Londres.- El petróleo caía por segundo día consecutivo el viernes y se encaminaba a un declive semanal, ya que la subida de tasas de interés en Reino Unido se sumaba a la preocupación por el crecimiento económico, que pesaba más que el descenso de las reservas de crudo en Estados Unidos y otros indicios de una mayor escasez de suministros.
Ambos referenciales perdieron unos 3 dólares el jueves, después de que el Banco de Inglaterra subiera las tasas en medio punto porcentual, por encima de lo esperado. Los bancos centrales de Noruega y Suiza también elevaron los tipos.
A las 11:10 GMT, el crudo Brent cedía 91 centavos, o un 1,2%, a 73,23 dólares el barril, mientras que el West Texas Intermediate en Estados Unidos (WTI) restaba 1,22 dólares, o un 1,8%, a 68,29 dólares.
«Tras la actuación de ayer de los bancos centrales, la ansiedad ha crecido de forma palpable», dijo Tamas Varga, de la correduría PVM. «Debido al fortalecimiento de los vientos económicos en contra provocados por los temores de recesión, sólo un agotamiento llamativo de las existencias anunciará un cambio prolongado en las perspectivas actualmente ominosas».
El aumento de las tasas eleva el costo de los préstamos para empresas y consumidores, lo que podría desacelerar el crecimiento económico y enturbiar las perspectivas de la demanda petrolera para el resto del año.
La perspectiva de nuevas subidas de tasas en Estados Unidos se sumó a esos vientos en contra. El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, dijo esta semana que dos alzas de más de 25 puntos básicos cada una para fines de año era «una suposición bastante buena».
También pesaban las subidas del dólar, apoyadas por los comentarios de línea dura de los bancos centrales mundiales. Un billete verde fuerte encarece el petróleo para los tenedores de otras divisas y puede afectar a la demanda e indicar una mayor aversión al riesgo entre los inversores.
La preocupación por la recesión y la demanda pesaban más que las señales de estrechez de la oferta. Esta semana, los inventarios estadounidenses de crudo registraron un inesperado descenso de 3,8 millones de barriles.