Este 21 de febrero se publica el dato oficial final del PIB del cuarto trimestre de 2024. El reporte vendría a confirmar lo que ya conocimos con su estimación del indicador oportuno.
Después de 12 periodos (3 años) de avances, la economía mexicana registró una contracción en el último trimestre del año pasado. Con ello, en todo el 2024 el crecimiento sería menos de la mitad de lo reportado en 2023 (3.2%).
Se puede atribuir parte de este retroceso a factores climáticos y a las huelgas en EUA, movimientos que afectaron a la baja las actividades agropecuarias y de manufacturas. Sin embargo, no se puede negar la pérdida de dinamismo en la que está inmersa la economía mexicana, sobre todo a partir de la segunda mitad del año.
En 2025, México enfrenta importantes desafíos económicos, derivados de las políticas gubernamentales tanto internas como externas.
El inconveniente es que parece que esta debilidad se ha extendido en este inicio de 2025. Los pocos indicadores adelantados conocidos hasta ahora muestran señales negativas relevantes:
• Los indicadores IMEF manufacturero y no-manufacturero sugieren una ausencia de expansión económica al comienzo de este 2025. Ambos registraron caídas respecto al mes de diciembre de 2024, y sus respectivos niveles se sitúan en zona de contracción.
• En enero pasado, la producción de vehículos ligeros moderó su ritmo de crecimiento a 1.7 por ciento anual frente a 4.2 por ciento en diciembre y las exportaciones disminuyeron 13.7 por ciento, su segundo revés en fila.
• La encuesta más reciente revela un retroceso en la confianza del sector empresarial durante enero.
Crece con ello la posibilidad de otro trimestre con variación negativa (a tasa trimestral), lo que acrecentará las voces de un riesgo de recesión económica o que incluso ya estamos en ella.
En nuestra evaluación, si bien se pueden presentar dos trimestres consecutivos de retrocesos, la realidad es que no hay (todavía) una caída generalizada en la mayoría de los sectores económicos, que justifique denominar el comportamiento como recesivo.
La situación es compleja porque se combinan muchos elementos negativos, entre los que destacan el recorte del gasto gubernamental, la difícil situación de Pemex, una contracción en la inversión privada ante los cambios en el marco institucional que implicaron las reformas constitucionales, la incertidumbre y los impactos negativos que puedan tener las amenazas del presidente Trump por los aranceles.
Es muy prematuro para hacer una correcta evaluación del comportamiento de la economía mexicana en lo que va del 2025. Todavía resta ver el impacto que podría tener la correcta implementación del Plan México de la presidenta Sheinbaum. En CIBanco nuestro estimado del PIB para 2025 es de un crecimiento de 0.8%.