Shenzhen.- El endeudado gigante inmobiliario chino Evergrande anunció pérdidas netas atribuidas de 476,035 millones de yuanes (66,409 millones de dólares, 59,051 millones de euros) en 2021 y de 105,914 millones de yuanes (14,775 millones de dólares, 13,138 millones de euros) en 2022.
La compañía, que en 2020 había ganado 8,076 millones de yuanes (1,126 millones de dólares, 1,001 millones de euros), también indicó que, al cierre de 2022, su pasivo total alcanzaba unos 2,44 billones de yuanes (339,917 millones de dólares, 302,317 millones de euros), un 5.53% inferior al del ejercicio anterior, pero todavía casi un 25% más que a finales de 2020.
De esta cantidad, 612,390 millones de yuanes (85,384 millones de dólares, 75,939 millones de euros) se corresponden a préstamos, lo que supone un aumento interanual del 0.82%.
Las cifras también reflejan un descenso del 20.1% en el valor del patrimonio total de la empresa con respecto al de 2020, al situarse en 1.84 billones de yuanes (256,386 millones de dólares, 227,991 millones de euros).
En 2022, Evergrande facturó 230,067 millones de yuanes (32,084 millones de dólares, 28,529 millones de euros), lo que representa una caída de casi el 8% frente a 2021 y de cerca de un 55% en comparación con 2020, el que fuese su último ejercicio antes de entrar definitivamente en crisis.
Cabe destacar que sus ventas sobre plano, muy habituales en China y empleadas con asiduidad por promotoras como Evergrande para seguir financiando proyectos, cayeron desde los 723,250 millones de yuanes (100,879 millones de dólares, 89,684 millones de euros) de 2020 a unos 31,700 millones de yuanes (4,422 millones de dólares, 3,931 millones de euros), un desplome de más de un 95%.
Aparte de las pérdidas operativas, Evergrande achacó buena parte de sus resultados negativos a factores como la devolución de terrenos o a la pérdida de valor por deterioro de activos financieros.
Pese a que la publicación de estas cuentas era una de las condiciones para que Evergrande retomase su cotización en la Bolsa de Hong Kong, congelada desde marzo del año pasado tras haber perdido casi el 90 % de su valor desde inicios de 2021, la compañía indicó anoche que esta situación se mantendrá “hasta nuevo aviso” a pesar de que el parqué puede expulsar a aquellas empresas que no permitan negociar con sus acciones durante 18 meses consecutivos.
Cabe destacar que PwC renunció como auditor de Evergrande por discrepancias sobre las cuentas de 2021, y que su nuevo supervisor, Prism Hong Kong and Shanghai, indicó en los documentos divulgados ayer que “no había tenido acceso a suficiente información financiera” como para dar una opinión fundamentada sobre las cifras.
En otro comunicado también publicado en la noche de este lunes, el conglomerado indicó que espera que el próximo día 24 de julio se celebre una vista ante la Justicia hongkonesa para desgranar detalles del plan de reestructuración de su deuda extraterritorial (‘offshore’), con iniciativas similares el mismo día en las Islas Vírgenes Británicas y, al día siguiente, en las Islas Caimán.
Evergrande reveló este año que necesitará una financiación adicional de hasta 300,000 millones de yuanes (41,840 millones de dólares, 37,208 millones de euros) para cumplir con su objetivo de garantizar la entrega de propiedades ya vendidas sobre plano, en línea con los deseos del Gobierno chino.
La posición financiera de muchas inmobiliarias chinas empeoró después de que, en agosto de 2020, Pekín anunciase restricciones al acceso a financiación bancaria a las promotoras que, como Evergrande, habían acumulado un alto nivel de deuda apoyando durante años su crecimiento en agresivas políticas de apalancamiento.
En los últimos meses, ante la crisis en el sector, el Gobierno ha cambiado su tono y ha anunciado diversas medidas de apoyo, con los bancos estatales abriendo asimismo líneas de crédito multimillonarias a diversas promotoras.