Entresemana

¿Mario Delgado a Morena?

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Moisés Sánchez Limón

Mario Delgado Carrillo, coordinador de los diputados federales de Morena y presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara baja, no oculta su aspiración de presidir al Movimiento de Regeneración Nacional.

Pero, en su camino se ha atravesado la CNTE evidenciándolo falto de capacidad para operar y negociar las demandas del profesorado disidente.

Diríase en elemental conclusión que, si no puede con un tema de su ámbito específico, es decir, resolver un conflicto derivado de la contrarreforma educativa, nadie garantizaría un liderazgo férreo en Morena, para reordenar a las tribus que hoy se disputan la dirigencia de este Movimiento.

Así, que nadie se llame engañado. Este miércoles 18 profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación retornan del puente patrio a la Ciudad de México, para reiterar quién manda en la política educativa del país y especialmente en los estados bajo su control: Michoacán, Oaxaca, Guerrero, Chiapas y la capital del país.  

Es la misma película de principios de año, cuando el magisterio disidente desplegó movilizaciones en demanda de participar en la redacción de la contrarreforma educativa, esta que de un plumazo por decisión presidencial abrogaría a la que denominaron “la mal llamada Reforma Educativa”.

Y prosperaron las presiones de los profesores que, en demanda de rubros que tienen alto  condimento de beneficio de estas secciones controladas por la CNTE, secuestraron al Palacio Legislativo de San Lázaro; finalmente el pleno legislativo pudo aprobar en abril pasado la reforma impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, pero pésimamente conducida por el secretario de Educación, Esteban Moctezuma, y el coordinador de la diputación federal de Morena, Mario Delgado Carillo.

Porque, mire usted, mientras el Presidente ha asumido la negociación directa con representantes de la CNTE, ni Moctezuma ni Delgado pudieron negociar esa primera fase de la reforma educativa y dejaron sin asideros de operación política los leyes secundarias, que son la clave de la demanda disidente: Ley General de Educación, Ley de Mejora Continúa de la Educación y Ley del Sistema de Carrera de las Maestras y Maestros.

La semana pasada, fue fundamental que López Obrador se reuniera en Palacio Nacional con la comisión negociadora de la CNTE que, del encuentro salió con respuestas específicas para avanzar en esas leyes secundarias, como la garantía de que los egresados de las normales públicas tengan pase directo a las plazas, amén de que se les cubrirán adeudos de pago, es decir de lo que les han descontado por no presentarse a trabajar  y, por supuesto, un factor de control gremial que implica la basificación.

¿Quiénes negociaron directamente con el presidente López Obrador? Vea usted: el líder de la sección 22 de Oaxaca, Eloy López; el de Michoacán, Víctor Zavala; de Chiapas, Pedro Gómez; de la Ciudad de México, Enrique Enríquez y, de Guerrero, Arcángel Ramírez.

Fue reunión privada. ¿Y el secretario de Educación y el coordinador de Morena en la Cámara de Diputados? Bien, gracias. Aunque Mario Delgado trataba de negociar con los profesores disidentes que tenían cercada a la Cámara de Diputados, los mismos que han reventado las sesiones en la Comisión de Educación y del pleno cameral, que debió suspender su sesión porque no había garantías para su trabajo.

Sin duda, como presidente de la Junta de Coordinación Política, Mario Delgado asumió esa tarea de convencer a los profesores para abrir los accesos al Palacio Legislativo de San Lázaro, pero dejó de lado su papel como coordinador de los 259 diputados federales de Morena que, en este tránsito legislativo de un año, acusan fisuras y evidencia que Delgado Carrillo no tiene ese control de la bancada. Y todo por el poder.

Porque, cuál es la razón por la que Delgado Carrillo ha sido desplazado, sí, desplazado de la negociación directa con los liderazgos de la CNTE y, con ello, ha provocado un grave problema a su jefe, el presidente López Obrador, y de paso a la propia Cámara de Diputados, inmiscuyéndose en decisiones que son de la presidenta de la Mesa Directiva de este cuerpo colegiado, como es la solicitud al gobierno capitalino para dotarle de seguridad en torno del recinto legislativo.

Delgado juega con esa falsa apertura y respeto a la libre manifestación, cuando es evidente que el interés de la CNTE es sectorial y debe negociarse por la vía del diálogo, como se los ha requerido López Obrador, quien, decía, asumió la negociación y garantizó el retorno de ese control de las plazas que tuvo, hasta antes de la Reforma Educativa de Enrique Peña Nieto.

“No es que me hayan presionado los de la CNTE, yo no me dejo presionar por nadie. Yo tengo mi propio criterio, no me dejo intimidar por nadie, actúo en función del interés general y a partir de argumentos y la razón, ni siquiera ellos me lo plantearon, yo lo planteé porque quiero fortalecer la educación pública”, dijo López Obrador acerca de esa negociación con la CNTE.

Pero, la evidencia es otra. Y la responsabilidad de este desgaste del Presidente es de Mario Delgado y de Esteban Moctezuma, marginados por elemental incapacidad para operar conflictos de esta naturaleza.

¿Acaso Delgado no previó la movilización de la CNTE en demanda de participar en la contrarreforma educativa, cuando la presidenta de la Comisión de Educación es diputada federal de Morena?

No, Mario ha sido ejemplo del alfil que se ciñe a las órdenes de su jefe, quien ha debido recomendar a la colegisladora senatorial recomponer lo que las huestes de Delgado descomponen en la Cámara baja.

Indudablemente no es insalvable la negociación de las tres leyes secundarias pendientes en el rubro educativo. No hay mal que dure cien años y, si se atiende a lo negociado por el Presidente con los profesores disidentes, antes de concluir septiembre todo será aprobado en la Cámara de Diputados y luego por el Senado.

Pero, a Mario Delgado se le diluye esa posibilidad de ser presidente de Morena. A menos que ese papel que ha asumido en el conflicto del magisterio con el Congreso de la Unión y específicamente la Cámara de Diputados, sea parte del script de la 4T. Digo.

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