Entresemana

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¿Yo, por qué no?

Moisés Sánchez Limón

¡Salve, licenciado presidente!

Nadie como usted para encontrar el pretexto que apisone el terreno de la despedida y distraiga cualquier riesgo que manche a su impoluta investidura oligarca.

Por eso.

¿Por qué, chingaos, Sheinbaum, Gálvez y Álvarez no lo pelaron en el debate, principalmente la doctora? Si es la muñequita del pastel y sus obras son a perpetuidad símil de las griegas y romanas, como dice zalamero el góber de Sinaloa, Rubén Rocha Moya.

Además, el chauvinismo de la 4T desatado con oficiosos aplaudidores que estuvieron a un tris de convocar a magna movilización y llenar, hasta las lámparas, al Zócalo en acto de desagravio por la respuesta del gobierno de Ecuador a la intromisión del descocado Andrés Manuel en asuntos de suyo delicados de aquel país.

Ya salió el peine. El diferendo con el gobierno ecuatoriano se pulsó en ese ánimo que abraza al licenciado presidente cuando todas las mañanas despierta con ganas de joder a alguien y, ahora, qué hacer para pasar a la historia patria y mundial.

¿Simón Bolívar? ¿Benito Juárez? ¿Francisco I Madero? ¿El Santo Niño Fidencio?, o más. Sí, sí, salvador de México.

O lo que es lo mismo: ¿de qué color es la moronga del licenciado presidente? Porque dice que sus opositores son de “moronga azul”.

¡Ah!, el espejo de Maléfica en la crisis diplomática con Ecuador.

“Y tenían ellos –aduce en alusión al gobierno ecuatoriano–, por lo que estoy sintiendo, ganas de pelearse con nosotros, pero para que haya pleito se necesitan dos”.

Pero, sépalo usted, aunque sin duda lo registró en la mañanera del pasado miércoles 3 de abril, que él es uno de los dos del pleito y, casualmente, 4 días antes de celebrarse el debate entre su candidata, la doctora Claudia Sheinbaum, la ingeniera Xóchitl Gálvez y el ocurrente Jorge Álvarez Máynez, habló de lo ocurrido en Ecuador el año pasado.

El 9 de agosto del año pasado sicarios asesinaron al periodista Fernando Villavicencio, candidato a la presidencia de Ecuador, quien había revelado información del Caso Sobornos, que sirvió para sentenciar al expresidente Rafael Vicente Correa Delgado, amigazo de López Obrador, asilado político, desde 2017, en Bélgica.

En ese caso estuvo involucrado, procesado y sentenciado a prisión Jorge David Glas Espinel, quien fuera vicepresidente de Ecuador en el gobierno de Correa Delgado y factor del affaire que el 5 de abril, viernes de la semana pasada derivó en la violación a la inmunidad diplomática mediante la irrupción de la policía ecuatoriana que lo detuvo.

Glas estaba sentenciado y en su contra pesaba orden de aprehensión. Asilado en la embajada de México en Quito desde diciembre del año pasado, justo en la víspera de ser sacado violentamente de la sede diplomática, Andrés Manuel López Obrador le otorgó el estatus de asilado político.

¿Quién tiene la culpa de esta crisis diplomática? Lea usted lo que López Obrador dijo, sin mediar pregunta exprofeso, el miércoles de la semana pasada:

“Hoy hablaba yo de que de manera muy extraña… Hubo elecciones en Ecuador, iba la candidata de las fuerzas progresistas como 10 puntos arriba, 10 puntos. Como tres, cuatro, cinco candidatos más. Entonces, un candidato que habla mal de la candidata que va a arriba de repente es asesinado, y la candidata que iba arriba se cae, y el candidato que iba en segundo sube. Pero la candidata que queda después de este asesinato como sospechosa sigue haciendo campaña en circunstancias, considero, muy difíciles porque imagínense a todos los medios, pero ella sigue y sigue y sigue.

“¿Y qué implementan o cuál es la segunda etapa?

“El crear un ambiente enrarecido de violencia, al grado que van los candidatos —y esto lo difunden todos los medios— con chalecos a los debates. Pero todo armado.

“Pues no ganó la candidata y lo más lamentable es que continúa la violencia, que utilizaron nada más el momento.

