Los industriales de la construcción se sienten desdeñados por los aspirantes a la Presidencia de la República, pues a unas semanas de realizarse las elecciones federales más competidas de la historia, los candidatos se han negado a reunirse con dichos empresarios, pese a que éstos tienen propuestas concretas para reactivar a la economía
Agustín Vargas
Conforme avanzan las campañas de los candidatos presidenciales y a sólo tres semanas de celebrarse las elecciones federales en el país, los representantes de uno de los sectores productivos que está muy sentido con los aspirantes a ser presidente de la República, es el de la construcción, cuyos empresarios no han dejado de llamar la atención sobre el desaire sufrido, pese a que durante las últimas dos administraciones ese sector ha sido de los mejor tratados por los gobiernos en turno.
Ha sido tal el desinterés de los candidatos presidenciales hacia los empresarios de la construcción que éstos tuvieron que cancelar el Encuentro Nacional de Vivienda dos días antes de su fecha programada (9 de mayo), porque los aspirantes a la primera magistratura del país decidieron no asistir a dicho foro, organizado por la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi).
Todo estaba preparado por los desarrolladores de vivienda para solicitar a los contendientes presidenciales la extensión del apoyo gubernamental y con ello la continuidad de la política nacional de vivienda. O sea, para seguir gozando de exenciones y beneficios fiscales con el objetivo de no detener el ritmo de crecimiento de ese sector, considerado pilar de la economía. Por supuesto el desaire de los candidatos enojó mucho a los integrantes de la Canadevi, pero han tenido que contenerse.
El asunto no paró ahí, unos días después la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), en voz de su presidente Eduardo Ramírez Leal, alzó la voz y exigió a los candidatos presidenciales “fijar de manera urgente, clara y puntual” sus propuestas e iniciativas para el desarrollo de la infraestructura de nuestro país, con el objeto de impulsar la competitividad y un crecimiento económico sostenido.
La CMIC no solicitó, sino exigió también que los candidatos expresen públicamente sus compromisos de respetar las leyes, la transparencia y la legalidad en el ejercicio del presupuesto público. Por fin, los constructores mostraron algo de su enojo.
Uno de los puntos más destacados del planteamiento de la CMIC al exigir claridad y atención por parte de los candidatos presidenciales, es la propuesta para crear en el corto plazo el Consejo Nacional de Infraestructura que cuente con un Instituto de Planeación de Infraestructura Autónomo, con la participación de entes tanto públicos como privados.
El objetivo de esto, argumenta la CMIC, organismo que agrupa a 12,000 empresas formales de la construcción, es generar certidumbre para atraer inversiones y alcanzar, al menos, un nivel de inversión pública equivalente al 5% del Producto Interno Bruto en infraestructura, mediante el desarrollo de nuevos esquemas de financiamiento.
La industria de la construcción como sector estratégico del país tiene un poderoso efecto multiplicador en la economía nacional, pero desafortunadamente éste se diluye cuando se discrimina a las empresas nacionales en favor de las extranjeras.
Petitorios de los constructores
La CMIC exige a los candidatos expresar públicamente sus compromisos de respetar las leyes, la transparencia y la legalidad en el ejercicio del presupuesto público.
Respeto al Estado de Derecho, rubro en el que incluyen la simplificación del marco normativo y regulatorio y que dichas leyes sean observadas y vigilado su cumplimiento por las autoridades. Es indispensable, afirman, contar con licitaciones transparentes (a nivel federal, estatal y municipal), respeto a los recursos aprobados en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) y un ejercicio honesto de los mismos en materia de infraestructura y obra pública.
Piden, además, la adecuación y modificación de la Ley de Obras Públicas y Servicios Relacionados con las Mismas, así como de su reglamento, para que éstos sean congruentes con el Sistema Nacional Anticorrupción, apoyándose en Empresas Socialmente Responsables que cumplen con los protocolos de conducta derivados en dicho Sistema.
Solicitan también reconocimiento e incentivos a las empresas mexicanas, frente a las extranjeras mediante la mejoría en el esquema Compranet y mayor transparencia en la asignación de proyectos, con procesos de contratación transparentes y proyectos dirigidos también para la micro y pequeña empresa.
