Londres.- El primer ministro Boris Johnson lanzará esta semana un plan para que el Reino Unido “se ponga en marcha de nuevo” después del confinamiento por el coronavirus, incluyendo medidas para impulsar la construcción de infraestructuras, dijo el domingo la ministra del interior Priti Patel.
Johnson hará un discurso el martes para establecer planes con el fin de construir rápidamente proyectos como hospitales, escuelas, viviendas e infraestructura de carreteras y ferrocarriles. El programa se enmarca en los esfuerzos para tratar de frenar la caída en los niveles de apoyo a su Gobierno.
El líder británico ha sido criticado por su respuesta a la crisis del coronavirus, y los partidos de la oposición y algunos científicos han dicho que el Ejecutivo fue demasiado lento en la imposición del confinamiento y en la implementación de pruebas diagnósticas, y critican una supuesta falta de claridad en los mensajes.
Sin embargo, Johnson, que ganó una gran mayoría en las elecciones del año pasado, aspira a revitalizar su perfil mediático con promesas de “igualar” Reino Unido, centrando el gasto en zonas de voto tradicionalmente laborista que en las últimas elecciones apoyaron a su partido conservador.
“Es un plan importante… A medida que salimos de este horrible, horrible período de coronavirus, esta terrible enfermedad, queremos que el Reino Unido se ponga en marcha de nuevo”, dijo Patel a Sky News.
“Estamos construyendo ahora un camino hacia la recuperación, una hoja de ruta, centrándonos en la infraestructura en este momento… centrándonos en las carreteras, la banda ancha, el tipo de cosas que efectivamente ayudan a crear puestos de trabajo, pero también proporcionan servicios y crecimiento económico y oportunidades en todo el país”.
A pesar de las probables dudas sobre la factura de dichas actuaciones, Johnson repitió que su Gobierno no volvería a las políticas de austeridad vistas bajo el mandato del ex primer ministro conservador, David Cameron.
Según la encuestadora Opinium, la mayoría de la opinión pública prefiere al líder laborista de la oposición, Keir Starmer, como primer ministro, en lugar de Johnson, aunque los conservadores siguen llevando la delantera en intención de voto.