Tokio.- Los accionistas de Toshiba votaron en contra del plan de reestructuración planteado por la directiva de la empresa, que plantea separarla en dos compañías independientes con el argumento de que esto mejorará su gestión y rentabilidad.
Los accionistas del conglomerado japonés participaron este jueves en una junta extraordinaria en la que el principal punto del día era esta votación no vinculante pero vista como clave para obtener pistas sobre la evolución del contencioso que la cúpula directiva y sus inversores activistas mantienen ya desde hace más de cuatro años.
El plan de reestructuración se dio a conocer por primera vez en noviembre de 2021 con la visión de dividir al conglomerado en tres empresas, una especializada en infraestructura, otra en dispositivos electrónicos y otra en el resto de activos, entre ellos la subsidiaria de memorias Kioxia.
El plan se revisó el pasado febrero para reorganizarlo en una división en dos compañías, de infraestructura y electrónica, aunque el cambio no contentó a unos inversores activistas ya disgustados con la propuesta inicial.
Una votación favorable requería al menos el 50% de los votos.
Los tres principales accionistas actuales de Toshiba, los fondos de capital Effissimo Capital Management, 3D Investment Partners y Farallon Capital Management, todos inversores activistas con un historial reciente de conflicto con la dirección y que representan juntos el 20 % de los votos, llevaban tiempo mostrando su oposición.
También las firmas de asesoría Institutional Shareholder Services (ISS) y Glass Lewis, lo que auguraba el resultado final de la votación.
«Vamos a estudiar todas las alternativas para poder mejorar el valor de la empresa», dijo tras conocerse el resultado Taro Shimada, quien se desempeña actualmente como director ejecutivo (CEO), en declaraciones recogidas por el diario Nikkei.
La empresa lleva inmersa varios años en un tumultoso conflicto entre la directiva y los inversores activistas de los que Toshiba recibió capital para evitar la quiebra de su filial nuclear, Westinghouse Electric, en 2017.
Cualquier plan de reestructuración vinculante debe ser aprobado en la junta general anual que tendrá lugar en junio de 2023, pero la consulta de hoy se veía como una especie de voto de confianza para la volátil directiva actual, que podría volver a verse reemplazada y a revisar nuevamente la estrategia de cero.