Washington.- El Gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, ha autorizado la exportación de más gas natural licuado a Europa y a otros de sus aliados, informó el Departamento de Energía.
Ese gas natural será exportado desde dos de las mayores terminales de Estados Unidos, ambas propiedad de la compañía energética Cheniere Energy, y que se ubican en Sabine Pass (Luisiana) y Corpus Christi (Texas), detalló el Departamento de Energía en un comunicado.
La autorización de Biden flexibiliza las normas vigentes y permitirá a las dos terminales exportar cada día 720 millones de pies cúbicos (unos 20,4 millones de metros cúbicos) de gas licuado.
Ese gas tendrá como destino los países con los que Estados Unidos no tiene un acuerdo de libre comercio, ya que en esos tratados suelen establecerse normas para las importaciones y exportaciones de energía.
Como los países de Europa no tiene ese tipo de pacto con Estados Unidos, pueden acceder al gas licuado, resaltó el Departamento de Energía.
Además, todas las terminales tienen permiso del Gobierno estadounidense para operar a máxima capacidad y exportar todo el gas licuado que tengan disponible.
Estados Unidos actualmente lidera la producción del gas natural licuado, que es procesado en frío para poder ser transportado de manera líquida en tanques a través del océano, en vez de usando gasoductos por tierra.
La producción de gas en Estados Unidos creció después de que, en 2005, comenzara a usarse la fractura hidráulica y otras formas de extracción, detalla en su web la Administración de Información Energética (EIA, por sus siglas en inglés).
El Departamento de Energía cree que la producción estadounidense crecerá un 20% sobre los niveles actuales para finales de año, a medida que aumenta la producción de gas.
La mitad del gas licuado que la UE y Reino Unido consumen ya provino en enero de 2022 de Estados Unidos, mientras que el resto tenía como origen principalmente Catar y Rusia, según la EIA.
La UE ha estado coordinándose con Estados Unidos para encontrar otras formas de suministro de energía y reducir su dependencia de Rusia, a raíz de la guerra en Ucrania.
Rusia inició el 24 de febrero su invasión de Ucrania y comenzó a bombardear las principales ciudades, incluida la capital, provocando más de tres millones de refugiados, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).