Entresemana

Congruencia, Presidente

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Moisés Sánchez Limón

Cuando se filtró la información de que, ahora sí, el doctor Alejandro Gertz Manero, fiscal General de la República, había desempolvado el expediente de Rosario Robles Berlanga y requerido a un juez de control citarla a comparecer para vincularla a proceso, la atención popular se desvió hacia el nuevo distractor, un show que ofrece sorpresas.

¿Será citado Enrique Peña Nieto? ¿Quiénes más caerán? ¿Más de lo mismo? ¡Pásele! ¡Pásele! ¡Justicia Republicana!

Porque, indudable factura política la de Robles Berlanga que transitó de la izquierda beligerante a las mieles de la dirigencia perredista y jefa de Gobierno de la capital del país a, finalmente, el equipo del primer círculo del presidente Enrique Peña Nieto.

Y sí, sin duda, el presidente Andrés Manuel López Obrador ya se había tardado. Pero una vez más galopa en ancas de la incongruencia política, entre el decir y hacer como aquella amenaza de campaña con una respuesta espejo a las baladronadas de Donald Trump y de pronto aparecer en la dócil cuanto débil postura de convertir a la Guardia Nacional en Mexican Border Patrol y espantarse con aranceles que son penados por la Organización Mundial del Comercio. ¡Caray!

Pero, bueno, el primer golpe fue contra Emilio Lozoya Austin, ex director general de Pemex, al que siempre la justicia mexicana tuvo a tiro de piedra mas le mandó chivatazo y se les fugó cuando decidieron echarle el guante.

Hoy, aunque se dice decidido a entregarse, Lozoya venderá cara su libertad y amaga con la infidencia: denunciar quiénes, bajo sospecha Enrique Peña Nieto, fueron los responsables de la compra de aquella planta de Agronitrogenados cuyo vendedor. Alonso Ancira, presidente del Consejo de Administración de Altos Hornos de México, desde España desmintió haber vendido chatarra y se asume perseguido político del gobierno lopezobradorista.

Además, Ancira se deslindó de cualquier vínculo con el caso Odebrecht. Pero, conforme a sus declaraciones la FGR no queda bien parada y el licenciado López Obrador aparece justamente en el papel de mentiroso, y debe asumir el adjetivo porque él se asume conocedor de todos, todos los temas de su gobierno. Porque…

¡Zafo!, suele exclamar el señorpresidente cuando se le compara con alguno de sus antecesores en la Presidencia de la República; se dice diferente en su estilo de gobernar y con ideas de avanzada, nada parecido con los de atrás ni Peña Nieto ni Calderón mucho menos Fox, aunque cita como ejemplo a Adolfo “El viejo” Ruiz Cortines y admira al otro Adolfo “El joven” López Mateos, olvidándose que fue un Presidente al que la nacionalización de la industria eléctrica le perdona sus pecados de ostentosa presencia incluso conductor de descapotables deportivos Mercedes Benz y su debilidad por las mujeres…

Y, bueno, también se ha desmitificado al general Lázaro Cárdenas del Río y por ahí anda vivo el ex presidente Luis Echeverría Álvarez, responsable de haber endeudado al país y desbarrancado el proceso de estabilidad económica impulsada por el autoritario Gustavo Díaz Ordaz.

Pero, en apuesta a la amnesia política, emula al Coplamar echeverrista y al SAM lopezportillista e incluso a quien fuera director de ambos organismos, su amigo Ignacio Ovalle Fernández, ha nombrado al frente del organismo denominado Seguridad Alimentaria Mexicana, pero cambió las siglas de SAM por Segalmex.

Peccata minuta. Ovalle Fernández fue secretario particular de Luis Echeverría y dirigió al fracaso a la Coordinación General del Plan Nacional de Zonas Deprimidas y Grupos Marginados (COPLAMAR) y al Sistema Alimentario Mexicano (SAM). ¿Zafo?

Y, en ocho meses ha vuelto al terreno de más de lo mismo designado por su amigo el Presidente que igual vuelve a esos terrenos de la amnesia política.

Así, diga lo que diga el licenciado López Obrador, porque él tiene otros datos, echó a andar la maquinaria para el cobro de facturas políticas, en un insoslayable mensaje a su antecesor Enrique Peña Nieto, a quien le ha deslizado la amenaza de llamarlo a rendir cuentas.

Cada Presidente de la época post revolucionaria en México ha tenido un ajuste en los pesos y contrapesos con su antecesor. El general Lázaro Cárdenas del Río se sacudió el caudillismo imperante y desterró al general Plutarco Elías Calles a Estados Unidos.

