Bruselas.- Italia, Portugal, Eslovaquia, Bulgaria y Rumanía quieren retrasar cinco años un plan de la Unión Europea para prohibir efectivamente la venta de coches nuevos de gasolina y diésel a partir de 2035, según un documento al que tuvo acceso Reuters.
La política es un pilar fundamental de los planes de la UE para hacer frente a las crecientes emisiones del transporte y acelerar el cambio a los vehículos eléctricos, ya que el bloque se esfuerza por reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero en toda la economía en un 55% para 2030, desde los niveles de 1990.
La propuesta sobre las emisiones de los coches, presentada por la Comisión Europea el año pasado, exigiría una reducción del 100% de las emisiones de CO2 de los coches nuevos para 2035, lo que imposibilitaría la venta de vehículos impulsados por combustibles fósiles en la UE a partir de esa fecha.
Los ministros de los países de la UE tienen previsto acordar su posición la próxima semana, antes de negociar la ley definitiva con el Parlamento de la UE, que apoyó la prohibición de 2035 en una votación celebrada este mes.
En un documento distribuido entre los Estados miembros, los cinco países abogan por una reducción del 90% de las emisiones de CO2 de los automóviles para 2035 y un objetivo del 100% para 2040. Los vehículos comerciales ligeros deberían reducir sus emisiones de CO2 en un 80% para 2035 y en un 100% para 2040, en lugar del 100% propuesto por la Comisión.
«Es necesario establecer períodos de transición adecuados y adaptados», señala el documento, citando la necesidad de ampliar la infraestructura de recarga.
Un representante búlgaro, que no quiso ser citado, dijo que las políticas climáticas deben tener en cuenta factores económicos y sociales como «las importantes diferencias» de poder adquisitivo entre los países de la UE.
Bruselas afirma que la fecha de 2035 es crucial porque la vida media de los coches nuevos es de 15 años, por lo que una prohibición posterior impediría a la UE alcanzar las emisiones netas cero en 2050, el hito mundial que, según los científicos, evitaría un cambio climático desastroso.
Algunos gobiernos de la UE han apoyado el objetivo de 2035, pero el ministro de Economía alemán ha declarado esta semana que el mayor mercado automovilístico de la UE no lo apoyará.
Ford y Volvo Cars han apoyado públicamente el plan y Volkswagen pretende dejar de vender coches con motor de combustión en Europa para 2035. Pero los grupos de la industria, incluida la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles, se han opuesto al objetivo de 2035, alegando problemas como la incertidumbre en el despliegue de los cargadores.
La UE está negociando otra ley que obliga a los países a instalar millones de cargadores de vehículos en esta década.