Anticipan cambios positivos en el mercado de bienes raíces

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Renegociación del TLCAN no afectará inversiones ya proyectadas y avanzadas; las empresas ya instaladas en México que tengan programadas expansiones, mantendrán niveles de actividad óptimos, afirman especialistas

Rafael Martínez

El pasado 16 de agosto inició en Washington la primera ronda de negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entre México, Estados Unidos y Canadá. Con esto, el secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo, la ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, y el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, lanzaron el proceso de negociación para la modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Los negociadores de cada país se reunieron de nuevo en México, del 1 al 5 de septiembre, para una segunda ronda. Las negociaciones continuarán en Canadá a finales de septiembre y regresarán a Estados Unidos en octubre, con rondas adicionales planeadas para el resto del año.

Durante el proceso de negociaciones, Canadá, México y Estados Unidos firmaron un acuerdo de confidencialidad para prevenir que cualquiera de los tres países filtre informaciones sobre la renegociación iniciada del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

En el marco de la renegociación del acuerdo trilateral, la empresa de consultoría y servicios inmobiliarios CBRE, realizó un estudio sobre el impacto que tendría este proceso en el mercado de bienes raíces de México. De entrada descarta una afectación; si acaso tendría mínimas implicaciones.

Con más de 20 años en el mercado inmobiliario de México y una cobertura en más de 17 estados de la República Mexicana, la firma consultora afirmó que el panorama no parece estar inquietando de una forma dramática al sector manufacturero como para que haya una disminución en la demanda de espacios o una reubicación de producción fuera de México.

Tampoco anticipa que los cambios resultantes de esta negociación tengan un impacto que supere las virtudes con las que cuenta México, con una población capacitada, a buen precio y con un bono demográfico en años por venir.

“Creemos que las inversiones ya proyectadas y avanzadas, así como las empresas ya instaladas en México que tengan programadas expansiones, mantendrán niveles de actividad óptimos, pero ya no con los récords históricos que vimos en los últimos dos años en los diferentes mercados”, expuso la consultoría.

Nuevos capitales

En todo caso espera que los cambios serán positivos pensando en fomentar la participación de instituciones financieras para que sean más competitivas en el país, inyectando nuevos capitales y generando un motor más de desarrollo a precios competitivos.

Asimismo, consideró que México deberá adaptarse a los nuevos requerimientos como mayor número de transacciones en pesos para las empresas, mercados enfocados al consumo interno, productos de mayor calidad y con mejor ubicación.

“Creemos que al facilitar el movimiento aduanal y fortalecer las normas de origen, toda la región comercial se verá beneficiada por un incremento en manufactura local y una mayor certidumbre como bloque económico”, agregó.

De acuerdo con CBRE, en periodos de incertidumbre las empresas buscan reducir sus gastos y prepararse para poder reaccionar de forma estratégica, dando relevancia al estudio de sus portafolios y la optimización del uso en los mismos, lo que muchas veces resulta en una migración a espacios de última generación en búsqueda de eficiencias operativas.

Las empresas más fuertes en materia de Inversión Extranjera Directa (IED) por ejemplo, pertenecientes a las industrias electrónica, automotriz y de equipo médico, continúan teniendo un papel muy importante en la demanda por espacios industriales, mientras en paralelo se registran incrementos en la actividad de industrias consideradas menos tradicionales como las de las energías sustentables y la distribución y logística.
CBRE destacó la importancia del comercio entre México y Estados Unidos para muchas industrias.

México le compra a Estados Unidos productos que van desde gasolina, gasóleo, motores para autos y maíz amarillo, entre los más destacados.

Mientras que Estados Unidos le compra a México automóviles, motores, unidades de proceso digitales, excepto unidad de memoria, unidad de entrada y unidad de salida; pantallas planas para vehículos automotores y aceites crudos de petróleo.

Como consecuencia de esto, anticipamos un periodo de cautela en nuestro mercado durante los siguientes meses que se verá beneficiado por la entrada de proyectos al inventario hasta 2018 y posteriormente un crecimiento del bloque comercial que mantenga la demanda por espacios muy semejante a lo ocurrido en los últimos años.