A un año del “desastre financiero”

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  • Continúa salida de capitales
  • Desinterés de inversionistas
  • Salazar, el influyente líder y la “rifa del tigre”

Agustín Vargas*

El 20 de febrero del año pasado, el pánico hizo presa a los inversionistas en los mercados financieros mundiales y con ello se desato una oleada de ventas en activos considerados de mayor riesgo, entre ellos el peso mexicano, por los temores con relación a la pandemia de Covid-19.

Justo esta semana se cumple un año del inicio del mayor “desastre financiero” global y que aún mantiene en vilo a la mayoría de los gobiernos de casi todo el mundo.

Nadie atinó la trascendencia de la crisis de salud que se enfrentaría a lo largo de todo este tiempo que derivó de inmediato en una crisis económica de dimensiones incalculables, pues los inversionistas y operadores más optimistas apostaron a que sería de corta duración y que se limitaría en gran medida a Asia.

En marzo, el coronavirus estaba arrasando en todo el mundo y el peso mexicano se depreciaba a su peor nivel histórico, cotizando en el mercado al mayoreo hasta en 26 unidades por dólar. Se registraron episodios de pánico a nivel mundial.

Un año después de este inicio del “crash”, ahora los inversionistas están sopesando cuánto más puede durar el repunte de la recuperación después de que una avalancha de estímulos haya empujado la valoración de la mayoría de las monedas emergentes, incluida la mexicana.

Nuestra moneda ha acortado las pérdidas, revaluándose frente al dólar y otras divisas, pero ese repunte ha sido impulsado en gran medida por los esfuerzos fiscales y monetarios sin precedentes en otros países, aunque las economías siguen siendo frágiles y la vida en muchos lugares sigue estancada en medio de una distribución de las vacunas más lenta de lo esperado.

En gran medida, el comportamiento de la divisa mexicana se explica por factores externos, principalmente la caída generalizada del dólar.

También le ayudó al peso el tema político en Estados Unidos, con el triunfo de Biden y el inicio de la producción de las vacunas antiCovid, fármacos que en promedio resultaron con alta efectividad (arriba de 90%).

De hecho, el optimismo para 2021 se basa en una pandemia que retrocede lentamente y en el continuo apoyo de los gobiernos a la economía.

La cantidad de estímulos que actualmente se encuentra distribuido entre las distintas economías es el mayor cambio en las condiciones desde donde estábamos hace un año frente a una pandemia de Covid.

Nunca se había aplicado una cantidad similar de apoyos fiscales y monetarios coordinados. Ni siquiera en la gran crisis de 2008- 2009 se observaron apoyos como los actuales, en particular los fiscales.

Pero claro, todo esto en otros países, porque en México nada de eso ha ocurrido hasta el día de hoy por la cerrazón y necedad de un gobierno que no mira más allá de sus intereses políticos, sin importarle la salud de la población, menos reactivar la economía y el empleo.

Continúa salida de capitales

Enero volvió a ver salidas de capitales extranjeros invertidos en valores gubernamentales mexicanos. La salida fue moderada, por un monto de 10,473 millones de pesos (-0.55% mensual). Con ello, el valor total de activos de deuda mexicana en manos de extranjeros cayó ligeramente a 1.88 billones de pesos.

Desde el máximo histórico de tenencias registrado en marzo de 2019, la caída de valores gubernamentales en manos de extranjeros ha sido de (-) 15.56%, equivalente a una salida de 346,511 millones de pesos.

Sin embargo, desde la salida acumulada entre los meses de marzo y julio del 2020, cuando estalló la crisis por la pandemia y salieron más de 386 mil millones de pesos, se recuperaron al cierre de enero 81,897 millones o 4.55%.

De acuerdo con datos del Banco de México, la mayor tenencia de valores en manos de extranjeros se encuentra en Bonos (87.72%), seguidos de Cetes (7.72%) y en menor medida en Bondes (2.31%) y Udibonos (2.24%).

Enero marcó un inicio débil de 2021, en un año en el que se espera que las perspectivas económicas a nivel mundial mejoren y ello contribuya a atraer capitales internacionales a activos de deuda mexicana.

Cifras publicadas por el Institute of International Finance (IIF) sugieren que los títulos de deuda de países emergentes atrajeron hasta 53,500 millones de dólares en el primer mes de 2021, lo que se compara negativamente con la desinversión vista en México.
México, Taiwán e India, fueron los únicos países en registrar flujos negativos entre el grupo de economías emergentes durante enero. Este mal desempeño relativo de la deuda mexicana sugieren que el país podría estar perdiendo el atractivo para inversionistas internacionales.

Salazar, el influyente líder

Carlos Salazar Lomelín, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), ha sido reconocido este 2021 como uno de los 25 Líderes Influyentes de la Association to Advance Collegiate Schools of Business (AACSB International), el mayor organismo en acreditación de escuelas de negocios a nivel global.

Esta distinción anual es otorgada sólo a graduados destacados de las más de 870 instituciones acreditadas por AACSB International en todo el mundo, como lo es EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey, cuyo trabajo inspirador sea un modelo para la próxima generación de líderes de negocios.

Salazar Lomelín, también presidente del Consejo de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey, recibe este reconocimiento como egresado de EGADE Business School debido a su amplia trayectoria empresarial, cívica y académica.

En enero de 2019 fue electo presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE). Bajo su liderazgo, el organismo ha lanzado iniciativas clave como el decálogo “Dimensión social de las empresas”; una propuesta de reforma al Sistema de Pensiones mexicano; la convocatoria al Acuerdo Nacional para hacer frente a la contingencia sanitaria generada por el coronavirus en México; y la creación de los Grupos de Trabajo Agenda 2030, estos en alianza con el Pacto Mundial México y la Oficina de la Presidencia de la República.

Literal, Carlos Salazar se sacó la “rifa del tigre” o, como también dirían las tías del pueblo, “bailar con la más fea”, pues prácticamente su encargo al frente del CCE coincidió con el inicio del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, por lo que ha tenido que lidiar con la necedad del mandatario y su animadversión al sector empresarial, al que en infinidad de ocasiones ha despreciado y descalificado.

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*Periodista, director de la Revista Hábitat Mx