Ciudad de México.– Los almacenes verticales son el futuro de la industria logística y de distribución y se están convirtiendo en la tendencia más innovadora de los últimos tiempos, ante la falta de espacio y la alta demanda del comercio electrónico.
Así lo señaló Erick Brunet, director de transacciones del equipo de Sergio Pérez de Newmark, cuyo presidente en México y director regional para América Latina es Giovanni D´Agostino,y destacó que, desde hace muchos años, ha estado la discusión de qué tan vertical puede ser un edificio de almacenaje ya que nadie tiene un estándar de ocupación totalmente verticalizado. Al utilizar diferentes tecnologías, se puede llegar a ver un auto sustentado o un edificio con capacidad de estibar más allá de seis o siete niveles son robotizados, por lo que es el inquilino el que se hace su propio espacio.
“Se trata de edificios atípicos y normalmente, no corresponde al 100% de este. Si alguien lo construye, debe amortizarlo a la brevedad porque es un inmueble atípico y más difícil que alguien lo quiera. Esa es la razón por la que no se han verticalizado tanto los centros de distribución”, apuntó Erick Brunet.
Los almacenes verticales o almacenes de varios pisos, son comunes en Asia y partes de Europa, donde los precios más altos de la tierra y las densidades de población han obligado a los desarrolladores a construir hacia arriba. En los Estados Unidos, el aumento de la demanda del comercio electrónico y reducción de los días de entrega, han impulsado a los constructores de almacenes a establecer espacios compartido de última milla en áreas metropolitanas densamente pobladas.
Hoy la forma en que se resuelve la última milla es desde las afueras de las ciudades, que no es ideal, o en viejos espacios reconvertidos y clases B o C, dentro de las ciudades que son muy costosos de operar.
Erick Brunet consideró que contar con este tipo de espacios de logística y distribución verticales otorga la probabilidad de caber dentro de la ciudad y la densidad que se le da de estibar productos es más rentable.
“Eventualmente las cosas se van a ir hacia allá cuando se abaraten las estructuras robotizadas y los softwares de administración del inventario que son complejos. Estos se conocen como warehouse management systems, los cuales hay que hacer a la medida de cada edificio dado que todos tienen especificaciones distintas. Probablemente, lo que va a suceder en el futuro es que, habiendo más demanda de los centros de distribución de última milla, el desarrollador tenga el beneficio de la tarea, por lo que eventualmente habrá estos espacios como coworkings de distribución y almacenaje”, afirmó el director de transacciones de Newmark.
Añadió que, si bien por el momento se han hecho diversos pilotos en algunas ciudades de Estados Unidos, traerán diversos beneficios una vez implementados:
1.-Lo hace mucho más denso porque estás estibando lo más alto que se pueda.
2.- Es on demand. No se necesita un espacio completamente asignado, nada más requiere validación de que haya suficiente área de guardado para colocar el producto.
3.- Su ubicación es más cercana al consumidor final. El operador logístico o administrador de última milla puede hacer la distribución.
4.- Las empresas podrían ahorrar en las inversiones de montar y dejar funcionando un CEDIS (Centro de Distribución Logístico) propio y utilizar estos espacios, que van a tener rentas más elevadas, pero alguien más te los construye.
5.- Hay un beneficio de sustentabilidad importante porque habría un incentivo de los desarrolladores para gastar lo menos posible en la operación y como será robotizado, se darán otros dos beneficios hipotéticos:
a) Podrían reducir considerablemente el uso de luz, porque no hay un ser humano que esté buscando el producto: es un robot el que lo localiza.
b) Operaría con muy poco oxígeno, por lo que el riesgo de incendios se volvería casi nulo. La tecnología aplicada sería de preservación de vida.
Erick Brunet advirtió que, aunque físicamente se puede hacer un almacén vertical y ya existen empresas sumamente sofisticadas que los operan en diversas partes del mundo, por ahora resulta demasiado caro. No se produce todavía en masa el sistema de racking que se requiere y lo que se vuelve casi prohibitivo es el costo del diseño del software de management, el cual se eleva al doble de la ocupación (85%) total de un esquema tradicional. Además, hay una industria de la mercancía que se devuelve o de logística en inversa que, por llegar en malas condiciones a los puertos, se calcula en 6 mil millones de dólares de desperdicio que no pueden recuperar las empresas.
“Los almacenes verticales o de varios pisos son el futuro de la logística y la distribución en ciudades densamente pobladas y con espacio reducido, por lo que su implementación representará una transformación de las cadenas de suministro. En México y América Latina todavía no los veremos en el corto plazo, pero es una tendencia, la más innovadora que ha habido en los últimos años, en el mercado industrial logístico”, indicó finalmente Erick Brunet, director de transacciones del equipo de Sergio Pérez de Newmark.