Machuchones, besos, abrazos…
Moisés Sánchez Limón
Y ahí van en sus camionetotas negras, una con la antena de comunicación satelital, es la del machuchón mayor, la del mero, mero, el que agitó su pañuelito blanco y declaró el fin de la corrupción “arriba”. ¿Y abajo?
Sí, sí, ahí van pies en polvorosa, en caravana más cínica e impune y ofensiva a las de los de antes, de los conservadores y neoliberales, de los pillastres que saquearon a México, a los que el Estado Mayor Presidencial abría paso pero hoy los trajeados de casquete corto visten, como dicen los clásicos, de paisano; pero son los mismos del emepé, expertos en estos menesteres.
Sí, son los machuchones en la gira de fin de semana ya en la sierra oaxaqueña, en la Mixteca que en el Istmo, con el góber del estado en otra camionetota, aunque a veces blanca nunca de otro color ni grosella ni vaninilla, tampoco guinda o verde bandera. ¡No! ¡¿Cómo?! No son iguales, pero sí más cínicos porque, usted lo sabe, ¿dónde quedó el Tsuru y el Jetta?
Bueno, el machuchón mayor ya no se baja de la camionetota. Y menos cuando le mientan la madre y exigen escuchar y atender viejas demandas y cumplir la promesa de cumplirlas, esto que ofreció cuando hizo campaña en 2006 y 2012, como bajar el precio de la gasolina y vivir modestamente en una casa o departamento cerca de Palacio Nacional.
Porque, recuérdelo usted, por eso despreció vivir en Los Pinos, porque era un lujo ofensivo y, lo ha dicho reiteradamente su Alteza Serenísima, es decir, el machuchón mayor que ya usa corbatas de seda, aunque se le vaya de lado el nudo, no es posible que haya gobierno rico y pueblo pobre. ¡No! Pero se gastó una millonada para poner del uno a Palacio Nacional, con maderas preciosas y…
Pero, ahí van en las avenidas y carreteras de Sonora y de Chiapas, de Baja California y Tabasco, Campeche y Veracruz, Guerrero y… En sus camionetotas los acompañantes del mahuchón mayor, el que tiene más de dos trajes y un par de zapatos –¿para qué, si ya tiene lo suficiente?–, miembros del gabinete e invitados especiales, el gober del estado, el alcalde y los diputados y senadores convidados a la gira, sin duda también son machuchones.
¿O serán fifís y conservadores, neoliberales disfrazados de pueblo bueno?
Y van por esas rutas en las que hay paso franco. Ni atisbo de peligro. ¿Crimen organizado? ¿Ejecuciones? ¿Inseguridad? ¿Bloqueo de carreteras secundarias, accesos a pueblos en Michoacán y Guanajuato, en Chihuahua y Jalisco? ¡Bah!
Seguramente muchos de estos criminales han atendido los regaños de sus madres y abuelos y se alejaron de las malas compañías y usan pistolas de chinampinas. ¡Besos y abrazos no balazos!
¿Acaso no entendieron que esa fue la máxima convocatoria del licenciado presidente? Por eso, por eso va con su séquito libremente en sus camionetotas y no baja la ventanilla para protegerse y proteger, sobre todo proteger al pueblo bueno, aunque encabronado pero bueno, del contagio. No vaya siendo que, pese a haber sido atendido de Covid, contagie a las señoras que le demandan ayuda para encontrar a sus hijas desaparecidas o asesinadas, víctimas de feminicidio. ¡Ah!, por cierto, espero haya usted visto en vivo y a todo color el capítulo de la mañanera calificado como “El ejemplo presidencial”, o lo que es lo mismo, lo que sí se debe hacer: vacunarse, vacunarse. ¿Ahora sí?
Pero, estábamos en lo de la paz y seguridad que se respira en esos caminos de Dios por donde pasa la caravana de las camionetotas con los machuchones a bordo, los de las guayaberas de algodón y de lino. La moda de la 4T émulas del ¡arriba y adelante!
Su Alteza Serenísima presume en sus discursos que ha recorrido los más de 2 mil 400 municipios del país. ¿Habrá ido a Aguililla en el estado de Michoacán? ¿Se habrá atrevido a caminar por las calles de esa cabecera municipal? Sí, esa localidad donde hace unos días se hizo viral el momento en que el gobernador Silvano Aureoles Conejo empuja a un ciudadano, luego se sabría que es un profesor que con justa razón demandaba seguridad para el pueblo, pero Silvano creyó era un halcón provocador. En fin.
No, no creo que el licenciado presidente haya conocido ni por asomo a ese pueblo que tiene una larga historia como centro de disputa del crimen organizado, del narco.
