Continúa deserción escolar, pese a programas de becas

Los programas operan mediante transferencias directas entre $800 y $2,400 pesos

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Ciudad de México.- El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) indicó que los cuatro nuevos programas federales de becas, cuyo presupuesto asciende a 71 mil 411 millones de pesos (8.8% del gasto educativo), no han alcanzado sus metas al no considerar factores subyacentes de la deserción escolar y carecen de perspectiva de género.

De acuerdo con el organismo, en 2019 se pusieron en marcha el Programa de becas de educación básica para el bienestar Benito Juárez, el Programa de becas Elisa Acuña, la Beca universal para estudiantes de educación media superior Benito Juárez, y Jóvenes Escribiendo el Futuro. Los cuatro operan mediante transferencias directas entre $800 y $2,400 pesos, que se entregan a los estudiantes y/o familias de manera mensual. Sin embargo, no se ha logrado disminuir los porcentajes de deserción escolar.

El programa Beca universal para estudiantes de educación media superior Benito Juárez se propuso que 75% de sus becarios de 18 años concluyeran el nivel al cierre del ciclo escolar gracias a la beca, pero sólo se alcanzó un 22.8% al finalizar el ciclo.

Por su parte, Jóvenes Escribiendo el Futuro tuvo el objetivo de incrementar la tasa de cobertura de la educación superior en el ciclo escolar 2018-2019 a 39.9%, pero la cobertura alcanzada llegó a 33.9%.

El Programa de becas Elisa Acuña definió el objetivo de que 90.5% de los becarios de nivel superior permanecieran inscritos al finalizar el ciclo escolar, pero se alcanzó la permanencia de 89.1%. En el caso del nivel medio superior se planteó un porcentaje de permanencia de 77.3% de los becarios; no obstante, sólo se alcanzó 16.1% de permanencia.

De acuerdo con Thamara Martínez Vargas, coordinadora de Educación y Finanzas Públicas, existen factores subyacentes en los eventos de deserción escolar más allá de los económicos que afectan de forma diferenciada a alumnas y alumnos, por lo que incrementar el acceso y la permanencia en el sistema educativo podría requerir de una estrategia más compleja que articule, no sólo la transferencia de recursos monetarios a los becarios, sino un marco de atención integral con perspectiva de género para las becarias y becarios.