción de la grandeza de una nación, y contraponen la mentira de que son personas que han llegado a destruir a los Estados Unidos.
Donald Trump no tiene la menor intención de defender la democracia, o la cultura, o los intereses estadounidenses, no, lo quiere es que su imagen le dé la vuelta al mundo como un personaje poderoso que está rescatando la civilización estadounidense de los “invasores” migrantes y para eso recurre a la mentira y la manipulación de los hechos.
Los Ángeles resiste la embestida de odio trumpista
El escenario de protestas angelino le cayó como anillo al dedo al gobernante estadounidense en los momentos en que sus votos iban a la baja (la aprobación de Trump bajo 44%) por los descalabros que está sufriendo su política arancelaria y los daños a la economía doméstica por las normas fiscales y comerciales, y por su ruptura explosiva con su principal financiero de campaña, Elon Musk. La imagen de EU se ha deteriorado desde que Trump regresó a la presidencia, según una encuesta global publicada este miércoles por el Pew Research Center. El 80% de los encuestados calificó a Trump de arrogante y solo el 28% lo considera honesto.
Donald Trump ha iniciado una cruzada violenta contra las comunidades migrantes. Su paranoia lo ha llevado al extremo de afirmar que las protestas que comenzaron el viernes como respuesta a las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) son una invasión extranjera a fin de justificar sus políticas xenofóbicas.
El mandatario supremacista quiere aplicar la ley de insurrección de 1807 que permite al presidente usar al ejército contra la población civil en casos de rebelión, para tratar a los manifestantes como enemigos internos. Las manifestaciones han sido en su mayoría pacificas, salvo algunas excepciones. El estado de California ha demandado a Trump por abuso de poder. La alcaldesa y el gobernador lo acusan de crear una crisis artificial para justificar la represión.
Newsom aseguró que enviar combatientes de guerra a las calles “no tiene precedentes y amenaza los fundamentos de nuestra democracia”. El gobernante cuestionó que “Donald Trump se comporta como un tirano y no como un presidente. Le pedimos a la Corte que bloquee de inmediato estas acciones ilegales. El gobernador afirmó que no hay invasión ni rebelión en Los Ángeles “hay disturbios civiles que no difieren de los episodios que se producen regularmente en comunidades de todo el país y que son contenidos por las autoridades estatales y locales…” como parte del alegato legal de Newsom y de la Fiscalía de California.
California es el estado más próspero de la Unión Americana. Es la quinta economía a nivel mundial y es el que aporta más recursos a la federación. Tiene 40 millones de habitantes y de cada 100, 25 habitantes son migrantes. Trump golpea a California también por motivado políticamente porque el gobernador Newsom es un aspiraste fuerte a la candidatura presidencial por el Partido Demócrata.
¿Oculta Trump decadencia de los Estados Unidos?
Una forma de defensa de las comunidades migrantes es el toque de queda en el centro de Los Ángeles que impuso la alcaldesa Karen Bass y junto a la del gobernador Newsom su imagen se ha elevado de tal suerte que en una treintena de ciudades importantes de Estados Unidos serán replicados los movimientos de protesta no solo contra las políticas migratorias racistas de Trump, también por el costo de la vida.
Solo un personaje demencial como Trump actúa de manera perversa en contra de la estabilidad política y social de su país y de los derechos fundamentales de sus pobladores. Trump aplica una política de terrorismo de Estado y para ello comprometerá al ejército, lo ha dicho, para reprimir cualquier manifestación de protesta en su contra este sábado con motivo del aniversario 250 del ejército estadounidense.
Trump abona el terreno para que cualquier protesta sea criminalizada, convertir en enemigos a quienes defienden los derechos humanos y desplegar toda su furia y odio antiinmigrante mediante el uso de la fuerza física (la ley y el orden) y generar el terror entre la población para satisfacer a sus bases ultranacionalistas que son las únicas que lo aplauden. Pero detrás de ese escenario convulso tal vez el mandatario estadounidense pretensa ocultar el proceso de decadencia de su país del cual él es el principal culpable.