Ciudad de México.- El Presidente Enrique Peña Nieto designó a Alejandro Díaz de León Carrillo, Gobernaador del Banco de México quien actualmente se desempeña como Subgobernador de dicho órgano autónomo.
A partir del 1º de diciembre de 2017 y hasta el 31 de diciembre de 2021, en sustitución del doctor Agustín Carstens Carstens, actual Gobernador del Banco de México.
El Banco de México es un organismo autónomo del Estado y sus funciones están encomendadas a una Junta de Gobierno y a un Gobernador.
El sucesor de Agustín Carstens es licenciado en Economía por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y cuenta con una maestría en Administración Pública y Privada por la Escuela de Administración de Yale.
Ha ocupado la Dirección General del Banco Nacional de Comercio Exterior (Bacomext) hasta finales de 2016.
De 2011 a 2015 tuvo la titularidad de la Unidad de Crédito Público de la Secretaría de Hacienda y ha sido vocal ejecutivo del Fondo Nacional de Pensiones de los Trabajadores al Servicio del Estado (Pensionissste).
El recién nombrado titular del banco central cuenta con una carrera profesional de más de 16 años en esta institución, y se ha desempeñado como catedrático e integrante de diversos órganos colegiados de la banca de desarrollo y autoridades del sistema financiero, además de que es autor de diversas publicaciones.
La salida de Carstens, que era gobernador desde el 2010 y cuyo desempeño es ampliamente reconocido por círculos financieros, había causado cierto nerviosismo en los mercados, que se vio acentuado por una demora ya que el plazo para designar al nuevo gobernador vencía el 30 de noviembre.
Con el nombramiento de Díaz de León, la Junta quedaría con cuatro miembros hasta que se designe un nuevo subgobernador, aunque analistas descartan que la reducida composición de la entidad pueda complicar la toma de decisiones sobre política monetaria.
Uno de los mayores retos de Díaz de León, de 47 años, será controlar la inflación que ha repuntado en los últimos meses hasta alcanzar 6.37% anual, luego de que en los últimos años se había mantenido dentro del objetivo del banco de 3% más o menos un punto porcentual.