Ámsterdam.- En los cavernosos almacenes frigoríficos del aeropuerto de Schiphol en Ámsterdam, los trabajadores de KLM se están preparando para un aumento el próximo año en los cargamentos de vacunas contra el COVID-19 que deberán trasladarse por todo el mundo a temperaturas ultrabajas.
Schiphol, un importante centro para los productos farmacéuticos, ya ha manejado algunas de las vacunas que se usan en los ensayos y el jefe de KLM confía en que sus operaciones de “cadena de frío” resistan el flujo de cargamentos a medida que las inoculaciones masivas comiencen en serio.
“En resumen, sí, estamos listos”, dijo a Reuters el presidente ejecutivo de KLM, Pieter Elbers. “Obviamente, tanto para las sociedades como para nuestra industria, es de suma importancia que estas vacunas se distribuyan al ritmo más rápido posible”.
Si bien los reguladores estadounidenses o europeos no han aprobado aún ninguna vacuna contra el COVID-19, la desarrollada por Pfizer y BioNTech es la más avanzada en el proceso y podría estar lista para una rápida producción y distribución el mes próximo.
No obstante, debe almacenarse y enviarse a -70 grados Celsius, mientras que el candidato de Moderna debe mantenerse a -20 grados, al menos hasta que las vacunas lleguen a su destino, donde pueden sobrevivir en refrigeradores normales durante períodos cortos de tiempo.
Reuters pudo ver el miércoles en Schiphol, bajo estrictas medidas de seguridad, al personal de Air France-KLM preparar cuatro de los llamados “contenedores activos” para un envío de productos farmacéuticos refrigerados con destino a Toronto, Canadá.
Con gruesos guantes azules, los trabajadores rellenaron hielo seco en otros contenedores activos, que tienen también un sistema de refrigeración eléctrica alimentado con baterías y una serie de sensores para garantizar que los productos se mantengan dentro de su rango objetivo, hasta los 20 grados bajo cero.
“Schiphol será, sin duda, uno de los principales aeropuertos para las vacunas”, afirmó Marcel Kuijn, director global de logística farmacéutica de Air France-KLM Cargo.
“La cuota de mercado en las rutas que volamos es del 10% al 20%, eso en nuestro negocio farmacéutico habitual, por lo que esperamos tener al menos esa parte de la distribución de la vacuna”, dijo a Reuters.
La vacuna de Pfizer se transporta a -80°C en pequeñas cajas frigoríficas que contienen unas 5.000 dosis que deben mantenerse empaquetadas en hielo seco hasta poco antes de su uso. El candidato de Moderna es adecuado para contenedores activos más grandes, que pueden incluir hasta 30.000 dosis.
La vacuna que están desarrollando AstraZeneca y la Universidad de Oxford es estable a temperaturas normales del frigorífico de 2°C-8°C, por lo que tiene más opciones de transporte.
Schiphol es el segundo centro operativo más grande de productos farmacéuticos en Europa después de Fráncfort, por lo que se espera que sea un lugar de preparación tanto para las vacunas de India, Italia o Estados Unidos como un punto de partida para las fabricadas en Europa.