Hace años, un amigo mío, militar encargado del batallón acantonado en esa localidad debió huir y darse de baja del Ejército Mexicano, porque junto con su familia fue amenazado de muerte por quienes, en esos días de finales de la década de los 80 del siglo pasado, controlaban el trasiego de drogas. No quiso entrar al negocio de ver, oír y callar a cambio de dinero.
Y Aguililla está en grave peligro, la población prácticamente aislada y bajo el terror desatado por las bandas que se disputan el control de la zona. ¿Y la autoridad michoacana? ¿Y la autoridad federal?
Después del desaguisado que devino, incluso, con una demanda contra Silvano Aureoles, se apersonó el secretario de Seguridad Pública del gobierno estatal, Israel Patrón Reyes, para poner orden y reabrir las principales vías de acceso a la cabecera municipal, Aguililla, cortadas literalmente por el crimen organizado. Poco duró el gusto; por la noche, los delincuentes volvieron a cortar los accesos.
¿Y dónde los machuchones del gobierno federal?
En la mañanera de este miércoles 21 de abril, preguntaron a Rosa Icela Rodríguez Velázquez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, ¿cuál es el análisis del Gabinete de Seguridad respecto de la situación actual del municipio de Aguililla, Michoacán?
La respuesta de la secretaria es una perla: ¡hay una investigación! El caso de Aguililla tiene años, es una comunidad amenazada, aterrorizada, cuyo párroco ha intervenido e incluso se espera que el nuncio apostólico Franco Coppola, acuda a oficiar misa en la parroquia del lugar, como un acto de llamado a la paz.
Rosa Icela dijo que “el Gabinete de Seguridad está trabajando en la zona, evidentemente también el gobierno del estado está haciendo diferentes acciones en esa zona sobre el bloqueo fundamentalmente que se ha hecho de los caminos hacia allá.
“Y el enfoque que nosotros tenemos actualmente tiene que ver con la labor social. Nosotros como Gobierno de México no queremos un enfrentamiento con la población y en aquellos casos en donde haya personas que están cometiendo ilícitos van a ser castigados.
“Ya hay una investigación, ya hay, digamos, un operativo de presencia por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional, eso es lo que le puedo informar”.
–¿Cuántos elementos de las fuerzas federales se mantienen hasta este momento, secretaria?—preguntaron a Rosa Icela, pero cedió la palabra al secretario de la Defensa Nacional, el general Luis Cresencio Sandoval González, cuya respuesta igual es una perla. Lea usted:
“Ahí en Aguililla tenemos al comandante de la 43 Zona ahí pendiente de la situación y tiene aproximadamente 200 hombres que están establecidos en la base de operaciones que se cuenta ahí.
“Es una instalación militar, no es improvisada, es una instalación como las que tenemos en otras partes de la República. Ahí está el comandante, ahí están las tropas, pendientes de lo que pueda suceder para apoyar también la parte que estableció la secretaría de los programas sociales que requieran que se les acompañe en algún momento para poderlos aplicar en el área.
–¿Se ha perdido el Estado de derecho, general, en esta zona?—se planteó al general secretario.
–No, la presencia de nosotros ha estado. Esa base de operaciones tiene ya tiempo establecida. Hemos retirado de otros lugares del estado de Michoacán algunas bases por cuestión de despliegue, de necesidad de llevarlas hacia otro punto, pero ahí en Aguililla ha permanecido; anteriormente se nos dio la facilidad de poder construir esa base en Aguililla y estar pendiente, y se mantiene, se ha mantenido.
¿En serio, Rosa Icela? ¿En serio general Sandoval? ¿No se quiere enfrentamiento con la población? ¿Hay 200 solados en la 43 Zona? ¿Y?
Ahí va la caravana de las camionetotas negras con los machuchones y el machuchón mayor al frente. Y nada ni nadie les cierra el paso ni se encuentran con caminos cortados ni ciudadanos aterrorizados. Abrazos, no balazos. ¡Qué interesantes deben ser las reuniones del gabinete de seguridad con el machuchón mayor en la cabecera! A esa hora los habitantes de Aguililla emprenden la jornada de vida o muerte, sin drama, así de cruda y aterradora la realidad en esa comunidad de la Tierra Caliente michoacana. ¡Carajo!
COMO ME LO PLATICARON. ¡Pobres sonorenses! Carlos Alberto Navarro Sugich, personaje de dudosa y nefasta reputación, acusado ahora de violencia familiar y en múltiples ocasiones de corrupción, con ostentosa vida de lujos y bonanza económica inexplicable y reciente, mueve sus hilos y manipula a los candidatos para tratar de convertirse, de nueva cuenta, en fiscal del Estado o secretario de Seguridad Pública, con quien gane la gubernatura de Sonora. Y ejemplos como éste cunden. Puras damas de la caridad a cargos públicos aunque, como dicen los clásicos, con sus excepciones. Conste.
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