Crece incertidumbre y baja entusiasmo en sector financiero

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  • Nada bien cayó acuerdo con EU a automotrices
  • Más detalles sobre Acuerdo TIC

Agustín Vargas *

En la medida que ha ido avanzando el periodo de transición, en el sector financiero ha aumentado la incertidumbre por un lado y disminuido el entusiasmo por los nombramientos en los organismos públicos financieros y en la banca de desarrollo, y por las políticas que regirán a esta área estratégica para el crecimiento de la economía.

La principal cuestión es que ni el Presidente electo Andrés Manuel López Obrador, ni el próximo secretario de Hacienda y Crédito Público, Carlos Urzúa, han destapado a los que dirigirán a los organismos reguladores y supervisores como la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y a los principales bancos y fondos de fomento, y por consiguiente no ha habido nadie que exponga los lineamientos políticos que se seguirán en los próximos seis años en estos rubros.

Así vemos una inusitada nueva política de comunicación de la Asociación de Bancos de México (ABM) que preside Marcos Martínez Gavica, que tiene como objetivo difundir los crecimientos y avances que los bancos han registrado en sus servicios y productos financieros en los últimos años, con un mensaje claro para el nuevo gobierno en el sentido de que han cumplido con su papel de dispersar el crédito productivo y de consumo, quizá como medida de presión para que no cambie el establishment financiero.

En contrasentido, los intermediario financieros no bancarios se sienten desdeñados por los que serán parte del nuevo gobierno; sobre todo comienzan a percibir que en el sector financiero tampoco habrá grandes cambios, que seguirá la inercia de discriminación a este tipo de instituciones y se continuará privilegiando a los grandes bancos como sostén del sistema financiero y sobre todo para la canalización de los recursos de fomento productivo y comercial de la banca de desarrollo, no obstante que éstos cuentan con un fondeo sumamente barato que es el que pagan a los ahorradores mexicanos.

Así que no sería mala idea que Carlos Urzúa, Adalberto Palma, Patricia Armendáriz, Alejandro Reynoso y demás gente que ocuparán importantes cargos financieros públicos, plantearan ya públicamente sus planes y programas para el sector financiero a efecto de que las empresas se preparen y replanteen sus servicios y productos en beneficio de la planta productiva nacional, el sistema comercial y sus millones de clientes en todo el país.

Nada bien cayó acuerdo con EU a automotrices

Ya se veía venir que Luis Videgaray e Ildefonso Guajardo iban a doblar las manos ante las demandas de Donald Trump por afectar al sector automotriz mexicano a cambio de llegar a un acuerdo comercial con el gobierno estadunidense. Sin embargo, no dejó de caer como cubeta de agua helada el anuncio en el cambio de las reglas de origen y zonas de salarios más altos para poder exportar a ese mercado.

Hasta ahora no han participado en la “fiesta” que han armado ambos gobiernos para festejar la firma del acuerdo hasta ahora bilateral. Por el contrario se han abstenido de hacer declaraciones a la prensa y ayer la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), que preside Eduardo Solís, se limitó a emitir un lacónico comunicado de prensa de dos párrafos, en el que afirma que es necesaria la incorporación de Canadá a las negociaciones con el fin de que la “modernización de este acuerdo comercial promueva y consolide las cadenas productivas de nuestro sector”.

Y finaliza con algo que podría interpretarse como una advertencia al riego que correrá la instalación y mantenimientos de las armadoras en el país: “Continuaremos participando en las negociaciones como parte del Cuarto de Junto para integrar a Canadá con el fin de asegurar que el resultado del mismo permita mantener la planta productiva actual, nuestra mayor integración a la región de América del Norte y la competitividad de la región”.

Más detalles sobre Acuerdo TIC

En conferencia de prensa, el equipo negociador mexicano dio a conocer detalles sobre el acuerdo Trump de Intercambio Comercial (conocido ya como el Acuerdo TIC) alcanzado entre México y Estados Unidos el pasado lunes por la mañana.

Lo más relevante fue que el secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, confirmó que en caso de que Canadá no lograra alcanzar acuerdos con EU y decidiera no firmar un nuevo tratado, México podría utilizar el acuerdo alcanzado como base para un nuevo acuerdo bilateral con la Unión Americana.

Videgaray confirmó que se eliminó por completo la incertidumbre sobre la relación de libre comercio entre México y EU. Dijo que México trabajará por lograr un acuerdo trilateral, pero en el peor de los escenarios existirá la posibilidad de establecer un acuerdo bilateral con la Unión Americana que mantenga la certidumbre de la relación comercial bilateral.

Para ello, se requeriría un ajuste jurídico en EU, donde el Congreso otorgue permiso a Trump para la negociación de un acuerdo bilateral; pero la incertidumbre de quedar sin acuerdo con EU se ha eliminado. De hecho, se espera que Robert Lighthizer envíe aviso al Congreso este viernes de que un acuerdo se ha alcanzado, para iniciar su revisión y aprobación a nivel legislativo.

Se especificó también que se mantendrán los capítulos 11 (protección a inversiones) y 20 (procedimientos de resolución de controversias), a pesar de la eliminación del capítulo 19 (antidumping y cuotas compensatorias); se le brindará trato de Nación Más Favorecida (arancel de 2.5%) a exportadores mexicanos del sector automotriz que no cumplan con los nuevos requerimientos de contenido regional durante su transición para cumplirlos (bajo el entendido de que EU podría anunciar aranceles de 25% a automóviles y autopartes importadas; aunque cerca de 70% de los exportadores ya cumplen con las normas); y que el tratado tendrá vigor durante 16 años, con revisiones periódicas cada 6 años del acuerdo (sin que éste termine) para su ratificación por 16 años más.

El avance parece ser decisivo para eliminar la incertidumbre comercial en la relación bilateral EU-México y elimina las consecuencias de la negociación EU-Canadá; de acuerdo a las palabras de Videgaray.

Los mercados, sin embargo, se mantienen sin cambios importantes. Prevalece aún cierto escepticismo ante la capacidad legal de la administración Trump para negociar un acuerdo bilateral con México.

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*Periodista, director de la Revista Hábitat Mx

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