Chicago.- La prisa de los viajeros por recuperar el tiempo perdido durante la pandemia está generando unos beneficios extraordinarios para las compañías aéreas.
Y los directivos de las aerolíneas estadounidenses no prevén una disminución de la demanda, pese a que el aumento del costo de la vida estira los presupuestos familiares y aumenta la preocupación por la capacidad de fijación de precios del sector.
American Airlines elevó el jueves sus previsiones de beneficios para 2023 después de que las ganancias del segundo trimestre superaran las estimaciones de Wall Street.
La aerolínea texana es la última en ofrecer unas perspectivas optimistas. United Airlines y Delta Air Lines también elevaron sus previsiones de beneficios, ya que los consumidores han reducido el gasto en bienes en favor de las experiencias.
«Es indicativo de nuestra convicción de que la economía es fuerte, la demanda es fuerte», dijo el presidente ejecutivo de American, Robert Isom, en una conferencia sobre resultados.
Desde mediados de mayo, el número de pasajeros que pasan por los controles aeroportuarios supera los niveles anteriores a la pandemia y el mes pasado alcanzó su máximo en cuatro años, según datos de la Administración de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos.
Las reservas internacionales son especialmente fuertes tras el levantamiento de las restricciones relacionadas con la pandemia. Los datos del sitio web de viajes Kayak, por ejemplo, muestran que las búsquedas de clientes estadounidenses para viajar a Europa en el verano boreal aumentaron un 55% con respecto al año pasado.
Las aerolíneas afirman que viajar se ha convertido en la principal prioridad de los consumidores, pero las limitaciones de capacidad de las compañías aéreas no les permitirán alcanzar la demanda en un futuro próximo, lo que contribuirá a mantener el auge de los viajes tras la pandemia.
Estas «mismas limitaciones y retos van a sentar las bases de unos mejores resultados financieros para el sector de las aerolíneas», dijo el presidente ejecutivo de United, Scott Kirby.
Sin embargo, ahora que la Reserva Federal de Estados Unidos está intentando frenar la inflación, las aerolíneas siguen enfrentándose a dudas sobre el gasto en viajes. Estas preocupaciones no han permitido que las acciones del sector recuperen los niveles prepandémicos pese al repunte de los ingresos.
La fuerte demanda ha impulsado las tarifas aéreas, lo que ha permitido a las compañías compensar el aumento de los costos.
No obstante, los datos de inflación muestran que los precios de los billetes de avión han tocado techo. El informe de resultados de American reforzó esta opinión, ya que se prevé que sus ingresos totales por asiento milla disponible, un indicador del poder de fijación de precios, en el trimestre de septiembre se reduzcan entre un 4,5% y un 6,5% con respecto al año pasado.
Las acciones de American y Delta bajaban un 6% y un 1,5%, respectivamente, mientras que las de United subían un 1%.