Cada cual ha tenido su forma especial de arrancar la administración a su cargo con mensajes para sus contrincantes políticos. Carlos Salinas de Gortari encomendó la construcción de un homicidio para detener en Madero, Tamaulipas, a Joaquín Hernández Galicia “La Quina” y lo defenestró del control del poderoso sindicato petrolero, Ernesto Zedillo Ponce de León ajustó cuentas con Salinas y metió a prisión a su hermano Raúl.

Casualmente el responsable de haber ido al frente de los agentes que sembraron un cadáver frente a la casa de La Quina, el 10 de enero de 1989, fue Javier Coello Trejo, a la sazón subprocurador General de la República. Hoy es el abogado de Emilio Lozoya Austin.

Y Enrique Peña Nieto se deshizo del principal obstáculo que amenazaba con descarrilar a la Reforma Educativa y mandó encarcelar a la maestra Elba Esther Gordillo, liberada apenas corría la transición del gobierno de Peña Nieto al de Andrés Manuel López Obrador, quien insistió que no incurriría en este tipo de ajuste de cuentas. ¡Zafo!, acotó.

Pero, aunque a ocho meses de iniciada su administración, López Obrador rechaza que se repita un Quinazo en su naciente gestión porque, es cierto, no necesita legitimar su triunfo en las urnas y la legalidad de su Presidencia, enfrenta escenarios que amagan con crisis económica, política y social, amén de que en su partido Morena que es el eje de gobierno en el Congreso de la Unión, hay fisuras provocadas por la ambición de poder, de asumir la presidencia de este instituto político.

Por eso instruyó destrabar el presupuesto federal que acusaba un severo subejercicio que ya ha cobrado víctimas debido a la desaceleración económica, en sectores como la industria de la construcción y la inversión en infraestructura, un sector fundamental para la dinámica económica nacional, tanto que fue necesaria la presencia del secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú en la conferencia de prensa convocada por el secretario de Hacienda, Arturo Herrera Gutiérrez, para explicar cómo y cuánto se invertirá para reactivar a la economía.

Por eso paralelamente desde instancias oficiales se filtró la información que refería la solicitud de la Fiscalía General de la República a un juez de control para citar a quien fuera secretaria de Desarrollo Social en el gabinete de Enrique Peña Nieto.

Y, en este punto, López Obrador jura que la Fiscalía General de la República es absolutamente independiente y no ha visto ni hablado con el fiscal Gertz Manero, lo que le pondría a salvo de dar línea para el cobro de esas facturas que tiene a Emilio Lozoya Austin.

Así, explotó el escándalo político-policiaco que estaba en receso en la mesa del fiscal General de la República que buscó y obtuvo una audiencia para vincular a proceso a la ex secretaria de Desarrollo Social (Sedesol), Rosario Robles Berlanga, por ejercicio indebido del servicio público, entre otros delitos que se le imputan.

La solicitud se hizo el pasado 25 de julio. Y Rosario respondió con una carta, en la que dice que, en efecto, fue citada para comparecer el día 8 de agosto de los corriente en un juzgado federal, sin que en dicho citatorio se establezcan las causas ni los hechos que se me imputan, minando con ello mi capacidad de defensa. 

Dice que se enteró por los medios de comunicación que la acusación que le hace la FGR es por ejercicio indebido del servicio público. “Esta filtración que ellos mismos hacen, es una flagrante violación a mis derechos y al debido proceso”. No se requiere ser adivino para saber de dónde salen las filtraciones en las grandes ligas del gobierno Federal.

¿Usted le cree al licenciado López Obrador que no tiene nada que ver con este cobro de facturas a su antecesor Enrique Peña Nieto? ¡Yo tampoco!, en la paráfrasis de la maestra Elba. Para el protagonismo presidencial no cuadra el autismo en temas de esta naturaleza. ¿Zafo? Conste

Senado remata vehículos. Si usted tiene por ahí un guardadito, apersónese hoy en el Monumento a la Madre. En horario de 11:00 a 15:00 horas el Senado de la República, abrirá la puja en la venta de 76 vehículos –entre autos compactos y camionetas–, utilizadas por funcionarios de la pasada legislatura federal. Hay 59 autos tipo sedán y 17 camionetas de marcas orientales. La venta se extenderá hasta el 14 de este naciente agosto. Pero, en caso de que haya sobrantes, habrá otra venta de garaje el 22 y 23 de agosto. Digo.

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