Morir como perro
Armando Rojas Arévalo
ELISA: Comentaba en mi página de Facebook, que visitar amigos en el hospital me deprime, no por el ambiente de los nosocomios ni por el padecimiento de mis amigos, sino porque en caso necesario no podría pagar las tarifas de esos establecimientos, donde una noche de hospitalización llega a costar entre 25 mil y 30 mil pesos, sin contar el costo de las operaciones, medicamentos y otros gastos que a la hora de la hora resultan.
Me deprime más pensar que podría morir como perro, en una camilla de ambulancia en los pasillos de un hospital del IMSS, o en la sala de espera de uno del ISSSTE, como le ocurrió a un familiar mío la semana pasada que falleció de un infarto, luego de cuatro horas de esperar a que lo atendiera uno de los dos médicos de emergencias que había en esos momentos en el Darío Fernández.
No quiero causar lástimas ni pretendo pasar la charola para la coperacha. Sólo gritar que eso no se vale, que son chingaderas. Como yo está el 95 por ciento de la población.
LÓPEZ OBRADOR acabó de un plumazo en una “mañanera” el programa del “Seguro Popular”, por la corrupción. Lo más sencillo y fácil hubiera sido encerrar a los corruptos y mejorar los servicios de ese programa, pero no, dijo “ya no existe y sanseacabó”, o lo que es lo mismo “me canso, ganso”.
¡Carajo! El Presidente no puede quitar programas como, por ejemplo, el de Seguro Popular y las guarderías, porque encontró malos manejos. Que meta a la cárcel a los responsables, pero mantenga los servicios. En este gobierno se eliminan programas de salud, pero no se mejoran ni la red hospitalaria ni los servicios hospitalarios. Hay nosocomios en Chiapas, verbigracia, que no tienen vendas, curitas y ni paracetamol, a pesar de que algunos tienen cuatro meses de “inaugurados”.
Ojalá LÓPEZ OBRADOR se diera una vuelta a cualquier hospital público de cualquier parte de la República, para darse cuenta que los servicios del Estado son nefastos. No digo que cayera enfermo, eso a nadie se le desea, porque nos quedaríamos sin presidente, pero sí que viera cómo atienden a los enfermos. A él lo ven médicos cubanos y cuando ha sido necesario que lo hospitalicen lo ha hecho en Médica Sur. No todos los mexicanos tenemos esos privilegios.
La UNAM, a través de su sindicato académico (AAPAUNAM), tiene suscrito con INBURSA (SLIM) un seguro colectivo de gastos médicos mayores para sus docentes, a quienes se les descuenta por nómina una cuota cada quincena. Yo renuncié a ese seguro porque INBURSA no quiso reconocer mi antigüedad con la otra compañía que protegía a los académicos. Hoy, por mi edad, ninguna empresa de seguros me acepta.
Pensar que puedo caer enfermo me causa pavor. No puedo pagar una clínica “fifí”, tampoco quiero morir como perro en el IMSS o el ISSSTE.
El rezago que existe en los servicios públicos se incrementa y no sólo es cuestión política; su solución va más allá, como resolver el problema demográfico que dentro de poco colapsará a este país.
Lo mexicanos crecemos en número cada vez más. En los últimos 65 años la población aumentó más de cuatro veces. Ocupamos, con 133 millones de habitantes, el décimo primer lugar entre los más poblados del mundo. Crece la demografía por nacimientos, pero crece más la población de personas mayores. De acuerdo al informe Programa Nacional de Población 2014-2018, de la CONAPO, la esperanza de vida en México continúa incrementándose.
OTRA COSA, LÓPEZ OBRADOR dijo que no subiría tarifas ni impuestos. Bueno, pues he aquí que a MANUEL BARTLET le ha valido esa promesa, pues la CFE ha incrementado sus tarifas. Por eso el Senado requirió al funcionario su comparecencia, para que explique qué pasó. Hmmm. ¡Para lo que sirve!
MIENTRAS TANTO, de acuerdo con el periodista financiero EDGAR GONZÁLEZ al gobierno ya le preocupa la caída de sus ingresos para sus programas sociales. En los Pre-Criterios elaborados por la SHCP, se anticipa que los ingresos fiscales serán menores a los aprobados en el presupuesto para 2019 por 121 mil millones de pesos (0.5% del PIB), casi dos veces más que nuestra proyección de 69.5 mil millones de pesos. Aún así se ha duplicado la pensión para los viejitos, la beca para estudiantes y la “ayuda” para los ninis. Uno, aquí, mentando madres.
LÓPEZ OBRADOR ya empieza a ver una real oposición, no tanto de los partidos que, aquí entre nos, esos sólo valen para dos cosas: para nada y para maldita la cosa, sino de sectores de la sociedad. Me llega información fidedigna que en los pueblos de los Altos de Morelos no lo van a dejar, cueste lo que cueste, que eche a andar la Central Termoeléctrica de Huexca, la planta de energía que tuvo un costo de más de mil 600 millones de dólares y fue construida con todo y las protestas de la gente.
POR VÍA DE MIENTRAS, grupos de ciudadanos se han dado a la tarea de organizar brigadas para visitar pueblos de la zona y alentar el rechazo a la idea de AMLO, quien, al grito de “me canso, ganso”, quiere poner a funcionar la planta de Huexca.
En Tetela del Volcán, aguerrida comunidad ubicada en las estribaciones del Popocatépetl, algunos pobladores hicieron un llamado a tomar las armas si fuera necesario; ¡caray!