Tecnología podría rebasar Ley Fintech

Se explicó que la Ley únicamente pretende establecer las bases que deben regir a las ITF, dejando que lo demás se ajuste en disposiciones secundarias

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Ciudad de México.- La tecnología avanza cada día, por lo que la Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera, mejor conocida como Ley Fintech, se podría ver rebasada.

De acuerdo con Juan Pablo Zorrilla, cofundador y CEO de Resuelve.mx, el borrador de esta ley estuvo bien pensado y bien creado.

La empresa de servicios financieros precisó que México tiene el ecosistema Fintech más grande de toda Latinoamérica con 238 entidades, seguida de Brasil con 230.

Zorrilla destacó que en el proyecto de ley se contempla que las empresas de reciente creación serán consideradas dentro de los “Modelos Novedosos” y gozarán de una autorización temporal para que desarrollen su negocio en un mercado real pero controlado.

No obstante, sugirió ser cautelosos, ya que faltan los detalles de la regulación secundaria.

“Habrá que entender en qué consiste el proceso para obtener la autorización temporal. Una autorización por definición genera fricción en el proceso y es probable que se le quiera dar la vuelta o no se siga al pie de la letra. Es un mejor mecanismo y preferible a no tenerlo, pero dudo que evite al 100 por ciento el rezago en la ley”, aseguró.

Indicó que otro de los cambios importantes en la última versión, gira en torno a las criptomonedas, ya que la ley no incluye la regulación de las entidades dedicadas a la compraventa de estos activos virtuales y permite a las Instituciones de Tecnología Financiera (ITF) que operen con ellos.

Y aclaró que estas representaciones digitales no tendrán un curso legal en nuestro país y será el Banco de México (BANXICO) quien determine y autorice las que podrán ocuparse.

El directivo manifestó que esta medida es un freno al surgimiento de nuevos “mineros” pero avala la operación de los participantes, brinda mayor confianza en el usuario y motiva su uso.

Explicó que la Ley únicamente pretende establecer las bases que deben regir a las ITF, dejando que lo demás se ajuste en disposiciones secundarias, con el objetivo de contar con una mayor flexibilidad, lo que permitirá que ésta se vaya adecuando conforme al dinamismo constante del sector.