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Impuestos y elecciones

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Moisés Sánchez Limón

El de los impuestos, es un elemento toral de cualquier campaña electoral que se precie de seria en esto de la oferta del mundo feliz sin tocar al bolsillo del potencial elector. Así transitó el enésimo periplo del licenciado Andrés Manuel López Obrador en busca de la Presidencia de la República porque, invocó, primero los pobres.

Y, en efecto, en el paquete del gasto público de este año del que ya transitamos el cuarto mes no se tocó el tema de los impuestos; en la Ley de Ingresos no hubo miscelánea fiscal, es decir, el Ejecutivo Federal vía Secretaría de Hacienda no propuso nuevos impuestos ni aumento en los existentes.

Y todos conformes; aunque la estrategia ha sido retraer el gasto so riesgo de incurrir en subejercicio, en la idea de gastar hasta el tercer trimestre y aterrizar los programas sociales antes de entrar a las obras y proyectos, que son las que generan empleo. En fin.

Hasta ahí, de acuerdo con las elementales lecciones de gasto público y política fiscal para quienes no somos expertos en la materia, tiene sentido el procedimiento de gastar a cuentagotas y atacar las supuestas fugas o excesos presupuestales derivadas de la corrupción, aunque ello implique inequidad y hasta abuso de poder en la praxis de la democracia vertical, es decir, la orden que viene de arriba y punto.

Así ha ocurrido con el ajuste al presupuesto que no fue ejercido durante tres meses en rubros como las estancias infantiles, a las que se generalizó como focos de corrupción y se estigmatizó a madres de familia y responsables de esos servicios como corruptas, precisamente, sin ofrecer un nombre en particular ni ejercer acción penal, como procede en estos asuntos.

Pero, bueno, el punto es que no hay impuestos nuevos en este año ni aumento en los vigentes. Bien, dirán quienes queman incienso al Tlatoani sin cuestionar acción alguna. Pero…

Resulta que los mexicanos estaremos a salvo de impuestos nuevos y aumento de los actuales, aunque solo por tres años.

Y va corriendo el primero, porque apenas concluya la elección intermedia, en el 2021, en la que se presume aplicaría la consulta popular para determinar si se va o se queda en licenciado López Obrador en la Presidencia de la República y se apoltrona Morena en la Cámara de Diputados, amén de otros congresos locales, vendrá la lluvia impositiva e incluso el retorno de la tenencia vehicular.

La referencia de este escenario la dio en su momento López Obrador, aunque no fue sopesada en su dimensión. Lo cierto es que, el doctor Arturo Herrera Gutiérrez, subsecretario de Hacienda y Crédito Público, es el Heraldo que desde la Cámara de Diputados, responsable de elaborar y reformar leyes en materia económica, confirmó que el paraíso sin tributación nueva ni mayor se acabará dentro de tres años.

El subsecretario estuvo ayer lunes en el Palacio Legislativo de San Lázaro y dictó la Conferencia Magistral “Necesidades del gasto: panorama actual de las finanzas públicas a nivel federal”, en el II Foro entre Legisladores en Materia Hacendaria: Reforma de las Haciendas Públicas”.

Herrera Gutiérrez abrevó del lópezobradorismo cuando se desempeñó, en la gestión del licenciado Andrés Manuel en la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, como Director general de Gestión Financiera y luego secretario de Finanzas, incluso en el último año que le tocó a Alejandro Encinas como relevo del tabasqueño. Digamos que sabe qué terreno pisa y el alcance de sus declaraciones.

Así, el subsecretario habló del PIB nacional y de los contrastes que hay de éste entre las entidades federativas.

“Estas diferencias –dijo– nos parecen inaceptables y eso requiere que el Estado mexicano en su conjunto y que los estados y los municipios estemos simplemente implementando y diseñando políticas que vayan a atacar esos problemas. 

“Eso es más fácil de decirlo en el discurso, que aplicarlo en la práctica. En la práctica esto necesita recursos, necesita mayores niveles de recaudación y necesita niveles de recaudación apropiados, no nada más en el gobierno federal, sino a nivel de los estados y a nivel de los municipios”.

Recordó que en México se recauda 13 por ciento del PIB. “Déjenme poner esto en contexto. Algunos de los países que tienen servicios que provienen de niveles muy muy importantes, como son los países nórdicos y países de Europa continental como Francia, recaudan entre el 40 y tantos por ciento del PIB”, ilustró a los diputados federales e invitados asistentes al foro.

Y más adelante abrió la estrategia de la administración Lópezobradorista. A saber:

“Qué es lo que estamos pensando hacer del lado del gobierno federal y solamente eso es parte de la tarea, déjenme explicar, de manera muy clara, cuál es la estrategia que estamos pensado.

“Cuando un gobierno recauda, esa es la combinación de dos cosas, cuál es la estructura tributaria – lo que nosotros llamamos la política tributaria – y qué tan eficiente es un gobierno en cobrar lo que se tiene autorizado, eso es lo que llamamos la administración tributaria, lo que el Presidente ha ofrecido es que no va cambiar durante los primeros tres años, y yo siempre recuerdo que es la promesa solamente para los primero tres años de su administración,  y voy a tratar de citar textualmente lo ofrecido, que es no subir  las tasas impositivas, lo cual quiere decir que para el tercer año de la administración, nosotros tenemos que pensar cómo vamos a imaginarnos y a tener una estructura tributaria diferente, esa estructura tributaria tendría que estar construida bajo dos premisas claras: La primera, tendríamos que recaudar más, tenemos que pensar cómo vamos a armar nuestro tinglado impositivo para que podamos pensar más. Y la segunda, que es muy importante, tiene que ser una estructura tributaria que mejore la equidad y disminuya la desigualdad en nuestro país”.

Y, amén de comentar qué se piensa hacer para el año 2020, como es “el tema de cómo aplicar tasas impositivas y cómo recaudar en la economía digital”, el doctor Herrera Gutiérrez dijo que se pulsa aplicar nuevamente la tenencia vehicular. Dio sus argumentos y, elemental, el paraíso no podía ser por todo el sexenio.

Viene la elección intermedia y no hay que molestar al bolsillo del elector; nada de aplicarle impuestos. Nada. Después el torrente y hasta el cobro de los programas y servicios que vienen por cable desde el extranjero. Nada nuevo bajo el sol; más de lo mismo. Conste.

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