Bruselas.- Los gobiernos y las empresas europeas trabajan este viernes en un enfoque común ante la exigencia del presidente Vladimir Putin de que paguen el gas ruso en rublos, al tiempo que se atenuaba la amenaza de una inminente interrupción del suministro.
Las capitales europeas llevan semanas en alerta ante la posibilidad de que se interrumpan las importaciones de gas, ya que Putin pretende tomar represalias por las sanciones impuestas por Occidente a Rusia por invadir Ucrania.
Ayer jueves, Moscú emitió un decreto en el que exigía a los compradores extranjeros de gas ruso que abrieran cuentas en rublos en el banco estatal Gazprombank a partir del viernes o se arriesgarían a sufrir un corte de suministro.
El Kremlin dijo este viernes que no iba a cortar de inmediato las exportaciones de gas a Europa, ya que los pagos de las entregas que vencen después del 1 de abril llegan en la segunda mitad de este mes y en mayo.
A falta de unas semanas para el vencimiento de las facturas, los gobiernos de Europa, que depende de Rusia para más de un tercio de su suministro de gas, estaban hablando con sus compañías energéticas sobre cómo pagarlas.
“Trabajando estrechamente con los estados miembros y los operadores. La UE se coordina hoy para establecer un enfoque común sobre los pagos en divisas de los contratos de gas con Rusia”, tuiteó Ditte Juul Jorgenesen, directora general de la división de energía de la Comisión Europea.
Las exportaciones de energía son la palanca más poderosa de Putin en su intento de contraatacar ante las amplias sanciones occidentales, pero su margen de maniobra también es limitado porque Moscú no tiene mercados alternativos para su gas, que se canaliza hacia Europa.
“Si Putin cierra el gas, puede que solo sea por un periodo de tiempo relativamente corto, ya que necesita nuestro dinero y no puede redirigir todo el gas natural”, dijo un operador de gas europeo, que declinó ser nombrado.
Los analistas afirmaron que el plan, que consolida la posición de Gazprom en el centro del comercio de gas ruso, tiene más que ver con proteger a la compañía petrolera y gasística de futuras sanciones que con privar a Europa del combustible que tanto necesita.
“Por supuesto, se trata de un juego para esquivar las sanciones, aumentando la incertidumbre, apuntalando los precios del gas y llenando los bolsillos de Putin”, dijo un segundo operador.
Alemania dijo que está examinando el decreto de Putin y un portavoz del Ministerio de Economía dijo que los contratos privados son válidos y el país está pagando en euros por el gas ruso.
Alemania, que depende de Rusia para el 40% de sus necesidades de gas, ya ha activado un plan de emergencia que podría llevar a un racionamiento de gas si los suministros bajan demasiado.