Madrid.- Unos 50,000 profesionales del sector turístico venidos de 55 países se dieron cita este miércoles en la feria Fitur, una de las más importantes del mundo en el ramo, y la primera en Europa en ser presencial pese a la pandemia.
Los organizadores de la feria, que discurre del 19 al 23 de mayo en la capital española, prevén albergar a 100,000 personas, contando las 50,000 personas del público que podrán visitarla el fin de semana.
De todas maneras, el número de visitantes es reducido si se compara con el de la última edición, en enero de 2020, cuando concurrieron 260,000 personas, de ellas 150,000 profesionales del sector.
«Es importante participar, es la primera feria [presencial] en Europa. Físicamente siempre es mejor, para comunicar y para los negocios», dijo a la AFP Aleksandra Desiatskova.
Para esta empleada del turoperador Tari Travel Group, con sede en San Petersburgo, era su primer viaje de trabajo fuera de Rusia desde que comenzó la pandemia del Covid-19.
La feria de turismo ITB de Berlín, otro gran evento europeo del sector, tuvo lugar en marzo pero con participación telemática.
En los pasillos de Ifema, el recinto que alberga la feria, que en tiempos normales estarían abarrotados, los visitantes tienen más separación.
«Nuestra dependencia del mercado europeo es muy fuerte, teníamos que venir a Europa. Es una manera de demostrar que sí, es posible hacer eventos físicos», dijo Toni Chaves, presidente de la asociación hotelera de la Riviera Maya.
La capacidad de los pabellones se limitó al 50%, y los representantes de las 5,000 empresas deben presentar pruebas de Covid-19 negativas.
«Va a haber menos citas de negocio, muchas empresas que nos acompañaban [habitualmente] se quedaron en Guatemala», explicó Marco Tulio Rodas, del Ministerio de Turismo.
Su delegación este año está acompañada por nueve empresas, contra 27 la última edición prepandemia.
Durante la primera ola de la pandemia el año pasado, el centro de congresos Ifema, en el norte de Madrid, fue transformado en un hospital de campaña para aliviar la presión asistencial en los hospitales madrileños desbordados por la pandemia de Covid-19, que en España ha dejado casi 80,000 muertos.
