De Norte a Sur

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Aseguran avances en la negociación del TLCAN agropecuario, pero hay temor de empresarios agrícolas

  • Alfonso Ramírez Cuéllar, de El Barzón, asegura que el Acuerdo sólo trajo pérdidas al campo mexicano

Guillermo Correa

Algo extraño sucede en las negociaciones para modernizar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, pues de las amenazas que no deja de proferir Donald Trump contra México, Idelfonso Guajardo, secretario de Economía mexicano, muestra un excesivo optimismo al concluir la segunda ronda de encuentros con los representantes de Estados Unidos, Robert Lighthizer, y la ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, Cristhyia Freeland.

Si hacemos un balance de lo sucedido hasta ahora en los encuentros privados celebrados, todo marcha bien y hasta avances, dicen, se han logrado en el tema agropecuario, aunque por fuera empresarios agrícolas de los tres países han expresado temor de que se establezcan impuestos temporales en la comercialización de las frutas y las hortalizas, lo que sería un fuerte golpe a la exitosa agricultura nacional pregonada por la SAGARPA que sólo ha dado beneficios al sector empresarial del campo. De ahí, la sospecha de que algo anda mal. 

Porque del lado en que se halla la mayoría de los productores mexicanos únicamente hay lamentos en contra el llamado TLCAN agropecuario que a decir de Alfonso Ramírez Cuéllar sólo ha dejado pérdidas a México, la principal es que desde hace 23 años en que se firmó, el país incrementó su dependencia alimentaria al grado de que información de la FAO indica que se importa más del 45 % de los alimentos básicos que consumimos.

Y es que al entrar a un mercado abierto y supuestamente competitivo, nos explica el fundador y líder de El Barzón, los productos del campo con mayor importancia económica son sólo unos cuantos, como las hortalizas, tomate, aguacate y frutos rojos, todos ellos perecederos y muy vulnerables a cualquier medida proteccionista no arancelaria -incluso para obligar a los productores nacionales a aceptar socios estadounidenses-, así también industrializados como el tequila, la cerveza y el azúcar. Cuando iniciaron estas exportaciones, eran producidos por empresas mexicanas en su totalidad. Sin embargo, ahora tienen más del 60% de su inversión con capital extranjero –es el caso de las bebidas alcohólicas: Tequila Sauza, que pertenece a la compañía inglesa Allied Domecq; José Cuervo, a Diaego, también de origen Británico; Grupo Modelo que posee Corona, Modelo y Pacífico y que ahora pertenecen a la compañía belga Anheuser-Busch InBevque, sólo por mencionar algunas.

Cabe señalar –agrega el ex legislador de MORENA– que, de acuerdo con la Secretaría de Economía, de la inversión extranjera que llegó al país entre 1999 y 2016 hacia el sector de manufactura, que representa 47.9% del total, la dirigida al sector alimentario representa la segunda en importancia, después de la destinada a equipo de transporte. La primera se dirige a generar empleos y valor agregado en el país, la segunda, a los alimentos, con un monto acumulado hasta 2015, de 37 mil 875 millones de dólares, pero en buena medida ya no llega a ampliar la capacidad instalada, sino para adquirir empresas en operación.

Contrario a lo que asegura el gobierno federal, Ramírez Cuéllar menciona que las ganancias de la apertura y de la exportación se quedan en unas cuantas empresas y con millones de dólares mensuales que tal vez ingresan pero no se quedan en nuestro país. Así pues, dichos beneficios no han impactado en los problemas de pobreza, empleo y de falta de rentabilidad de la mayor parte de las unidades de producción nacionales. Aunque el V Informe Presidencial diga que no es cierto, la verdad es que México se encuentra peor o igual que antes del TLCAN.

Por eso es que Alfonso Ramírez Cuéllar insiste en la necesidad de incluir a los pequeños productores en el crecimiento de todo lo que tiene que ver con la agroalimentación, a fin de mejorar la calidad  de vida de más del 53.2 % de la población que ha quedado en el abandono por la falta de mejora en las políticas públicas. 

