De Norte a Sur

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La captura de Javier Duarte y el populismo del PRI

Guillermo Correa

Este miércoles 19 de abril se conmemora la proclamación de independencia de Venezuela de 1810. Es la tierra del presidente Nicolás Maduro, sucesor de Hugo Chávez, muerto hace unos años de sospechosa enfermedad. Ambos han sido acusados de “populistas” y el ejemplo de las revueltas que padece en la actualidad ese país, promovidas por la derecha, es tomado en nuestra nación como advertencia de lo que puede suceder en México, dicen autoridades, el PRI y sus aliados, en caso de que Andrés Manuel López Obrador llegue al poder en las elecciones presidenciales de 2018. Para ello, y ante el temor de que en los próximos comicios del 4 de junio pierdan las gubernaturas del Estado de México, Coahuila y Nayarit, así como la mayoría legislativa en el congreso local de Veracruz es que recurren a todo, hasta a la inesperada aprehensión del ex gobernador Javier Duarte de Ochoa por parte de la Interpol y la Policía Nacional de Guatemala.

Tan pronto como pudo el Partido Revolucionario Institucional, el que más tiempo ha gobernado a México desde el siglo pasado a la fecha, salvo los 12 años aún recientes en que mal lo hizo el Partido Acción Nacional (PAN), se apresuró a fijar su posicionamiento asegurando que la detención se debió a “solicitud del Gobierno Federal mexicano”. El comunicado emitido por el PRI veracruzano enfatiza que la captura está vinculada con la intervención “contundente” de las autoridades federales en la lucha contra, aseguró, la corrupción y la impunidad. Argumenta que, agraviados por su conducta, Duarte ya había sido expulsado de las filas priistas y sostiene que el instituto político reitera –provocando la duda inmediata— su compromiso con la legalidad, la honestidad y la transparencia. Otro comunicado, de un día después, utiliza declaraciones de un funcionario del tricolor, no Enrique Ochoa, su dirigente, quien afirma que el arresto es un claro mensaje de “No a la impunidad”.

¿Ustedes le creen al llamado partido tricolor? No hay que hacer encuestas para determinar que pocos, aún los propios priistas, confían en estos dichos citados en el párrafo anterior, pues entre ellos mismos, ha trascendido, apuestan de que todo es un teatro bien montado, en donde se debe tomar en cuenta la sonrisa y despreocupación fotográfica del que se encuentra preso y cuyo abogado ha adelantado que está dispuesto a la extradición a México.

Aseguran además, ojalá no sea así, que todo se determinará cuando se declare o no el “debido proceso”, herramienta usada por muchos supuestos acusados para obtener su libertad. Caerán algunos cómplices, opinan varios, pero Duarte y sus familiares no, aunque quizás él tenga que pasar algún tiempo en prisión. ¿Y del dinero, qué?, preguntan los más.

El caso es que para la mayoría de los mexicanos, el PRI también ha caído en el populismo que tanto ataca, si se entiende por este concepto lo que Wikipedia nos explica y refiere a que es un vocablo de suma ambigüedad, ampliamente empleado, y definido por la Real Academia Española como “tendencia política que pretende atraerse a las clases populares”. Hay que agregar que en la historia del PRI han existido presidentes que se han ganado el calificativo de “populistas”, palabra que la voz del pueblo ha interpretado, con la verdad irónica, de que el prometer no empobrece, fenómeno que se agudizó en la época moderna desde el gobierno de Luis Echeverría Álvarez a la fecha, incluyendo la decena trágica del PAN, y si exceptuar a los que en distintos momentos han encabezado representantes del PRD, el Partido de la Revolución Democrática que, al igual que los otros ha demostrado con las denuncias públicas estar sumido en la corrupción.

Es así como todos hablan, mucho más en los actuales tiempos electorales, de luchar contra el principal mal de la clase política que es la corrupción. Para ello, sean de derecha, centro o de izquierda, no paran en recurrir a la demagogia, esto es, y recurro otra vez al diccionario, a la manipulación de la opinión y la conducta de la gente por medio de halagos, engaños o falsas promesas, principalmente con fines políticos. Conducta que ha tenido como consecuencia en la cada vez mayor desconfianza hacia los partidos políticos, a sus dirigentes y, ahora sobre todo, a sus candidatos sin importar la corriente que representan.

DESDE EL CENTRO
Y mientras el otro Duarte, César, ex gobernador de Chihuahua, se pasea tan campante en Texas, publicó recién el semanario Proceso en su portada… Ayer se conmemoró el Día Internacional de las Luchas Campesinas con el objetivo de fortalecer, proteger y reconocer los derechos humanos de quienes trabajan en las zonas rurales y que buscan legitimar sus luchas por la soberanía alimentaria y el respeto a sus valores, ya que con ello la humanidad también gana, informó la organización internacional Vía Campesina, tras de abogar a favor de los millones de productores que son forzados a llevar vidas indignas.

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