Entresemana

49

Juan Manuel Oliva, ¿asquito por el PAN?

“Regálame esta noche, retrásame la muerte…” Roberto Cantoral

Moisés Sánchez Limón

En sus inicios, década de los 80, antes de echarse a los brazos del PAN, era reportero de El Heraldo de México y le encantaba empinar el codo, pero…

Cuando llegaba la cuenta ¡se quedaba dormido!

Así recordamos con Humberto “Rocky” Ortiz, en algún momento de sano esparcimiento al hoy exgobernador echado del PAN, aunque dice que renunció desde el 12 de diciembre del año pasado, 2024. Sí, el probo y demócrata Juan Manuel Oliva Ramírez.

Por supuesto, Oliva se va del PAN cuando su nombre forma parte de la pléyade política enriquecida en el poder y en aras de sumarse al proyecto del que se denominará Partido México Republicano, dizque vinculado al Partido Republicano del licenciado presidente Donald Trump y que ya tiene el VoBo del Instituto Nacional Electoral.

Señoras y señores, no os encabronéis…

Los desleales y corruptos no tienen siglas ni ideología, porque su religión es el dinero y la hipocresía, diría el Duce Andrés Manuel López Obrador, también milloneta sin chequera ni tarjeta ni cuenta bancaria a su nombre, es decir, con las huellas borradas. Pero…

Mire usted, Juan Manuel Oliva Ramírez en realidad había dejado de ser panista distinguido, aunque por supuesto millonario consecuencia de haberse encumbrado en Acción Nacional que lo hizo diputado local y federal, senador y, ¡chíngale!, gobernador del estado de Guanajuato.

Atrás, en la amnesia selectiva quedaron los días en que se dormía para no pagar la cuenta del consumo de bebidas espirituosas en bares de los rumbos del Centro Histórico. Le perdonábamos el detalle.

Vaya, vaya, vaya…

Pero, 37 años después de haber mamado de la ubre oficial, merced a su militancia en el PAN, se asume ejemplo de deslealtad.

Ayer, un colega de primera línea me recordó aquella ocasión en que, luego de dejar formalmente el cargo de gobernador y de secretario general adjunto para asuntos electorales del CEN albiazul, que asumió a finales de marzo de 2012, para sumarse a la campaña presidencial de Josefina Vázquez, declaró que le daba asco el PAN.

O sea, ¿asquito pero con la billetera repleta?

En efecto, por citar una fuente de recurso fresco sin comprobar, no le dieron asquito los recursos públicos que, por ahí de los 5 mil millones de pesos fueron derrochados en proyectos que fracasaron como aquel que usted seguramente recordará, el de la Refinería Bicentenario, anunciada por Felipe Calderón, que finalmente ganó el honesto demócratas Miguel Ángel Osorio Chong, entonces gobernador del estado de Hidalgo.

Pero no hubo refinería, solo una barda perimetral en un terrenazo de 700 hectáreas por las que se pagaron mil 500 millones de pesos, rumbos de Tula, Hidalgo.

El gobierno de Oliva Ramírez, empero, pagó más de 2 mil millones de pesos, de cuyo monto se pagaron mil 745 millones de pesos para adquirir 933 hectáreas y 22 millones de pesos para adquirir la finca en La Martinica.

¡Ah!, pero igual gastó en la compra de terrenos del otro proyecto fallido, el del Tren Interurbano.

¿Te suena el detalle, primo hermano?

Pregunta técnica: ¿cómo a cuánto ascenderá el patrimonio del respetable Juan Manuel? ¿Su salario como senador, entre 2003 y 2005, y gobernador en el periodo 2006-2012 le habrá dado para comprar lo que engorda sus bienes?

Practicante del sano deporte del nepotismo, Juan Manuel Oliva tuvo en la nómina de su gobierno lo mismo a primos y sobrinos, que a su yerno y a su suegra. Y se despachó una casa de interés social, es decir, que interesa a la sociedad guanajuatense saber de dónde salieron 10 millones de pesos para comprarla.

¿De su salario?

Sí, Oliva Ramírez había entregado su renuncia al PAN el 12 de diciembre del año pasado, 2024, aunque Aldo Márquez, dirigente estatal de Acción Nacional le pidió esperar. Pero, cuando se enteró de que lo iban a expulsar feamente, el lunes pasado, 9 de junio se apersonó en la sede del partido en León e hizo efectiva la dimisión.

De cualquier manera, Oliva Ramírez no se salva de la expulsión, medida que será determinada por la Comisión Permanente del albiazul en Guanajuato.

¡Recáspita, Manuel Espino y et al!

Bueno, bueno, dirán que el del probo Juan Manuel no es el primero ni el último caso. Pregunto si acaso seguirá haciéndose que la virgen le habla a la hora de pagar la cuenta.

Lo cierto es que en el PAN no sorprende que personajes como este excolega, por fortuna ex, se vayan a otros estancos pateando al pesebre que los encumbró.

En fin.

OTRA DE GUANAJUATO. Ésta más fresca, atañe a la aún debutante gobernadora de esta entidad, Libia Dennise García Muñoz Ledo.

Se trata Juan Carlos Altamirano Gutiérrez, representante del gobierno estatal en la Ciudad de México. Y me platican que contra Juan Carlos hay serias acusaciones de acoso sexual, de las que se ha informado a Itzel Balderas Hernández, directora general del Instituto para las Mujeres Guanajuatenses, pero casualmente no hay procedimiento legal sobre lo ocurrido en la Oficina de la Representación del Gobierno del Estado de Guanajuato en la Ciudad de México.

Las acusaciones apuntan al abuso de poder y un comportamiento indebido; han trascendido a medios de comunicación y derivado en la demanda de que se tomen medidas legales contra el funcionario designado directamente por la gobernadora Libia Dennise García Muñoz Ledo.

Colectivos feministas se han sumado al apoyo a víctimas de éste caso de Guanajuato en la CDMX y exigen que los organismos defensores de los derechos humanos tomen la denuncia y buscando la celeridad en la defensa de la o las víctimas .

El objetivo es crear un entorno laboral seguro y libre de acosos para todas las servidoras públicas del Estado de Guanajuato. ¿Procederá?

Y es que hay otras lindezas laborales cometidas por Altamirano Gutiérrez, de las que seguramente la gobernadora no está enterada o ha soslayado. ¡Recórcholis, Drakko! Digo.

www.entresemana.mx www.entresemana.mx @sanchezlimon1