El dirigente de El Barzón asegura que México tiene una enorme ventaja con más de 200 productos alimenticios en comparación con Estados Unidos y Canadá; ya que contamos con los dos ciclos agrícolas (Primavera –Verano y Otoño-Invierno), sin embargo nuestros gobiernos no han querido invertir en proteger la soberanía alimentaria, cubriendo las cuotas de consumo nacional y de producción, así como la mejora de los paquetes tecnológicos, para que los productores puedan integrarse a los precios del mercado internacional, lo que nos deja muy lejos de ser competitivos y por lo tanto sólo somos importadores de alimentos como maíz, arroz, sorgo, frijol y lenteja, necesarios para la alimentación mexicana, los que sólo tienen subsidios raquíticos a través de lo que fue PROCAMPO y ahora es PROAGRO, programa de la SAGARPA que no es eficiente ni suficiente, ni oportuno en tiempo de entrega a los productores, sin contar las otras estrategias meramente asistencialistas que se van a fondos perdidos.

Además de que los altos precios de importación de insumos agrícolas como fertilizantes, semillas y agroquímicos los cuales dejan en desventaja a los más de 4 millones de pequeños y medianos productores nacionales, que no son involucrados en la mejora y el aumento de la producción de alimentos básicos. En esas condiciones, los productos enlatados y procesados de bajo contenido nutricional, sustituyen a los frescos de mayor calidad nutritiva. Esta es la realidad del campo mexicano.

Hay que añadir que las principales zonas de abastecimiento de alimentos son controladas por unas cuantas empresas como WALMART STORES INC., SORIANA y COSTCO WHOLESALE Co., siendo estas las que siguen las tendencias dominantes de la toma del control corporativo de compañías distribuidoras y abastecedoras de comida.

Por todo lo antes mencionado, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, 53% de los mexicanos, es decir de consumidores, tiene ingresos inferiores a la línea de bienestar, a quienes su salario no les alcanza para la compra de alimentos básicos, y eso se explica porque más del 50% de la población mexicana se encuentra en situación de pobreza y cerca de 11.5 millones de mexicanos en situación de pobreza extrema, lo que habla de una política económica ineficaz.

Lo anterior, con los antecedentes y secuelas que dejaron nuestros gobiernos en el campo y considerando la realidad de desigualdad social y económica que vivimos los mexicanos ante los Acuerdos Comerciales como el TLCAN, exigimos un apoyo total y de protección a las necesidades nacionales que desde hace más de 20 años se vienen exigiendo, para poder realmente ser un país competitivo en los temas del Mercado Agrícola Nacional e Internacional que nos beneficien y mejoren nuestras condiciones de vida. Es por esto que, de acuerdo con el líder barzonista, resulta inaceptable la premura y la improvisación, de ahí el temor de los empresarios agrícolas, con que negocian los comisionados del Gobierno federal que han marginado de las pláticas a muchos organismos, cuando se debió iniciar con una verdadera consulta y consulta nacional, por lo que el resultado corre el riesgo de ser muy dañino para el país si se toma en cuenta la desesperación que se observa en varias áreas con motivo del cambio de gobierno tras las elecciones del primero de julio de 2018.

DESDE EL CENTRO

Escandalosos los fraudes descubiertos por la agencia Animal político en varias dependencias del Gobierno Federal. Se calculan superiores a los 700 mil millones de pesos que buena parte estaban destinados al apoyo de los mexicanos que sobreviven en la miseria…Y más preocupante que persista la impunidad…Vicente Álvarez Delgado, presidente del Sistema Producto Maíz, calificó de lamentable que México sea el quinto productor de maíz blanco en el mundo y al mismo tiempo ocupe el segundo lugar como país importador de grano amarillo… El líder de la CNC, Rubén Escajeda Jiménez, y el coordinador del sector agrario del PRI en la Cámara de Diputados, Francisco Javier Santillán, señalaron la necesidad de emprender iniciativas para modificar la Ley del Seguro Social y su Reglamento, para atender en el menor tiempo posible a trabajadores del campo.

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