Los industriales destacan que uno de los factores que podría ayudar a revertir la pobreza y desigualdad es impulsar la infraestructura con un enfoque regional del desarrollo. “Exigimos políticas públicas que incluyan la contratación de empresas locales, como medio para fortalecer la competitividad y la generación de valor, regionalizando toda la cadena productiva”, enfatizan.
De igual forma, demandan el compromiso del sector público de fijar una postura de preferencia ante aquellas empresas que cuenten con profesionalización adecuada, así como con certificaciones y validaciones para su personal operativo, forjando empresas formales y bien capacitadas, en apego a la Constitución Política y la Ley Federal del Trabajo.
El compromiso de los industriales de la construcción, a través de la CMIC, es coadyuvar con los tres órdenes de gobierno, para enfrentar los retos del cambio climático y aprovechar las oportunidades de los avances tecnológicos, aplicados a la infraestructura y ofreciendo planes y programas de capacitación en la materia.
Debido a que México requiere un nivel de inversión pública equivalente al 5% del PIB en infraestructura, los industriales proponen la formación de un Instituto de Planeación de Infraestructura Autónomo a través del cual se desarrollarían esquemas de financiamiento para enfrentar las necesidades de mayor y mejor infraestructura como lo son las Asociaciones Público Privadas.
Es indispensable, afirma la CMIC, contar con una planeación a largo plazo, en esta materia, es por ello que elaboró el “Documento Infraestructura Sostenible 2030”, que contiene una Política de Infraestructura orientada al crecimiento y al bienestar, la cual es una propuesta del sector privado, que incluye la creación de un Consejo Nacional de Infraestructura que cuente con un Instituto de Planeación de Infraestructura Autónomo, con la participación de entes tanto públicos como privados. (HBT)
Riesgos para la economía, gane quien gane
Al margen de quien gane las elecciones presidenciales el próximo uno de julio, hay riesgos para la economía del país, los cuales deben ser abordados y aminorados por el nuevo presidente y su gabinete.
“El reto principal es el reto económico, ha tenido un crecimiento de 2%, un ritmo bajo para la etapa de crecimiento en la que se encuentra”, advirtió Shelly Shetty, directora senior y jefa del grupo de calificaciones soberanas de América Latina de calificadora internacional Fitch Ratings.
Para Ftich una de las razones que ha debilitado el crecimiento económico de México es la falta de competitividad en sectores estratégicos, además de que hay debilidades instituciones como los niveles de corrupción, inseguridad y un Estado de Derecho debilitado, lo que desinhibe la inversión, por ello es que la nueva administración tendrá que enfocarse en mejorar estos indicadores, según la especialista.
En materia de finanzas públicas hay debilidades en vista de que, a pesar de la reforma fiscal de 2013, la base para generar ingresos por recaudación de impuestos continúa baja, en comparación con el promedio de los países que tienen la misma calificación que México (BBB).
También la deuda pública mexicana se encuentra por arriba del promedio de los países con BBB, lo que significa un riesgo considerando que Estados Unidos puede incrementar su tasa de interés de referencia.
Shetty expuso que sin importar quién gane la elección presidencial en México, el principal reto para lograr una mejora en la calificación soberana del país, actualmente en BBB+ con perspectiva estable, es el crecimiento económico, el cual ha sido en promedio de 2.0%.
Destacó que la economía mexicana ha sido resiliente a este entorno adverso, porque ha logrado atraer Inversión Extranjera Directa (IED) y el pronóstico es que continuará diversificándose.
A pesar de los vientos adversos de los últimos años, como la baja en los precios del petróleo, la incertidumbre por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y el ciclo electoral en curso, México sigue con crecimiento de alrededor de 2.0%.
Entre los aspectos negativos para la calificación soberana de México se encuentran un deterioro de los vínculos comerciales y financieros con Estados Unidos, así como un debilitamiento del marco macroeconómico o socavar las reformas estructurales aprobadas en esta administración, pues presionarían a la baja la nota, advirtió Fitch Ratings.