Ciudad de México.- El sector automotriz en Estados Unidos se estima que presentó un avance de +2.3 por ciento, recordando que las BIG3 de Detroit (GM, Ford y FCA) no reportan sus cifras de manera mensual como el resto de las marcas, sino que lo hacen de manera trimestral, razón por la cual la cifra de noviembre no es por completo representativa del sector.
El evento más importante durante noviembre fue que se llegó a la fecha límite (14/nov) para la imposición de aranceles a la importación de autos y autopartes, de acuerdo con la sección 232 de la Ley de Expansión Comercial en Estados Unidos, y el presidente Trump decidió no pronunciarse al respecto.
El mandatario amenazó el año pasado con la imposición de un arancel de 25 por ciento que particularmente golpearía a las armadoras en Europa y Japón, pero el gobierno norteamericano decidió no aplicar una medida en su contra.
En consecuencia, algunos expertos en el tema señalaron que Trump tendría que iniciar con una nueva investigación bajo la sección 232 si quiere implementar un arancel bajo esta legislación, sin embargo, otros han señalado que incluso bajo este escenario, el gobierno estadounidense podría acobijarse a otras regulaciones, como la Ley Internacional de Poderes Económicos de Emergencia (IEEPA), para imponer aranceles de manera inmediata.
Recientemente el secretario de comercio, Wilbur Ross, comentó que seguían negociando con las compañías para llegar a acuerdos. Agregó que era teóricamente posible que Washington implementara tarifas autorizadas por la Organización Mundial del Comercio, en un caso separado respecto de los subsidios a aviones, para imponer aranceles a la importación de coches provenientes de Europa.
Ross señaló que las tarifas estadounidenses eran de 2.5 por ciento, mientras que los aranceles europeos a la importación de autos provenientes de Estados Unidos era de 10 por ciento.
Durante noviembre las armadoras presentaron en general datos defensivos, salvo Nissan cuyas ventas decrecieron en -15.9 por ciento.
Esta armadora está siendo liderada desde el primero de diciembre por un nuevo CEO (Makoto Uchida) quien remplazó a Carlos Ghosn tras un escándalo por malas prácticas financieras. Nissan se aproxima a su menor desempeño en utilidades de los últimos 11 años y ha recortado su dividendo en 65 por ciento.
La empresa recurrió en el pasado a fuertes descuentos en el mercado norteamericano para alcanzar sus metas de ventas, pero eso deterioró la marca de la compañía.
Además, ahora Nissan tiene que replantear su alianza con Renault (quien ostenta el 43.4 por ciento de Nissan) y Mitsubishi para mantener escala y no rezagarse en el proceso de electrificación.
En este último frente, la tendencia pudiera alentarse pero no detenerse en Estados Unidos, dado que el gobierno estadounidense intenta congelar los requerimientos de eficiencia de los autos de 2020 hasta el año 2026 (37 millas por galón) comparado contra los 46.7 mpg bajo la era de Barack Obama.