“Y esto lo estoy exponiendo para que los dueños de los medios y los que participan en todas estas campañas asuman su responsabilidad, porque todos somos responsables, todos somos responsables, y todos estamos olvidados a actuar con integridad, con principios”. Hasta aquí la referencia del licenciado presidente respecto de un asunto que no le concierne.

¿Alusión al caso ecuatoriano porque es mentira que Claudia Sheinbaum encabece la intención del voto?

¿Crear un ambiente enrarecido de violencia? Existe desde que López Obrador se negó a combatir al crimen organizado.

–Presidente, este baño que se está dando en la entidad de la República, ¿no hay riesgo que pongan en peligro para que inhiban la elección presidencial de este domingo 2 de junio? —preguntó el colega Pepe Quintero al licenciado Andrés Manuel en la mañanera del lunes pasado en Mazatlán, Sinaloa.

“No, para nada –respondió el Duce–, y ayer (domingo) quedó demostrado porque se llevó a cabo el debate sin problemas mayores. Observé cómo al final del debate se abrazaron y se dieron de besos ahí.

“Entonces, cuando hablas de baño de sangre, yo ahí me limitaría —yo te lo digo con todo respeto, ¿no? —, porque sí hay un ambiente de mucho amarillismo, sensacionalismo para decirlo más técnicamente, para hablar físico, pero es amarillismo.

“Entonces, ojalá, ojalá y no haya violencia, ojalá y nadie pierda la vida, porque algunos están como zopilotes, están esperando a ver qué desgracia nos sucede para culpar; piensan que así van a salir adelante”.

En serio, en serio. Porfis, no se ría.

¿Amarillismo que 28 candidatos hayan sido asesinados en el país hasta este martes 09 de abril?

Mire usted, por supuesto que el gobierno de Honduras violó a la soberanía de México y procede la demanda ante organismos internacionales, que intervengan la ONU, la OEA y el Tribunal Internacional de La Haya.

La canciller Alicia Bárcena Ibarra lo sintetizó:

“No existe ninguna justificación para que las fuerzas de policía hayan irrumpido en la Embajada de México en Ecuador ni de agredir físicamente la dignidad del personal diplomático”.

Bienvenida la condena de la comunidad internacional, pero, ¿por qué la prisa del licenciado Andrés Manuel para que todo el mundo lo apoye? Le molestó que Joe Biden y Monsieur Justin Trudeau no se pronunciaran a su favor y reclamó:

“Hubieron (sic) pronunciamientos muy ambiguos ante este agravio en el caso de Estados Unidos y de Canadá. Somos socios económicos comerciales, somos vecinos y fue muy indefinida su postura, hasta ahora ha sido muy indefinida su postura. Se llegó al extremo, en el caso de la Canadá, de decir que fue una presunta violación al derecho internacional. Usaron una palabra: ‘aparente’ “.

La muñequita del pastel sabrá lo que dice la fracción décima del artículo 89 constitucional:

(…) el titular del Poder Ejecutivo observará los siguientes principios normativos: la autodeterminación de los pueblos; la no intervención; la solución pacífica de controversias; la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales; la igualdad jurídica de los Estados; la cooperación internacional para el desarrollo; el respeto, la protección y promoción de los derechos humanos y la lucha por la paz y la seguridad internacionales (…)”.

¿Por qué no negoció el caso del exvicepresidente ecuatoriano? Insiste en descalificar e insultar al gobierno de aquella nación, les llama “fachos”, su adjetivo favorito que suena a mentada de madre.

Miente como respira. Bien por su estrategia, mal por el abuso de sus atribuciones. ¿Quién le reclama que maneje la política exterior como leguleyo?

Y se tira al piso y, ya de salida, se queja.

“Hemos padecido campañas de desprestigio, llegaron al extremo de acusarnos de dejar sin medicinas, sin tratamientos, a niños con cáncer, todo por su enfermedad, su ambición desmedida por el dinero, porque eso es lo único que les importa, los mueve, eso los tiene enajenados, ese es su dios, el dinero”, dijo en la mañanera.

¡Recáspita, López-Gatell!

Pobre presidente incomprendido. Las candidatas no reconocen sus obras a perpetuidad y en el mundo le regatean apoyo para ser elevado al nivel de “Salvador de las Américas”. ¡Sopas, Drakko!

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