FMI pronostica otro año negro para Venezuela

La economía del país petrolero experimentaría una contracción de casi 50 por ciento en los últimos seis años

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Washington.- La economía de Venezuela registrará un desplome de 15 por ciento y una inflación de hasta 13 mil por ciento en 2018, según las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) que mejoró las previsiones de crecimiento del resto de América Latina y el Caribe.

De confirmarse esta previsión, la economía del país petrolero experimentaría una contracción de casi 50 por ciento en los últimos seis años.

Este escenario en Venezuela es resultado de “significativas distorsiones microeconómicas y desequilibrios macroeconómicos exacerbados por el colapso de la exportación petrolera”, dijo el economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI) para América Latina, Alejandro Werner.

De acuerdo con el organismo, el Producto Interno Bruto (PIB) de Venezuela ya cerró con una caída de 16.5 por ciento en 2016 y el año pasado cedió un 14 por ciento, según datos preliminares.

Las estimaciones señalan que la inflación de 2017 se situó por encima del 2,400 por ciento y rondará el 13 mil por ciento en 2018, «alimentada por el financiamiento monetario de profundos déficit fiscales y la pérdida de confianza en la moneda nacional».

En la actualización de las expectativas económicas de la región para este año, el FMI mantuvo sin cambios su previsión de un crecimiento de 1.9 por ciento este año para América Latina y el Caribe, que había divulgado en octubre pasado.

Sin embargo, el organismo añadió que, si se excluyera a Venezuela de las estimaciones, la región experimentaría un crecimiento de 2.5 por ciento este año.

«Venezuela representa un porcentaje no despreciable de la economía de la región. Y si a ese país le va muy mal, en el promedio de la región eso influye», señaló Werner.

A pesar de ese cuadro, el funcionario dijo que el FMI mantiene su convicción de que el impacto económico directo de la crisis venezolana en los países vecinos aún será «limitado».

Los títulos de deuda emitidos por Venezuela están técnicamente en situación de suspensión de pagos desde el mes pasado. Estas obligaciones son consideradas desde ahora como «flat trading», es decir que ya no interesan.

A inicios de enero, el país disponía de unos nueve mil 700 millones de dólares de reservas y debía reembolsar por lo menos mil 470 millones antes de fines de 2017 y luego ocho mil millones en 2018.

Werner calificó de «casi nulo» el contacto sostenido con las autoridades venezolanas desde noviembre, cuando el FMI otorgó seis meses al país sudamericano para que proporcionara estadísticas sobre su economía, luego de que se incumplió el plazo estipulado en los reglamentos del organismo.

Si Venezuela no aportara la información requerida, el FMI podría decidir su expulsión.

De concretarse el pronóstico del FMI para este año sobre la retracción de la economía de Venezuela, el PIB del país petrolero sumaría un derrumbe de casi 50 por ciento en los últimos seis años.